“Soy prostituta”. Hasta dos veces tuvo que repetir Gloria su “profesión” a la funcionaria que le atendía detrás del mostrador de la delegación de Hacienda de Girona. La empleada pública se quedó anonadada. El asombro no fue menor en la Tesorería de la Seguridad Social cuando la misma joven, visiblemente embarazada, se presentó para inscribirse como trabajadora sexual. “Nunca se nos había planteado algo así”, le soltaron allí. Pero Gloria Poyatos, exabogada y actualmente juez en Arrecife (Lanzarote), consiguió su objetivo: demostrar que las meretrices pueden inscribirse como autónomas en el sistema legal, cotizar, pagar impuestos por lo que ganan y acceder a todo tipo de prestaciones sociales. “Después de mi experimento, me llamaron muchas prostitutas, y sé que varias han logrado cursar su alta en el sistema”.
La magistrada Gloria Poyatos lo cuenta en su libro “La prostitución como trabajo autónomo”. Ahí relata cómo en 2009 (antes de dedicarse a la judicatura) se lió la manta a la cabeza. Su tesis doctoral en la Universidad de Girona le sirvió de excusa. “Siempre me he interesado por los colectivos más desprotegidos”, explica esta joven de 33 años, que ya antes publicó sendos libros sobre los trabajadores con contrato temporal y el acoso laboral.
Facturas anónimas
Y allá que se fue. Cara a cara con la administración y fingiendo ser meretriz. Su objetivo, obtener un “no” para luego impugnarlo y lograr una sentencia que reconociera los derechos de las prostitutas. “No hay ningún impedimento legal para que se inscriban”. Su sorpresa fue cuando ni en la Seguridad Social ni en Hacienda, después del sonrojo inicial, le pusieron pegas. Aunque trabas sigue habiendo. Sobre todo, fiscales. Hacienda exige a los autónomos que declaren todo lo que ganan con el nombre y los apellidos de las personas a las que facturan. “Si las prostitutas tienen que hacer un recibo por cada servicio, cuando el 98% de los clientes exigen el anonimato, tienen un problema. Aquí es donde hay que hacer una regulación legal”.
En época de candente crisis, la juez de lo social de Arrecife no se olvida del “pellizco” que para las arcas del Estado supondría la regularización de esta profesión. “Los españoles gastan 50 millones al día en prostitución. Son ingresos que se quedan en la economía sumergida y sin ningún tipo de control fiscal”. Y lo que es más importante, una vida más libre para las prostitutas: “Con independencia económica podrían quitarse el lastre de los explotadores proxenetas”.
Fuente: La Verdad.
Autor: Arturo Checa
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