Tras
la arrolladora victoria del PP en las pasadas elecciones ya comenzó el primero
de los tres juicios contra el juez Garzón, instigado el último por la derecha. Prácticamente,
dejando a un lado la Corona, puede decirse que España es hoy un país dominado
regional y “nacionalmente” por un solo partido. En la Justicia, también con el
PP, la balanza se inclina hacia la derecha. Podemos imaginar el futuro.
Los
observadores opinan que, en realidad, los dos juicios (uno por prevaricación, el otro por una
cuestión financiera de poca monta) están escenificados para tapar la importante
cuestión del juicio a la dictadura franquista, que proyectaba el significado
juez. Ya tiene miga que la prohibición del tercer juicio, contra el franquismo,
se incoase a instancias de tres organizaciones de extrema derecha. En mi
opinión se trata de un juicio contra el dictador Franco y su dictadura, aunque
tal vez tardío, que solamente podría tener valor
moral, habiendo fenecido entretanto los principales actores (Fraga hace cuatro
días). La inmensa mayoría de los delincuentes franquistas tendrían que ser
juzgados “en rebeldía”. El proceso quería, pues, ser testimonial y un desagravio
a los familiares de las víctimas. Lo que sí hubiese sido factible es eliminar
todos los símbolos franquistas de plazas, calles y edificios españoles. Y
ayudar a los familiares de las víctimas a hallar sus restos en las fosas
comunes. ¿No ha tenido el PSOE tiempo para hacer que ambas cosas se cumplan?
La
izquierda que cree que con la transición llegó a España la democracia como la
existente en otros países de Europa, sucumben a un error. Con la transición
llegó a España la ansiada libertad. La democracia se construye día a día con los propios hechos: esto vale
tanto para el PP como para el PSOE. Partidos anclados en el pasado corrompen a
la democracia, que es sobre todo progresismo y respeto íntegro de la Carta Magna.
Quienes se escudan detrás de la constitución (las constituciones pueden
reformarse) para mantener su espíritu totalitario, no son demócratas. España
necesita aún más experiencia democrática. Todos los partidos políticos
necesitan aún madurar. Pero un proceso contra el franquismo hubiese involucrado
al PP e incluso al propio Rey. Todos los países tienen que asumir su pasado.
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