“Adoptar una decisión salomónica”. = Tomar una decisión justa y equitativa para las partes enfrentadas sin favorecer a ninguna de las dos, aunque ello puede algunas veces ser fruto del deseo del juez de “no querer mojarse” con ninguna de las partes y querer quedar bien con el demandante y el demandado.
Como tantas muchas frases populares, también ésta tiene su origen en el Antiguo Testamento de la Biblia y hace referencia al rey de Israel Salomón, hijo de David, de quien cuentan las crónicas que fue un rey justo y sabio. En este caso preciso se refiere a un juicio que enfrentó a dos mujeres. Ambas habían dado a luz a un hijo, pero uno de ellos murió a las pocas horas de nacer, de manera que una de las mujeres tomó la malvada decisión de “darle el cambiazo” a la otra mientras dormía y robarle la criatura que gozaba de buena salud. Al despertar, la madre del niño sano se dio cuenta de la treta y pidió justicia al rey Salomón. Acudieron ambas mujeres ante el rey y éste les hizo saber su decisión: el niño vivo se partiría en dos mitades y cada una de ellas recibiría una parte. La verdadera madre exclamó que prefería que la madre falsa se quedase con el niño antes de verlo muerto. Y el rey Salomón sentenció que sólo la madre auténtica podía ser capaz de anteponer el bien y la salud de la criatura a sus propios intereses, por lo que hizo que su hijo le fuese devuelto mientras que mandaba encarcelar a la malévola estafadora.
“No querer mojarse”. = No quererse posicionar ante algo. No atreverse o no querer dar una opinión clara sobre algo o alguien. No querer comprometerse.
“Dar el cambiazo”. = Sustituir una cosa por otra de menos valor de modo fraudulento (con engaños).
“Calar a alguien”. = Ver cómo es en realidad y cuáles son sus intenciones.
Sin oficio ni beneficio”. = No tener nada, carecer de futuro, no ser nadie. No tener ninguna oportunidad ni en la vida laboral ni en la social.
“Por el humo se sabe dónde está el fuego”. = El fuego equivale aquí a la huella, la pista o el rastro (para detener a los delincuentes).
“De pobre a rico en un día, si toca la lotería”. = El deseo de muchos millones de españoles y extranjeros.
“Se quedaron sopas“. = Quedaron profundamente dormidos.
“Echar en cara”. = Reprochar
“(V)amos vete lavativa/, (v)amos vete salmonete… = Que te largues, te marches, desaparezcas. Los madrileños de mi generación utilizábamos mucho esta castiza expresión para alejar a alguien no deseado.
“Reírse a mandíbula batiente”. = reír con grandes carcajadas; a carcajada limpia.
“Dar (pegar) el braguetazo”. = Casarse con una rica heredera (puede tratarse de una vieja millonaria, pero también de una joven de familia adinerada).
Como tantas muchas frases populares, también ésta tiene su origen en el Antiguo Testamento de la Biblia y hace referencia al rey de Israel Salomón, hijo de David, de quien cuentan las crónicas que fue un rey justo y sabio. En este caso preciso se refiere a un juicio que enfrentó a dos mujeres. Ambas habían dado a luz a un hijo, pero uno de ellos murió a las pocas horas de nacer, de manera que una de las mujeres tomó la malvada decisión de “darle el cambiazo” a la otra mientras dormía y robarle la criatura que gozaba de buena salud. Al despertar, la madre del niño sano se dio cuenta de la treta y pidió justicia al rey Salomón. Acudieron ambas mujeres ante el rey y éste les hizo saber su decisión: el niño vivo se partiría en dos mitades y cada una de ellas recibiría una parte. La verdadera madre exclamó que prefería que la madre falsa se quedase con el niño antes de verlo muerto. Y el rey Salomón sentenció que sólo la madre auténtica podía ser capaz de anteponer el bien y la salud de la criatura a sus propios intereses, por lo que hizo que su hijo le fuese devuelto mientras que mandaba encarcelar a la malévola estafadora.
“No querer mojarse”. = No quererse posicionar ante algo. No atreverse o no querer dar una opinión clara sobre algo o alguien. No querer comprometerse.
“Dar el cambiazo”. = Sustituir una cosa por otra de menos valor de modo fraudulento (con engaños).
“Calar a alguien”. = Ver cómo es en realidad y cuáles son sus intenciones.
Sin oficio ni beneficio”. = No tener nada, carecer de futuro, no ser nadie. No tener ninguna oportunidad ni en la vida laboral ni en la social.
“Por el humo se sabe dónde está el fuego”. = El fuego equivale aquí a la huella, la pista o el rastro (para detener a los delincuentes).
“De pobre a rico en un día, si toca la lotería”. = El deseo de muchos millones de españoles y extranjeros.
“Se quedaron sopas“. = Quedaron profundamente dormidos.
“Echar en cara”. = Reprochar
“(V)amos vete lavativa/, (v)amos vete salmonete… = Que te largues, te marches, desaparezcas. Los madrileños de mi generación utilizábamos mucho esta castiza expresión para alejar a alguien no deseado.
“Reírse a mandíbula batiente”. = reír con grandes carcajadas; a carcajada limpia.
“Dar (pegar) el braguetazo”. = Casarse con una rica heredera (puede tratarse de una vieja millonaria, pero también de una joven de familia adinerada).
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