miércoles, 2 de noviembre de 2011

Tema de hoy: Todos los Santos



Hoy se conmemora el Día de las Ánimas o de los Fieles Difuntos, una celebración de carácter puramente religioso que se remonta a las fiestas paganas anteriores a la civilización romana. La doble fiesta cristiana de Todos los Santos (que tuvo lugar ayer) y de los Fieles Difuntos es una unión del culto de los manes, santos sin canonizar (con el nombre de Mania se conocía a la madre de éstos y de las larvas) y de los lémures (Ánimas del Purgatorio).

El Día de Todos los Santos, que se celebra en toda Europa, la gente suele ir a los cementerios a adornar las tumbas de los seres queridos con flores y sentirse cerca de ellos, desaparecidos para siempre -nuestro destino-, y para continuar un diálogo nunca interrumpido con el fallecido, que seguirá viviendo mientras lo tengamos en nuestra memoria.

Muchas cosas han cambiado entretanto. Van disminuyendo los entierros en ataúdes, dejando lugar a las incineraciones. Desde los remotísimos tiempos de la humanidad han convivido ambas clases de sepelios, y no hace falta que pensemos en la India. Cada vez son más numerosas las incineraciones, entregando a los familiares una urna con las cenizas del finado, para que dispongan el sepelio que deseen: esparcir las cenizas al viento, echarlas al mar, enterrarlas en el jardín de la casa o al pie del árbol que más quería el difunto. España es muy liberal en cuanto a las cenizas. No así Alemania, que no permite que el familiar se lleve consigo la urna, que ha de ser enterrada en un cementerio.

La muerte ha sido de siempre un elemento importantísimo de las civilizaciones. Son famosas las necrópolis griegas y romanas; con anterioridad los cementerios de Mesopotamia y, especialmente las Pirámides de Egipto, muy expoliadas, en especial por los ingleses. Con las Pirámides, los egipcios querían conferir la eternidad a sus faraones embalsamados, para los que ornaban las cámaras mortuorias con un esplendoroso lujo. Los egipcios colocaban junto al sarcófago del faraón gran cantidad de suculentos manjares, que debían servirle de alimento en el largo camino hacia la otra orilla de la vida.

Entretanto, otra fiesta amenaza con imponerse al día de Todos los Santos. Se trata de la pagana anglosajona Halloween (31 de octubre) que se está extendiendo por todo Occidente. Además de las Navidades, Halloween hace florecer los negocios de los establecimientos de juguetes. En la noche de Halloween pueden verse calabazas huecas, con una velita dentro y otras figuras, que recuerdan a los lares, aquellos espíritus que protegían los hogares de los romanos. Halloween es una fiesta para los niños que, disfrazados, van de casa en casa pidiendo alguna golosina.

Pero, en realidad, los seres queridos desaparecidos no precisan de festividades. Existirán y estarán siempre presentes de alguna manera en nuestras mentes mientras nosotros vivamos.

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