El elefante, que parecía realmente muerto, continúa con vida y ha decidido entrar en el tenderete de la loza española. Quizá tenía los dos colmillos retorcidos, acaso la venganza corra de cuenta de su fantasma. Lo cierto es que se suceden las desdichas desde que fue asesinado y sigue dando trompadas.
La prima de riesgo y otros parientes baten su propia plusmarca; el exsocio de Iñaki Urdangarin implica al monarca ante el juez por hacer gestiones a favor de su yerno y al sistema autonómico le ha entrado la tembladera. ¿Habitaba algún brujo selvático en la móvil colina del elefante? En ese caso sus poderes malévolos abarcan el mapamundi: la revocada señora de Kirchner ha aprovechado el estropicio en la cacharrería para llevarse algunas piezas de Repsol. Siempre pasa lo mismo. La debilidad de un país es lo que más fortalece a otros y por eso sigue siendo utópico hablar de la globalización.
Los que pueden entrar en su habitación del hospital dicen que el Rey «es consciente» de las críticas por su safari africano, pero lo cierto es que se ha abierto la veda y hay demasiada gente que aprovecha la ocasión para arremeter contra lo que mi amigo José María Pemán llamaba «el duro monosílabo de oro». (Hablando de Pemán, recuerdo lo último que me dijo, allá en su Cádiz y frente a su propia estatua: «Los españoles no nos entenderemos nunca»).
Mal andan las cosas y lo peor es que España, que está renqueando, también tiene artrosis. Los terribles recortes en Sanidad y en Educación van a hacer de nosotros -mejor será decir de vosotros, porque yo tengo mis vacilantes días contados- un país menos saludable y menos ilustrado.
¿Cuándo empezó el 'annus horribilis'? Estos desastres no se improvisan, ya que nunca surgen de la noche de los tiempos a la mañana. Hay que acumular muchos errores para abrirle las puertas a los horrores. Cuando se les quiere dar con ella en las narices, hacen falta muchas narices para echarlos. No solo se han acomodado en su interior, sino que están muy a gusto.
Fuente: Hoy.es (hoy.es)
Autor: Manuel Alcántara
La prima de riesgo y otros parientes baten su propia plusmarca; el exsocio de Iñaki Urdangarin implica al monarca ante el juez por hacer gestiones a favor de su yerno y al sistema autonómico le ha entrado la tembladera. ¿Habitaba algún brujo selvático en la móvil colina del elefante? En ese caso sus poderes malévolos abarcan el mapamundi: la revocada señora de Kirchner ha aprovechado el estropicio en la cacharrería para llevarse algunas piezas de Repsol. Siempre pasa lo mismo. La debilidad de un país es lo que más fortalece a otros y por eso sigue siendo utópico hablar de la globalización.
Los que pueden entrar en su habitación del hospital dicen que el Rey «es consciente» de las críticas por su safari africano, pero lo cierto es que se ha abierto la veda y hay demasiada gente que aprovecha la ocasión para arremeter contra lo que mi amigo José María Pemán llamaba «el duro monosílabo de oro». (Hablando de Pemán, recuerdo lo último que me dijo, allá en su Cádiz y frente a su propia estatua: «Los españoles no nos entenderemos nunca»).
Mal andan las cosas y lo peor es que España, que está renqueando, también tiene artrosis. Los terribles recortes en Sanidad y en Educación van a hacer de nosotros -mejor será decir de vosotros, porque yo tengo mis vacilantes días contados- un país menos saludable y menos ilustrado.
¿Cuándo empezó el 'annus horribilis'? Estos desastres no se improvisan, ya que nunca surgen de la noche de los tiempos a la mañana. Hay que acumular muchos errores para abrirle las puertas a los horrores. Cuando se les quiere dar con ella en las narices, hacen falta muchas narices para echarlos. No solo se han acomodado en su interior, sino que están muy a gusto.
Fuente: Hoy.es (hoy.es)
Autor: Manuel Alcántara
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