Disparado el último cartucho de la caza de elefantes en el sur de África, el Rey pidió, entre obediente y humilde, perdón a los españoles desde la clínica, ante una cámara de TVE y un fotógrafo de la agencia EFE. El gobierno de Rajoy se recuperó del susto, e hizo saber, a su vez, que desde el primer momento había estado informado de la aventura cinegética del Monarca. Se miente tanto en la política que, tal vez, sin mentiras, no sería posible gobernar en cualquier parte del mundo.
Pero, pese a todos los pronósticos, el Rey parece haber superado el bache en su popularidad. Precisamente ayer nos sorprendió el resultado de dos encuestas publicadas por dos importantes rotativos de nuestro país. Según la encuesta realizada por “El Mundo”, el 70 por ciento de los españoles perdona el “desliz” de don Juan Carlos y un 73 por ciento sigue haciendo, pese a lo ocurrido, una valoración "buena o muy buena" de su reinado. El sondeo de “La Razón” va más allá: un 50,2 por ciento de los españoles considera que la monarquía es una institución fundamental y un 71 por ciento estima que el príncipe Felipe está preparado para sustituir al rey, aunque más de la mitad, un 52 por ciento, rechaza la hipótesis de la abdicación.
Al parecer, el motivo de que los españoles no le guarden rencor al Rey y le sigan valorando muy por encima de los políticos sería el hecho de haber sido capaz de reconocer públicamente su error y de pedir disculpas al pueblo español por su equivocación, mientras que no se conoce a ningún político que haya hecho lo mismo hasta ahora.
Pero el safari no ha concluido. Entretanto se siguen oyendo voces en favor de una abdicación del Rey en su hijo y sucesor Felipe, príncipe de Asturias e incluso de un referéndum para dilucidar qué desea la mayoría de los españoles, si Monarquía o República.
No es curioso, es lógico, que la extrema derecha española, que no ha perdonado a Juan Carlos la conversión de una dictadura fascista en una democracia parlamentaria, se pronuncie a favor de una República. Aunque me repita: aquí han de tener mucho cuidado los auténticos republicanos, que ondean la bandera de la II. República. Tal como está el panorama económico y político, la “ansiada” república sería de derechas, y en la derecha no faltan políticos con ansia de poder. Lo más seguro es que al frente del sistema se colocara a un anciano franquista que empujara a hijos y nietos a recuperar los viejos tiempos, que aún no están tan lejanos por la negativa del PP de abjurar de la dictadura de Franco.
Lo quieran o no lo quieran, una monarquía parlamentaria, cono en Holanda o en Suecia, es lo que más conviene a España. Los monarcas son personas y tienen sus debilidades como tú o como yo, pero ellos tienen sus responsabilidades frente a la ciudadanía y han de saber hasta dónde llegar. Por lo demás, los asuntos familiares entre los monarcas no deberían ser pasto de la prensa del corazón. Pero aquí la responsabilidad recae en Juan Carlos. De poco sirve pedir perdón ante la TVE y la agencia EFE –la primera vez que un rey español se disculpa, aunque sea en lenguaje diplomático– si no se pone orden en la vida privada, que tampoco pertenece exclusivamente al Rey.
Pero, pese a todos los pronósticos, el Rey parece haber superado el bache en su popularidad. Precisamente ayer nos sorprendió el resultado de dos encuestas publicadas por dos importantes rotativos de nuestro país. Según la encuesta realizada por “El Mundo”, el 70 por ciento de los españoles perdona el “desliz” de don Juan Carlos y un 73 por ciento sigue haciendo, pese a lo ocurrido, una valoración "buena o muy buena" de su reinado. El sondeo de “La Razón” va más allá: un 50,2 por ciento de los españoles considera que la monarquía es una institución fundamental y un 71 por ciento estima que el príncipe Felipe está preparado para sustituir al rey, aunque más de la mitad, un 52 por ciento, rechaza la hipótesis de la abdicación.
Al parecer, el motivo de que los españoles no le guarden rencor al Rey y le sigan valorando muy por encima de los políticos sería el hecho de haber sido capaz de reconocer públicamente su error y de pedir disculpas al pueblo español por su equivocación, mientras que no se conoce a ningún político que haya hecho lo mismo hasta ahora.
Pero el safari no ha concluido. Entretanto se siguen oyendo voces en favor de una abdicación del Rey en su hijo y sucesor Felipe, príncipe de Asturias e incluso de un referéndum para dilucidar qué desea la mayoría de los españoles, si Monarquía o República.
No es curioso, es lógico, que la extrema derecha española, que no ha perdonado a Juan Carlos la conversión de una dictadura fascista en una democracia parlamentaria, se pronuncie a favor de una República. Aunque me repita: aquí han de tener mucho cuidado los auténticos republicanos, que ondean la bandera de la II. República. Tal como está el panorama económico y político, la “ansiada” república sería de derechas, y en la derecha no faltan políticos con ansia de poder. Lo más seguro es que al frente del sistema se colocara a un anciano franquista que empujara a hijos y nietos a recuperar los viejos tiempos, que aún no están tan lejanos por la negativa del PP de abjurar de la dictadura de Franco.
Lo quieran o no lo quieran, una monarquía parlamentaria, cono en Holanda o en Suecia, es lo que más conviene a España. Los monarcas son personas y tienen sus debilidades como tú o como yo, pero ellos tienen sus responsabilidades frente a la ciudadanía y han de saber hasta dónde llegar. Por lo demás, los asuntos familiares entre los monarcas no deberían ser pasto de la prensa del corazón. Pero aquí la responsabilidad recae en Juan Carlos. De poco sirve pedir perdón ante la TVE y la agencia EFE –la primera vez que un rey español se disculpa, aunque sea en lenguaje diplomático– si no se pone orden en la vida privada, que tampoco pertenece exclusivamente al Rey.
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