"La gente del entorno de Rajoy ha enviado un sms a distintos periodistas: piden árnica, piden paciencia, piden que cesen las presiones para que Rajoy anuncie ya los nombres de sus ministros y las medidas que va a tomar para apaciguar la crisis.
Es inaudito que un partido envíe un mensaje al móvil suplicando que cese la coacción, porque se trata de una súplica y también de una coacción. Y es inaudito porque nunca hasta ahora un presidente electo se había visto tan presionado para que desvele antes de tomar posesión los nombres de los miembros de su gabinete y concrete qué medidas va a tomar.
La situación es de emergencia, pero ni aun así se pueden romper las reglas de juego. Rajoy será presidente antes de que finalice el año, pero todavía no lo es. Y hay un presidente, con un gobierno. En funciones, pero con atribuciones y competencias plenas. Cualquier iniciativa de Rajoy en el sentido de adelantar cuáles son las medidas que va a aplicar serían una falta de respeto al Gobierno legalmente constituido. Cualquier anuncio de Rajoy en torno a su próximo vicepresidente económico supondría que ese vicepresidente quedaría marcado de tal manera que se vería imposibilitado de actuar con eficacia: si anunciara medidas, Elena Salgado estaría en su derecho de recordarle que no tiene competencia para tomar ningún tipo de decisión que afecte al área económica, que es responsabilidad de la vicepresidenta hasta la hora del relevo. Y si calla la persona designada por Rajoy, se le echará en cara que permanezca cruzada de brazos.
Los relevos tienen sus tiempos. El Congreso celebrará su primera sesión el 13 de diciembre porque así lo decidió el anterior Parlamento, como marca la ley. Ese Congreso elegirá a los miembros de su Mesa, al igual que el Senado, y a partir de ese momento hay cinco días para constituir los grupos parlamentarios, y es ahí donde se pueden hacer algunos recortes en el tiempo si los grupos así lo quieren. Luego el Rey debe iniciar una ronda de consultas con los representantes de los grupos, tarea a la que deberá dedicar al menos dos días, ya que son doce las formaciones con representación parlamentaria, y sólo después de escucharlas llamará al presidente del Congreso para proponerle un nombre. Que será Rajoy, puesto que ha ganado por mayoría absoluta, pero los plazos son los plazos.
Tengamos, por tanto, la fiesta en paz, dejemos de enredar con la historia de que Rajoy diga de una vez quiénes van a ser los miembros de su futuro gobierno y anuncie también qué medidas piensa tomar para empezar a poner este país en disposición de superar la pesadilla que estamos sufriendo. No puede ni debe hacerlo, aunque millones de españoles estén deseando que su gobierno empiece a andar."
Autora: Pilar Cernuda
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