Después
del éxito electoral de Alfredo Pérez Rubalcaba, se me ponen los vellos como
escarpias cuando leo u oigo que Rubalcaba se presenta como candidato a
secretario general del PSOE en el próximo congreso extraordinario del PSOE. La
mano derecha de Zapatero en las causas perdidas, por último en la escabechina
sufrida por los socialistas liderados por Rubalcaba, me hace pensar que el
partido socialista español apuesta por la catástrofe total.
El
PSOE necesita jóvenes con inteligencia e instinto político, con voluntad de cambiar, de reformar lo circunstancial, de deshacerse
de estómagos agradecidos, de gorrones, de
enchufados y santones, por mucho que haya hecho Rubalcaba en el pasado. No se trata de una
depuración como la que llevaron a cabo Felipe González y Alfonso Guerra con los
compañeros del exilio, “los históricos”, sino de un giro hacia el futuro, que
el PSOE recupere a la juventud apolítica y a los jóvenes que buscan patria
política en un partido como el PP, diametralmente contrario a los valores
humanistas, éticos y progresistas que defendía hace más de un siglo el partido
socialista internacional.
Una
óptima candidata es Carme Chacón o cualquier otra persona con su valía. La ex ministra
de Defensa ha demostrado con creces sus dotes de mando y su sensibilidad ante
las tropas españolas, todas personas, no
meros números. Rubalcaba puede seguir de asesor como veterano socialista, hasta
su jubilación.
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