viernes, 6 de agosto de 2010

"Ya veremos"


El PP ha ampliado en seis puntos su ventaja frente al PSOE, cuando el Gobierno de Zapatero está en medio de su plan de ajustes. Estarán exultantes Rajoy y sus dos altavoces femeninas. Su estrategia catastrofista del NO parece estar dando resultados. Cuando se dispone de una artillería mediática como el PP y sus propagadores, que son muchos los ignorantes de la política en todas las capas de la sociedad, no es difícil transformar a favor del PP el miedo y la ira de los afectados por las reformas dictadas desde Bruselas y aceptadas por Zapatero para impedir precisamente el hundimiento y aislamiento de nuestro país. Ahora, el PP, por boca de Cospedal, pide elecciones anticipadas, aunque tal como están las cosas apuntadas ahora por el CIS (Centro de Investigación Sociológica), el PP podría ganar los comicios, pero sin la mayoría absoluta, lo cual le obligaría a lo que tanto ha criticado Rajoy a Zapatero: depender de los grupúsculos regionales.

La ciudadanía podrá votar lo que le parezca, aunque la mayoría de los ignorantes con derecho a voto suelen depositar su papeleta más visceral que inteligentemente. Son los gajes de la democracia que es democracia para todos y no “aristocracia”. Pero ya se verá lo que vale un peine, pues la UE encontraría en un Rajoy un aliado más convencido de la política neoconservadora que el presidente socialista o socialdemócrata Zapatero, que intenta por todos los medios salvar para los trabajadores y desprotegidos lo que se pueda salvar, en una situación globalmente mala. Rajoy y sus muchachas no tendrán empacho en justificar en cada ocasión la severidad de sus medidas de recomposición de la economía del país, poniendo en primer plano la demagógica excusa de “la herencia de Zapatero”, lo cual será convenientemente ampliado por los potentes medios de comunicación afines a los “peperos” y, naturalmente tragado por sus asiduos lectores-repetidores.

En fin, ya veremos. Zapatero no deberá dejarse influenciar por las encuestas. Su actual gran reto es, no sólo conducir al país a puertos socioeconómicos más seguros, en medio de la tempestad financiera, sino agotar su legislatura. De aquí al 2012 pueden ocurrir muchas cosas.

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