Antes de despedirnos para el fin de semana, queremos ofrecerles una glosa, como siempre actual y acertada, de nuestro muy admirado don Manuel Alcántara, aparecida hoy en el diario digital “hoy.es”. Dice así:
“Los clientes de Bankia pensaron que para luego podía ser tarde y retiraron en un par de días 1.000 millones de euros. Mientras, se hacen conjeturas acerca de quién llevó la soga para ahorcar a don Rodrigo Rato. Por su parte, que es la mayor, los griegos se están llevando su pasta de los bancos como si fueran un solo hombre, igual al que buscan inútilmente para que se haga cargo del país, y en un solo día retiraron 700 millones. Es lo que suele pasar cuando al miedo lo sustituye el pánico. Ya se sabe que al dinero hay que mirarlo por encima del hombro, pero no conviene perderlo de vista.
¿Dónde lo meten los que lo tienen? No me refiero a los poseedores de grandes fortunas, que esos tienen todos un apartamento en algún paraíso fiscal donde la serpiente es la que custodia las llaves. Lo que me gustaría saber es dónde se lleva su dinero la gente normal. Lo del colchón está muy visto y las cajas de caudales caseras son tan vulnerables como alguna Cajas de Ahorros de esas que consintieron la invasión de políticas y olvidaron que fueron Monte de Piedad y se tiraron al monte, dejándose en las breñas la piedad.
No se puede ocultar ni la tos, ni el humo, ni el amor, pero el dinero se puede hacer invisible, al menos durante algún tiempo. Karl Marx, que estudió su conducta tanto cuando se acumula como cuando escasea, estaba convencido de que el oro circula porque tiene valor, pero el papel moneda tiene valor porque circula. El caso es que ahora está colapsado. Nadie nos presta nada para salir del pozo, quizá porque está muy hondo y no se oyen las voces de socorro o porque la prima de riesgo ha superado los 500 fatídicos puntos. Si no nos compran deuda pública aumentará la ruina en muchas viviendas privadas, por más que Cristóbal Montoro asegura que el funesto «corralito» es entre nosotros «técnicamente imposible». No lo creo. Nada es imposible ni para nuestros políticos, ni para nuestros sindicalistas, ni para nuestros banqueros. Son gentes de cortas luces, pero de largas manos”.
Fuente: hoy.es
Autor: Manuel Alcántara
“Los clientes de Bankia pensaron que para luego podía ser tarde y retiraron en un par de días 1.000 millones de euros. Mientras, se hacen conjeturas acerca de quién llevó la soga para ahorcar a don Rodrigo Rato. Por su parte, que es la mayor, los griegos se están llevando su pasta de los bancos como si fueran un solo hombre, igual al que buscan inútilmente para que se haga cargo del país, y en un solo día retiraron 700 millones. Es lo que suele pasar cuando al miedo lo sustituye el pánico. Ya se sabe que al dinero hay que mirarlo por encima del hombro, pero no conviene perderlo de vista.
¿Dónde lo meten los que lo tienen? No me refiero a los poseedores de grandes fortunas, que esos tienen todos un apartamento en algún paraíso fiscal donde la serpiente es la que custodia las llaves. Lo que me gustaría saber es dónde se lleva su dinero la gente normal. Lo del colchón está muy visto y las cajas de caudales caseras son tan vulnerables como alguna Cajas de Ahorros de esas que consintieron la invasión de políticas y olvidaron que fueron Monte de Piedad y se tiraron al monte, dejándose en las breñas la piedad.
No se puede ocultar ni la tos, ni el humo, ni el amor, pero el dinero se puede hacer invisible, al menos durante algún tiempo. Karl Marx, que estudió su conducta tanto cuando se acumula como cuando escasea, estaba convencido de que el oro circula porque tiene valor, pero el papel moneda tiene valor porque circula. El caso es que ahora está colapsado. Nadie nos presta nada para salir del pozo, quizá porque está muy hondo y no se oyen las voces de socorro o porque la prima de riesgo ha superado los 500 fatídicos puntos. Si no nos compran deuda pública aumentará la ruina en muchas viviendas privadas, por más que Cristóbal Montoro asegura que el funesto «corralito» es entre nosotros «técnicamente imposible». No lo creo. Nada es imposible ni para nuestros políticos, ni para nuestros sindicalistas, ni para nuestros banqueros. Son gentes de cortas luces, pero de largas manos”.
Fuente: hoy.es
Autor: Manuel Alcántara
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