viernes, 27 de abril de 2012

Rincón del lector: "Déjame dormir mamá"


Desde Madrid nos envían unos jocosos versos, supuestamente atribuidos a Fray Junípero Serra (1713 - 1784), cuando su autor es en realidad José Aguilar Jurado, alias Fray Josepho de la Tarima. Este filólogo, medievalista, poeta satírico, humorista, periodista y educador (Wikipedia) es asiduo colaborador de publicaciones como Época y ABC.

A mediados del siglo XVIII, que es precisamente cuando se supone que fue concebido el poema, Fray Junípero Serra estaba en tierras mexicanas y californianas, adonde había sido destinado como misionero allá por el año 1749. Veinte años más tarde, en 1769, Fray Junípero y sus misioneros participaron activamente en el descubrimiento de Monterrey.

En su labor fundadora, Fray Junípero Serra y sus valiosos coadyuvantes establecieron las misiones de San Diego (1769), San Carlos (1770), San Antonio (1771), San Francisco (1776), San Buenaventura (1782), Los Ángeles y Sacramento, entre otras. Fray Junípero nunca más regresó a España. Falleció en Monterrey el 28 de agosto de 1784.

Las incongruencias del poemilla saltan a la vista: en el siglo XVIII, con reyes como Felipe V y Carlos III, España -como casi todo el resto de Europa- tenía un sistema absolutista de gobierno. Por ello, no podía haber parlamentarios que cobrasen dietas y mucho menos se conocía la palabra “estress”, un neologismo de mediados del siglo XX, ni expresiones como "hacer(le) la pelota al jefe".

Pero como la poesía tiene su gracia, se la ofrecemos a continuación, ya que estamos seguros de que con ella conseguiremos arrancarles una sonrisa.
M.R.

DÉJAME DORMIR, MAMÁ

Hijo mío, por favor,
de tu blando lecho salta.
Déjame dormir, mamá,
que no hace ninguna falta.

Hijo mío, por favor,
levántate y desayuna.
Déjame dormir, mamá,
que no hace falta ninguna.

Hijo mío, por favor,
que traigo el café con leche.
Mamá, deja que en las sábanas
un rato más aproveche..

Hijo mío, por favor,
que España entera se afana.
¡Que no! ¡Que no me levanto
porque no me da la gana!

Hijo mío, por favor,
que el sol está ya en lo alto.
Déjame dormir, mamá,
no pasa nada si falto.

Hijo mío, por favor,
que es la hora del almuerzo.
Déjame, que levantarme
me supone mucho esfuerzo.

Hijo mío, por favor,
van a llamarte haragán.
Déjame, mamá, que nunca
me ha importado el qué dirán.

Hijo mío, por favor,
¿y si tu jefe se enfada?
Que no, mamá, déjame,
que no me va pasar nada.

Hijo mío, por favor,
que ya has dormido en exceso..
Déjame, mamá, que soy
diputado del Congreso
y si falto a las sesiones
ni se advierte ni se nota.
Solamente necesito
acudir cuando se vota,
que los diputados somos
ovejitas de un rebaño
para votar lo que digan
y dormir en el escaño.

En serio, mamita mía,
yo no sé por qué te inquietas
si por ser culiparlante
cobro mi sueldo y mis dietas.
Lo único que preciso,
de verdad, mamá, no insistas,
es conseguir otra vez
que me pongan en las listas.

Hacer la pelota al líder,
ser sumiso, ser amable
Y aplaudirle, por supuesto,
cuando en la tribuna hable.
Y es que ser parlamentario
fatiga mucho y amuerma.
Por eso estoy tan molido.
¡Déjame, mamá, que duerma!

Bueno, te dejo, hijo mío.
Perdóname, lo lamento.
¡Yo no sabía el estrés
que produce el Parlamento!

1 comentario:

  1. Parece mentira que quien ha estado con actitud servil a la sombra del franquismo, tenga ahora la desfachatez de criticar la democracia, que es el mejor sistema de gobierno hoy por hoy. Otra cosa son los políticos y más los actuales, cuya mediocridad y afán de poder son públicos y notirios, así como su desprecio al pueblo a quien le deben todo lo que desgraciadamente son.

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