Los multimillonarios españoles en euros están de fiesta. El Estado español concede una amnistía a aquellos capitalistas que mantienen sus euros a buen recaudo, en paraísos fiscales, con el honroso y patriótico propósito de defraudar al Fisco español. España hasta ahora no ha reconocido la ardua tarea de lavar millones de billetes de 500 con el único fin de apoyar a la nación en el caso de que ésta pudiera sufrir bancarrota y verse a merced de los tiburones crediticios, que quieren cargarse al euro y, de camino, hipotecar a altos intereses, en primer lugar a las naciones europeas más débiles (Grecia, Italia, España) y competir luego contra Alemania y Francia.
Estamos hablando de un nuevo capitalismo totalmente global, que engulle a partidos políticos no afines, como los socialistas, y que apoya a los conservadores y ultraconservadores, más proclives a llevar a cabo con toda rigidez las reformas que necesita ese “enemigo invisible de las cien cabezas”, entre ellas, Wall Street y su enorme peso en los medios de comunicación no sólo estadounidenses.
El presidente del Gobierno, Rajoy puede afeitarse mejor su rala barba y vestirse como estadista. Que no se engañe. Las potencias financieras que nos amenazan, no respetan a la larga ni a los partidos políticos ni a los parlamentos del sistema democrático, en los que ellos sólo ven un obstáculo. Los dirigentes europeos deberán unir esfuerzos y olvidar egoísmos nacionales y locales, si Europa ha de seguir existiendo como potencia económica y, por ende, política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario