Leyendo la prensa alemana del fin de semana me encontré con un interesante artículo sobre el nuevo partido alemán “Die Piraten” (“Los Piratas”), también conocido como “Piratenpartei”, una especie de movimiento 15-M que ha sabido dar un paso más allá y convertirse en partido político.
Ese partido de protesta que nació hace 5 años ha sido muy exitoso en los últimos tiempos. Primero en Berlín, donde, en las elecciones del 18 de septiembre de 2011, el 8,9 por ciento de los votos les dio derecho a una representación de 15 diputados en la Asamblea de Berlín. Después, el 7,4% (4 escaños) en las elecciones del 25 de marzo 2012 en el Sarre. Y como colofón de las sorpresas, según las encuestas publicadas en la prensa y la televisión alemana, “Los Piratas” hubiesen conseguido el 12% de los votos de haberse celebrado el pasado domingo elecciones al Parlamento Federal.
Y eso que su programa es más bien nebuloso y carente de chicha, siendo sus reivindicaciones más conocidas la de reclamar un salario base para todos, la protección de datos en internet y la legalización de las drogas. Pero los alemanes, sobre todos los jóvenes, parecen estar bastante hartos de la falta de transparencia y de los chanchullos de los partidos establecidos, a quienes consideran deshonestos, inmovilistas y aposentados en su escaño, al que parecen estar pegados con “Pattex”.
De hecho, según la encuesta hecha pública la semana pasada en la ARD (1er canal alemán de televisión), los encuestados que supuestamente se decantarían por el Partido Pirata (“Piratenpartei”), lo harían mayoritariamente por sentirse decepcionados con los partidos políticos convencionales, incluido el de la Sra. Merkel, cuya labor no está siendo muy bien valorada por sus compatriotas en los últimos tiempos.
Con elecciones parlamentarias y municipales a la vuelta de la esquina (el próximo 6 de mayo en Schleswig-Holstein y el 13 de mayo en Renania de Norte-Westfalia, “Land” que suele marcar tendencia para las elecciones generales, que se celebrarán en 2013), no es pues de extrañar que las otras tres formaciones minoritarias tradicionales alemanas: Los Verdes, La Izquierda y el Partido Liberal (que últimamente va de capa caída en Alemania) se hayan echado a temblar ante el posible varapalo que la irrupción con tanta fuerza de los Piratas en el mapa político alemán pueda significar para ellos en un futuro demasiado cercano para su gusto.
Margarita Rey
Ese partido de protesta que nació hace 5 años ha sido muy exitoso en los últimos tiempos. Primero en Berlín, donde, en las elecciones del 18 de septiembre de 2011, el 8,9 por ciento de los votos les dio derecho a una representación de 15 diputados en la Asamblea de Berlín. Después, el 7,4% (4 escaños) en las elecciones del 25 de marzo 2012 en el Sarre. Y como colofón de las sorpresas, según las encuestas publicadas en la prensa y la televisión alemana, “Los Piratas” hubiesen conseguido el 12% de los votos de haberse celebrado el pasado domingo elecciones al Parlamento Federal.
Y eso que su programa es más bien nebuloso y carente de chicha, siendo sus reivindicaciones más conocidas la de reclamar un salario base para todos, la protección de datos en internet y la legalización de las drogas. Pero los alemanes, sobre todos los jóvenes, parecen estar bastante hartos de la falta de transparencia y de los chanchullos de los partidos establecidos, a quienes consideran deshonestos, inmovilistas y aposentados en su escaño, al que parecen estar pegados con “Pattex”.
De hecho, según la encuesta hecha pública la semana pasada en la ARD (1er canal alemán de televisión), los encuestados que supuestamente se decantarían por el Partido Pirata (“Piratenpartei”), lo harían mayoritariamente por sentirse decepcionados con los partidos políticos convencionales, incluido el de la Sra. Merkel, cuya labor no está siendo muy bien valorada por sus compatriotas en los últimos tiempos.
Con elecciones parlamentarias y municipales a la vuelta de la esquina (el próximo 6 de mayo en Schleswig-Holstein y el 13 de mayo en Renania de Norte-Westfalia, “Land” que suele marcar tendencia para las elecciones generales, que se celebrarán en 2013), no es pues de extrañar que las otras tres formaciones minoritarias tradicionales alemanas: Los Verdes, La Izquierda y el Partido Liberal (que últimamente va de capa caída en Alemania) se hayan echado a temblar ante el posible varapalo que la irrupción con tanta fuerza de los Piratas en el mapa político alemán pueda significar para ellos en un futuro demasiado cercano para su gusto.
Margarita Rey
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