En los últimos meses, el rey don Juan Carlos pasa más tiempo en los quirófanos que en su trono, que es el sitio donde debe estar y más en una situación en España que podríamos llamar angustiosa y dramática, aunque los españoles –no todos, hay millones de parados y de pobres– saben apañárselas, de manera que pueden mantener el tipo no sólo en España, sino también fuera de nuestras fronteras, donde se desearía que España se hunda como Grecia, porque nuestro país tiene futuro y hará la competencia a quienes ahora denuestan de nosotros.
En este marco me parece poco sensible y poco solidario que el Rey se marche a Betsuana, a cazar elefantes y que, encima, se caiga y se rompa una cadera, de la que fue operado (difícil operación) en la madrugada del sábado. El Rey parece no querer separarse de sus muletas, a las que también tiene acostumbrada a la ciudadanía. Muy recientemente caminaba fatigoso con dichos apoyos debido a una operación del talón de Aquiles, a causa también del deporte.
España necesita a su Rey, también los republicanos como yo, porque es la garantía de que siga avanzando la democracia en España y que vayan remitiendo odios que tienen su origen en nuestro reciente pasado. Cierto es que contamos con un sucesor, el Príncipe de Asturias, pero la realidad es que la vida guarda muchas sorpresas y, hasta que esté instalado en el trono, fecha que deseamos muy lejana, no sabremos cómo respirará el príncipe como Felipe VI. Felipe está muy preparado, pero ¿quién puede leer la mente? A lo mejor, el reinar no le guste y no se entregue a este deber con la energía de su deportivo padre. Los republicanos abrigarán esperanzas de una III República, pero insisto en que el proceso de transición democrática no está todavía lo suficiente maduro para que podamos realmente convivir en paz, mérito indiscutible por ahora de la Corona.
Deseo una pronta recuperación al monarca, también por la seguridad del país que él representa en su persona. Y por favor, dedíquese a pescar bien amarradito a un árbol.
En este marco me parece poco sensible y poco solidario que el Rey se marche a Betsuana, a cazar elefantes y que, encima, se caiga y se rompa una cadera, de la que fue operado (difícil operación) en la madrugada del sábado. El Rey parece no querer separarse de sus muletas, a las que también tiene acostumbrada a la ciudadanía. Muy recientemente caminaba fatigoso con dichos apoyos debido a una operación del talón de Aquiles, a causa también del deporte.
España necesita a su Rey, también los republicanos como yo, porque es la garantía de que siga avanzando la democracia en España y que vayan remitiendo odios que tienen su origen en nuestro reciente pasado. Cierto es que contamos con un sucesor, el Príncipe de Asturias, pero la realidad es que la vida guarda muchas sorpresas y, hasta que esté instalado en el trono, fecha que deseamos muy lejana, no sabremos cómo respirará el príncipe como Felipe VI. Felipe está muy preparado, pero ¿quién puede leer la mente? A lo mejor, el reinar no le guste y no se entregue a este deber con la energía de su deportivo padre. Los republicanos abrigarán esperanzas de una III República, pero insisto en que el proceso de transición democrática no está todavía lo suficiente maduro para que podamos realmente convivir en paz, mérito indiscutible por ahora de la Corona.
Deseo una pronta recuperación al monarca, también por la seguridad del país que él representa en su persona. Y por favor, dedíquese a pescar bien amarradito a un árbol.
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