El caso Urdangarin,
esposo de la infanta Cristina, ha dado
nuevo impulso a quienes desearían acabar con la Corona en España. Que tengan
mucho ojo los partidarios de la República, que ondean la bandera republicana.
No está dicho que una república sea de izquierdas. La república que desean los
detractores de la Corona, entre los que figuran también comentaristas en la
prensa escrita, sería, por supuesto, una república de derechas, una “dictadura
republicana”. Ante estos gestos se mantiene firme y vigilante la Corona
española, cuyo más alto representante es Juan Carlos, el hombre que, con sus
asesores, ha sabido superar la dictadura, puesta en sus manos por el dictador
Franco, y desde la más estricta legalidad, establecer la democracia en España.
Para algunos, la
actual democracia no es suficiente. Me refiero aquí a los partidarios de la III
República, republicanos izquierdistas y otros izquierdosos, que confunden la
ideología con la ilusión. Se me ponen los pelos de punta cuando pienso, por
ejemplo, en un Aznar o en un Zapatero como presidentes de la República.
El Rey es el representante de todos los españoles. Es el jefe supremo
de las fuerzas armadas, una garantía más de la solidez de nuestra democracia,
como se vió el 23-F. La Corona no se inmiscuye en el diario debate político,
pero está al servicio del bien público. Los que creían que al asunto Urdangarin
iba a desestabilizar a la Monarquía se han visto de momento chasqueados y puede
apostarse que lo mismo sucederá si el yerno del rey es procesado. En una rápida
reacción, la Casa Real difundió un
comunicado especificando quiénes pertenecen a la familia real y quiénes no.
Según el comunicado son familia real el Rey y la Reina, el príncipe de
Asturias, Felipe y su sucesor. Presuntamente, Urdangarin, en sus negocios
millonarios exhibía como aval la circunstancia de ser yerno del rey.
Hasta ahora, Juan Carlos ha sabido actuar consecuentemente y sin miramientos. En el largo recorrido de la
Corona en la democracia, las miradas se dirigen hacia el futuro y esperan del
príncipe Felipe la misma sabiduría, prudencia y bien hacer que su padre don
Juan Carlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario