Lo siento. No puedo glosar el famoso debate, porque me quedé dormido de aburrimiento. Lástima del dinero gastado en la
representación. Que en un país democrático tenga que recurrirse a la Academia de Televisión para que discutan los dos candidatos a jefe de gobierno y que el debate no lo pueda emitir sencillamente, sin gastos adicionales, una o varias cadenas de televisión del país, es un ejemplo más de cómo vivimos por encima de nuestras posibilidades. Palabras, promesas y declaración de intenciones. ¿Para eso tanto teatro? Tercermundismo y despilfarro. Eso sí, toda España ha podido enterarse de que Rajoy sabe leer.
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