En los últimos días, y a raíz de la intención del Gobierno de retrasar la edad de la jubilación a los 67 años, se está desarrollando en los instrumentos mediáticos de la ultraderecha y en internet una recia campaña contra los políticos. El pretexto son las remuneraciones de los políticos, pero en realidad el blanco de los arteros ataques de los nostálgicos de la dictadura, es la democracia, que odian porque la ultraderecha solamente puede detentar el poder, que ansía, en un régimen totalitario. Ya vivimos uno, que duró casi 40 años, con un déspota africano al frente. Él y su sistema pudieron sobrevivir gracias a la Guerra Fría. El poco escrupuloso Washington necesitaba bases en España para sus bombarderos y submarinos nucleares. El “patriota” sátrapa vio su oportunidad y la agarró, sin que le importase el peligro de un ataque nuclear soviético.
Ese es el régimen que añoran los plumíferos de la prensa de extrema derecha y sus internautas. Los amargados parados y los cómodos apolíticos no confían demasiado en la democracia. Créanme, la democracia -así pensaba el estadista británico Sir Winston Churchill y el a la sazón presidente francés, general de Gaulle,- es con mucho el mejor de todos los malos sistemas políticos. Con los demagogos y populistas de derechas no cabe el debate. Eso sí, conviene ojear sus publicaciones para saber por dónde van los tiros. No olvidemos que el fascismo es el movimiento de la clase media venida a menos.
Ese es el régimen que añoran los plumíferos de la prensa de extrema derecha y sus internautas. Los amargados parados y los cómodos apolíticos no confían demasiado en la democracia. Créanme, la democracia -así pensaba el estadista británico Sir Winston Churchill y el a la sazón presidente francés, general de Gaulle,- es con mucho el mejor de todos los malos sistemas políticos. Con los demagogos y populistas de derechas no cabe el debate. Eso sí, conviene ojear sus publicaciones para saber por dónde van los tiros. No olvidemos que el fascismo es el movimiento de la clase media venida a menos.