viernes, 20 de enero de 2012

Tema de hoy: Garzón


Tras la arrolladora victoria del PP en las pasadas elecciones ya comenzó el primero de los tres juicios contra el juez Garzón, instigado el último por la derecha. Prácticamente, dejando a un lado la Corona, puede decirse que España es hoy un país dominado regional y “nacionalmente” por un solo partido. En la Justicia, también con el PP, la balanza se inclina hacia la derecha. Podemos imaginar el futuro.

Los observadores opinan que, en realidad, los dos juicios  (uno por prevaricación, el otro por una cuestión financiera de poca monta) están escenificados para tapar la importante cuestión del juicio a la dictadura franquista, que proyectaba el significado juez. Ya tiene miga que la prohibición del tercer juicio, contra el franquismo, se incoase a instancias de tres organizaciones de extrema derecha. En mi opinión se trata de un juicio contra el dictador Franco y su dictadura, aunque tal vez tardío,  que solamente podría tener valor moral, habiendo fenecido entretanto los principales actores (Fraga hace cuatro días). La inmensa mayoría de los delincuentes franquistas tendrían que ser juzgados “en rebeldía”. El proceso quería, pues, ser testimonial y un desagravio a los familiares de las víctimas. Lo que sí hubiese sido factible es eliminar todos los símbolos franquistas de plazas, calles y edificios españoles. Y ayudar a los familiares de las víctimas a hallar sus restos en las fosas comunes. ¿No ha tenido el PSOE tiempo para hacer que ambas cosas se cumplan?

La izquierda que cree que con la transición llegó a España la democracia como la existente en otros países de Europa, sucumben a un error. Con la transición llegó a España la ansiada libertad. La democracia se construye  día a día con los propios hechos: esto vale tanto para el PP como para el PSOE. Partidos anclados en el pasado corrompen a la democracia, que es sobre todo progresismo y respeto íntegro de la Carta Magna. Quienes se escudan detrás de la constitución (las constituciones pueden reformarse) para mantener su espíritu totalitario, no son demócratas. España necesita aún más experiencia democrática. Todos los partidos políticos necesitan aún madurar. Pero un proceso contra el franquismo hubiese involucrado al PP e incluso al propio Rey. Todos los países tienen que asumir su pasado.        

          

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