Todas las religiones están plagadas de disparates, absurdos, contradicciones, y los fieles, cuanto más fanatizados menos críticos; no se dan cuenta de las tonterías que dicen o que les dicen. El cristianismo, en especial el catolicismo, no es una excepción. Los disparates como la concepción del presunto Jesús o la "Santísima Trinidad" intentan ser explicados por los teólogos mediante un lenguaje rabulístico, desarrollando teorías propias de la ciencia ficción (Borges). Cuando los teólogos no son capaces de racionalizar lo irracional hablan de "misterio" y algún que otro papa lo instaura como dogma de fe, terrible absolutismo ideológico para los creyentes, que han de tragarse a pies juntillas los absurdos que les inculcan desde la más tierna infancia. Renuncio a una relación exhaustiva de estos absurdos, en los que suele jugar un esencial papel ese gaseoso concepto de Espíritu Santo, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Así, el tal Espíritu cometió, hace unos 21 siglos, la proeza de una perfecta fecundación in vitro. Pero dejemos este asunto, ya suficientemente tratado y acerca del cual sólo cabe una sonrisa. Pero en estas líneas, este asunto juega un papel esencial. En el rosario, los beatos y beatas, repiten sin pensar: "Santa María, Madre de Dios..." (El rosario es uno de los métodos más eficaces -como la meditacíón- para hipnotizarse a sí mismos, cayendo en trance, calificado de "estado de gracia").
"Madre de Dios" es un auténtico absurdo, sobre todo si se tiene en cuenta el papel secundario reservado por los Padres de la Iglesia a la "Virgen María" en la llamada Trinidad. El puesto de María lo ocupa el etérico Espíritu Santo (mucho se han roto la cabeza los teólogos,empezando por San Agustín, tratando de comprender ese galimatías, inventado en los primeros siglos del cristianismo, cuando los cristianos se apoderaban de elementos del culto egipcio de Isis, Osiris y el hijo de ambos: Horus; ésta sí era una perfecta trinidad). Incluso si asumimos la postura de un creyente, Dios no tiene madre, porque Dios "es el que es", no tiene principio ni fin. Todos, incluso el presunto Jesús, somos sus criaturas. También "la Virgen María" es una creación de Dios.Y,prescindiendo de lo fantástico de los Evangelios y leyéndolos racionalmente, no encontramos nada que pudiese demostrar que aquel Jesús de Judea se hubiese designado a sí mismo como "Dios". Por lo que hemos leído,él se llamaba "hijo de Dios", una designación muy corriente entre los romanos destacados, llegando incluso los emperadores a calificarse de dioses. Por lo tanto, si "la Virgen María" fue realmente la madre del "Salvador", no por eso era la madre de Dios. Vuelvo a mi postura crítica-racional. Las religiones, incluido el catolicismo, viven del deseo de consolación de los humanos, que por superar sus miedos -principalmente el de la muerte- están dispuestos a comulgar con ruedas de molino. Pero esto no es sólo así ahora, lo ha sido siempre en todas las religiones de la (remota) antigüedad con los dioses entonces vigentes. El siglo XXI no es una excepción. Mientras no se creen ideales dignos de seguir, mientras el hombre no descubra la auténtica humanidad, seguirán siendo necesarias las religiones y sus desviaciones: el fanatismo, la ignorancia y el oscurantismo.
martes, 29 de diciembre de 2009
"Ambos dos"
Si me preguntaran cuál es la innovación lingüística más pintoresca de 2009 diría sin titubear que "ambos dos". La oí en boca de una encantadora y jovencísima reportera de TVE 1 en el telediario que presenta o dirige Ana Blanco. Ésta ni se inmutó ante tanto ingenio de su colaboradora. "Ambos dos". "Ambos dos atracadores eran detenidos por la Guardia Civil..." Me pregunto dónde habrá estudiado periodismo y castellano la simpática corresponsal. Si lo pensamos bien, "ambos dos" quiere decir cuatro, es decir, los guardias civiles detuvieron a cuatro delincuentes. Nadie le ha dicho por lo visto u oído a la profesional de la comunicación que "ambos" significa "los dos".
"Ambos dos" ha caído muy bien entre los profesionales del periodismo. Pronto pudimos oír imitadores. Así, en Telecinco un entrevistado dijo muy en su lugar, contestando a la pregunta de sus relaciones de pareja, que "ambos dos no nos hemos planteado una separación..." Hemos observado que la expresión de marras ha tenido éxito. Ya circula por casi todos los medios de comunicación,y el pueblo la hará suya. Entonces, la Real Academia la incluirá en su diccionario con la observación: "de uso popular" para el arcaísmo "ambos". La joven corresponsal de TVE 1 merece un premio, quizá el Ondas,por haber contribuído micrófono en mano al enriquecimiento y la modernización de nuestro vetusto castellano.
"Ambos dos" ha caído muy bien entre los profesionales del periodismo. Pronto pudimos oír imitadores. Así, en Telecinco un entrevistado dijo muy en su lugar, contestando a la pregunta de sus relaciones de pareja, que "ambos dos no nos hemos planteado una separación..." Hemos observado que la expresión de marras ha tenido éxito. Ya circula por casi todos los medios de comunicación,y el pueblo la hará suya. Entonces, la Real Academia la incluirá en su diccionario con la observación: "de uso popular" para el arcaísmo "ambos". La joven corresponsal de TVE 1 merece un premio, quizá el Ondas,por haber contribuído micrófono en mano al enriquecimiento y la modernización de nuestro vetusto castellano.
domingo, 27 de diciembre de 2009
¿Es el PP democrático?
Si comparamos al PP con el quizá más potente partido conservador de Europa, la alemana Unión Demócrata Cristiana (CDU), no es fácil contestar afirmativamente a la pregunta. En la CDU existe una sólida democracia interna, que hace imposible que se nombren presidentes, candidatos a canciller federal (equivalente al presidente del Gobierno) u otros cargos a dedo, como hizo el prepotente Aznar con Rajoy (que sólo posteriormente fue confirmado en un congreso ovejuno). En su estructura, el conglomerado de fuerzas existentes en el PP, todas provenientes del franquismo, el mayor partido de la oposición en España guarda más semejanzas con los neofascistas de Berlusconi que con los partidos conservadores democristianos europeos, y, muy especialmente, con su referente alemán, la CDU. En los partidos democristianos europeos la “cadena de mando”, la expresión de la voluntad del partido, va de abajo hacia arriba. En el PP va de la FAES a Génova, sirviendo los delegados “populares” de simples instrumentos de aclamación como en las comedias, generalmente malas, de la televisión.
El PP, nacido de la fracasada Alianza Popular del "dinosaurio político" Fraga, la AP, es en realidad la agrupación de las familias del régimen de Franco, con las que poco antes de morir el “Caudillo” los franquistas más clarividentes (en especial, los del Opus) querían convertir a la dictadura en una democracia sui generis, excluyendo a toda la oposición democrática. Cada familia del Movimiento formaría una asociación según su “tendencia”. La familia democristiana derechista debería convertirse en la democracia cristiana española conservadora; a la Falange, bajo la dirección del “socialista” Manuel Cantarero del Castillo, le correspondería sustituir al PSOE. El resultado sería un sistema bipartidista “de los mismos perros con otros collares sobre la base común del régimen franquista. Con esta treta de las por entonces tan cacareadas “asociaciones del Movimiento”, los franquistas de diverso pelaje creían que iban a engañar a Europa , que les abriría las puertas de la Comunidad Europea (después Unión Europea) tan ansiada por el capitalismo español, aupado por las remesas de divisas de los emigrates españoles y que veía en la dictadura de El Pardo el principal obstáculo para su expansión.
De todos es conocida la transición y cómo el primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez, giró hacia el centro, creando la UCD con franquistas moderados y conservadores que habían sido sólo franquistas de conveniencia. La UCD fracasó por su falta de consistencia y disciplina interna. Mientras, la derecha pura y dura franquista había quedado desarbolada, hasta que Fraga la organizó en la AP, que no tuvo ningún éxito, tratando él también de dirigirse al centro y darle un baño democrático a sus seguidores. Fracasada la AP, se fundó el Partido Popular, siendo el empeño de Fraga el querer “democratizar” interna y externamente al partido y deslindarlo de la ultraderecha española, minoritaria, representada en primer plano por Fuerza Nueva de Blas Piñar y después por la llamada Falange Española, tan próxima hoy a las actitudes de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la marrullera Esperanza Aguirre, que según declaró no excluía una "coalición" con Falange Española y que actualmente es la dueña y señora de TeleMadrid. El PP, además de El Mundo (y su televisión) o La Razón y ABC tiene su principal altavoz en la emisora nacionalcatólica COPE, en posesión de un sector ultraderechista del episcopado español. La COPE es un fenómeno único en Europa, exceptuando a Polonia, cuya emisora clerical no es con mucho tan poderosa ni tan radical como la española. En Alemania sería inimaginable que los obispos dispusieran de un órgano de difusión por el que se transmitiera diariamente una burda propagada de insultos y mentiras contra el Gobierno o los gobernantes. Además, en Alemania existe una ley de radiodifusión en virtud de la cual semejante emisora como la COPE sería cerrada. La ley de radiodifusión de los länder establece en su preámbulo que las emisiones han de estar al servicio de la democracia, de la responsabilidad social, de la cultura y del entretenimiento.
Los ocho años de gobierno de Aznar (joseantoniano, que no votó a la Constitución del 78) significaron para el PP irse alejando de la senda marcada por Fraga, adoptando un estilo político rayano en el autoritarismo. El ingreso de España en la guerra de Bush y Blair en Irak, en contra de la opinión de la mayoría del pueblo español y sin siquiera consultar al Congreso de los Diputados, fue la gota que colmó el vaso. Luego ocurrió, como sabemos, el atentado de los fanáticos islámicos en Atocha en vísperas de las elecciones generales, y una mayoría de los españoles dio su voto a José Luis Rodríguez Zapatero, quitando de en medio al gobierno del PP, cuyos dirigentes habían estado achacando el atentado a ETA, cuando ya había pruebas suficientes de que los autores habían sido extremistas islámicos. Estos españoles no habían olvidado tampoco la comparecencia de Aznar en la televisión pública a la sazón por él controlada, pidiendo que le creyeran: que en Irak había armas de destrucción masiva. Cuando en Estados Unidos y en Gran Bretaña se admitió por fin que Saddam Husein no poseía tales armas, Aznar quedó como un embustero (¿quizá víctima ignorante de sus dos aliados Bush y Blair o víctima de su patológico afán de poder?).
Hasta hoy, el PP no ha podido digerir las dos derrotas, dado su talante autoritario heredado del franquismo. Siguió repitiendo, aun después del juicio, a través de El Mundola vieja leyenda de que fue ETA la que colocó las bombas. Creía perjudicar así al Gobierno socialista, al que tacha no sólo de incompetente, sino también de usurpador. La forma de comportarse el PP en todas las demás cuestiones políticas, difundiendo mentiras, calumnias, consignas catastrofistas referentes a la unidad de España, atizando el dolor de las víctimas del terrorismo y apoyando a la Iglesia nacionalcatólica en sus desmesuradas exigencias frente a un Estado aconfesional, incluso participando con toda su cúpula en las manifestaciones que organizan los colectivos derechistas y clericales contra el Gobierno, crea una distancia abismal entre el PP y el más potente partido conservador alemán, la CDU, que precisamente ha estado gobernando en coalición con sus rivales socialdemócratas, siendo la presidenta de la CDU la canciller federal, Angela Merkel. ¿Cuándo sería posible un gobierno de coalición PSOE/PP en España? Lo más grave de todo es que con su pendenciera conducta, el PP está despertando los espíritus del pasado dictatorial y está allanando el terreno a la ultraderecha falangista, que también se suma a las manifestaciones del PP.
Rajoy es muy débil para poder introducir cambios centristas en un PP cada vez más derechista. Los insultos, las injurias y las cínicas afirmaciones de Rajoy suenan en su boca a falsete. No es su estilo. No puede saberse si Aznar, montado ahora en el dólar, sentirá más el tironazo de la política que el del dinero, y seguirá teniendo ambiciones presidenciales. ¿Son estas circunstancias propias de un partido democrático? Pero no lo olvidemos: El PP con Rajoy consiguió 10 millones de votos. 3 años después de la transición sigue siendo muy fuerte el franquismo sociológico.
¿Puede considerarse democrático un partido que se niega ante el Parlamento Europeo y en el Congreso de los Diputados a condenar la dictadura de Franco y se opone a que sean retirados de las calles y plazas de la España, donde gobierna, los nombres y los símbolos del régimen fascista anterior? ¿Qué postura adopta Esperanza Aguirre ante el Valle de los Caídos?
El PP, nacido de la fracasada Alianza Popular del "dinosaurio político" Fraga, la AP, es en realidad la agrupación de las familias del régimen de Franco, con las que poco antes de morir el “Caudillo” los franquistas más clarividentes (en especial, los del Opus) querían convertir a la dictadura en una democracia sui generis, excluyendo a toda la oposición democrática. Cada familia del Movimiento formaría una asociación según su “tendencia”. La familia democristiana derechista debería convertirse en la democracia cristiana española conservadora; a la Falange, bajo la dirección del “socialista” Manuel Cantarero del Castillo, le correspondería sustituir al PSOE. El resultado sería un sistema bipartidista “de los mismos perros con otros collares sobre la base común del régimen franquista. Con esta treta de las por entonces tan cacareadas “asociaciones del Movimiento”, los franquistas de diverso pelaje creían que iban a engañar a Europa , que les abriría las puertas de la Comunidad Europea (después Unión Europea) tan ansiada por el capitalismo español, aupado por las remesas de divisas de los emigrates españoles y que veía en la dictadura de El Pardo el principal obstáculo para su expansión.
De todos es conocida la transición y cómo el primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez, giró hacia el centro, creando la UCD con franquistas moderados y conservadores que habían sido sólo franquistas de conveniencia. La UCD fracasó por su falta de consistencia y disciplina interna. Mientras, la derecha pura y dura franquista había quedado desarbolada, hasta que Fraga la organizó en la AP, que no tuvo ningún éxito, tratando él también de dirigirse al centro y darle un baño democrático a sus seguidores. Fracasada la AP, se fundó el Partido Popular, siendo el empeño de Fraga el querer “democratizar” interna y externamente al partido y deslindarlo de la ultraderecha española, minoritaria, representada en primer plano por Fuerza Nueva de Blas Piñar y después por la llamada Falange Española, tan próxima hoy a las actitudes de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la marrullera Esperanza Aguirre, que según declaró no excluía una "coalición" con Falange Española y que actualmente es la dueña y señora de TeleMadrid. El PP, además de El Mundo (y su televisión) o La Razón y ABC tiene su principal altavoz en la emisora nacionalcatólica COPE, en posesión de un sector ultraderechista del episcopado español. La COPE es un fenómeno único en Europa, exceptuando a Polonia, cuya emisora clerical no es con mucho tan poderosa ni tan radical como la española. En Alemania sería inimaginable que los obispos dispusieran de un órgano de difusión por el que se transmitiera diariamente una burda propagada de insultos y mentiras contra el Gobierno o los gobernantes. Además, en Alemania existe una ley de radiodifusión en virtud de la cual semejante emisora como la COPE sería cerrada. La ley de radiodifusión de los länder establece en su preámbulo que las emisiones han de estar al servicio de la democracia, de la responsabilidad social, de la cultura y del entretenimiento.
Los ocho años de gobierno de Aznar (joseantoniano, que no votó a la Constitución del 78) significaron para el PP irse alejando de la senda marcada por Fraga, adoptando un estilo político rayano en el autoritarismo. El ingreso de España en la guerra de Bush y Blair en Irak, en contra de la opinión de la mayoría del pueblo español y sin siquiera consultar al Congreso de los Diputados, fue la gota que colmó el vaso. Luego ocurrió, como sabemos, el atentado de los fanáticos islámicos en Atocha en vísperas de las elecciones generales, y una mayoría de los españoles dio su voto a José Luis Rodríguez Zapatero, quitando de en medio al gobierno del PP, cuyos dirigentes habían estado achacando el atentado a ETA, cuando ya había pruebas suficientes de que los autores habían sido extremistas islámicos. Estos españoles no habían olvidado tampoco la comparecencia de Aznar en la televisión pública a la sazón por él controlada, pidiendo que le creyeran: que en Irak había armas de destrucción masiva. Cuando en Estados Unidos y en Gran Bretaña se admitió por fin que Saddam Husein no poseía tales armas, Aznar quedó como un embustero (¿quizá víctima ignorante de sus dos aliados Bush y Blair o víctima de su patológico afán de poder?).
Hasta hoy, el PP no ha podido digerir las dos derrotas, dado su talante autoritario heredado del franquismo. Siguió repitiendo, aun después del juicio, a través de El Mundola vieja leyenda de que fue ETA la que colocó las bombas. Creía perjudicar así al Gobierno socialista, al que tacha no sólo de incompetente, sino también de usurpador. La forma de comportarse el PP en todas las demás cuestiones políticas, difundiendo mentiras, calumnias, consignas catastrofistas referentes a la unidad de España, atizando el dolor de las víctimas del terrorismo y apoyando a la Iglesia nacionalcatólica en sus desmesuradas exigencias frente a un Estado aconfesional, incluso participando con toda su cúpula en las manifestaciones que organizan los colectivos derechistas y clericales contra el Gobierno, crea una distancia abismal entre el PP y el más potente partido conservador alemán, la CDU, que precisamente ha estado gobernando en coalición con sus rivales socialdemócratas, siendo la presidenta de la CDU la canciller federal, Angela Merkel. ¿Cuándo sería posible un gobierno de coalición PSOE/PP en España? Lo más grave de todo es que con su pendenciera conducta, el PP está despertando los espíritus del pasado dictatorial y está allanando el terreno a la ultraderecha falangista, que también se suma a las manifestaciones del PP.
Rajoy es muy débil para poder introducir cambios centristas en un PP cada vez más derechista. Los insultos, las injurias y las cínicas afirmaciones de Rajoy suenan en su boca a falsete. No es su estilo. No puede saberse si Aznar, montado ahora en el dólar, sentirá más el tironazo de la política que el del dinero, y seguirá teniendo ambiciones presidenciales. ¿Son estas circunstancias propias de un partido democrático? Pero no lo olvidemos: El PP con Rajoy consiguió 10 millones de votos. 3 años después de la transición sigue siendo muy fuerte el franquismo sociológico.
¿Puede considerarse democrático un partido que se niega ante el Parlamento Europeo y en el Congreso de los Diputados a condenar la dictadura de Franco y se opone a que sean retirados de las calles y plazas de la España, donde gobierna, los nombres y los símbolos del régimen fascista anterior? ¿Qué postura adopta Esperanza Aguirre ante el Valle de los Caídos?
El nacionalcatolicismo
El llamado nacionalcatolicismo se gestó durante los ocho siglos de lucha de los caballeros cristianos contra la ocupación musulmana de casi toda la Península Ibérica. Con la culminación de la "reconquista" por los llamados Reyes Católicos, los del "tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando", con la derrota del último rey moro, Boabdil El Chico y la toma de Granada en 1492, el nacionalcatolicismo está ya perfectamente consolidado. La Iglesia luchó en plan de igualdad junto a los caballeros cristianos, era una Iglesia combativa que lo mismo manejaba la espada que enarbolaba la cruz. Ocho siglos de contacto bélico con los musulmanes no podían pasar sin dejar alguna influencia en el cristianismo (catolicismo) de aquella época. Los católicos asumieron del islam la pretensión de totalidad y conquista y la inclinación por el Estado teocrático (que en la práctica es una auténtica dictadura de la religión sobre el individuo (véase Irán). Junto a la ineptitud e incluso la cretinez de los reyes extranjeros aupados al trono de lo que ya podía llamarse España, el nacionalcatolicismo tuvo gran culpa del atraso y la pobreza de los españoles, al tiempo que crecía la riqueza de la nobleza amiga de la Iglesia. Para imponerse a toda la sociedad como poder absoluto, el nacionalcatolicismo español disponía de instrumentos tan horribles como el "Santo Oficio", más conocido como la "Inquisición". Durante el caos de la masacre fratricida española (1936-1939), turbas incontroladas descargaron su odio contra la Iglesia católica asesinando a más de mil sacerdotes y monjas, que en la mayoría de los casos eran buenas personas, que incluso estaban al lado del pueblo, aunque no compartiesen los ideales republicanos. Pero los representantes de la Iglesia católica se vengaron brutalmente, permitiendo que Franco fusilase sin juicio ni nada a decenas de millares de republicanos. Con Franco, el nacionalcatolicismo español alcanzó su apogeo y su máximo poder. Por consentimiento de Franco, el nuevo Estado fascista fue declarado católico. (Mientras, el papa Pío XII confirmaba la designación de "cruzada" a la repugnante matanza entre españoles). El "caudillo" era paseado bajo palio y la jerarquía eclesiática le saludaba con el brazo en alto, el saludo nazi y fascista italiano. Digamos de paso que el traidor general no sólo copió el saludo fascista. Los nazis ayudaron a montar el mayor, más eficiente y más cruel aparato de represión conocido jamás en España: la policía política (como la Gestapo hitleriana), la"justicia" franquista (todavía hoy, con la democracia, jueces franquistas, incluso del temido TOP -Tribunal de Orden Público-, ahora del PP, siguen dictando sentencias y mayorizan el Consejo General del Poder Judicial, CGPJ). También el gran aparato de propagnda del régimen, Radio Nacional de España, fue un regalo del siniestro mentiroso de la propaganda nazi, Goebbels.
Con la transición a la democracia y la Constitución de 1978, desapareció en sí el régimen franquista. Pero el retorno a una democracia plena fue lento y cauto, pues los poderes fácticos (Ejército e Iglesia) aún eran fuertes. Hoy, el único antiguo poder fáctico que se niega a reconocer que los tiempos han cambiado en España, es (como el actual PP) un sector de la Iglesia católica, nacionalcatólico y reaccionario. El sector está encabezado por los cardenales Rouco y Cañizares, que aspiran a restablecer su influencia sobre el Estado e imponer a toda la sociedad española sus "creencias" y "principios morales". Tienen miedo de que la sociedad española sea laica. Ya en la Constitución de 1978 se establece que el Estado Español es aconfesional. Pero en realidad, España nunca ha dejado de ser, hasta nuestros días, de hecho un "Estado católico". La Iglesia ejerce una influencia increíble sobre las tiernas mentes de los niños, influencia que también quiere extender a los cerebros de los jóvenes. De ahí la guerra por la asignatura de "religión". La Iglesia católica recibe del Estado importantes sumas en subvenciones (la nueva normativa del "impuesto religioso" es un engaño: será Hacienda ( es decir, todos los ciudadanos) quien pagará a la Iglesia por los contribuyentes que hagan la crucecita en la correspondiente casilla), lo cual es una inadmisible discriminación de las otras religiones existentes en España, que oficiamente parecen no existir. Con el gobierno pepero del ex presidente Aznar, el nacionalcatolicismo español estuvo a punto de remontar su vuelo. Por eso, la Iglesia católica apoya al PP en todo lo que puede: especialmente a través de la sucia y casi oscena campaña de la emisora de los opispos, la COPE, contra José Luis Rodríguez Zapatero y su gobierno socialista. Es un hecho casi insólito en nuestro entorno europeo, (excepción, Polonia, pero sólo con contenidos religiosos) que la Iglesia Católica disponga de una emisoria de ámbito nacional, en la que se haga política y se transmita la más denigrante propaganda contra el adversario político. El PP, a su vez, apoya en todo lo que puede al nacionalcatolicismo ibérico, participando, por ejemplo, en las masivas manifestaciones, que convocan los obispos ultras con la ayuda de su ingénua clientela (los padres católicos de familia), y pidiendo la primacía de la religión católica y sus principios morales (en el PP también hay divorcios, amantes, reconocimiento social de la condición homosexual y matrimonios gays, gracias a la libertades conseguidas por el PSOE).
Los nacionalcatólicos podrían ser un peligro para la demcracia española si volviese a gobernar en España individuos como Aznar con su ultra fundación >con< FAES, actualmente pluriempleado multimillonario y "asalariado" del plutócratra norteamericano Murdochs...pero eso sí, militante nacionalcatólico hasta la médula.
Con la transición a la democracia y la Constitución de 1978, desapareció en sí el régimen franquista. Pero el retorno a una democracia plena fue lento y cauto, pues los poderes fácticos (Ejército e Iglesia) aún eran fuertes. Hoy, el único antiguo poder fáctico que se niega a reconocer que los tiempos han cambiado en España, es (como el actual PP) un sector de la Iglesia católica, nacionalcatólico y reaccionario. El sector está encabezado por los cardenales Rouco y Cañizares, que aspiran a restablecer su influencia sobre el Estado e imponer a toda la sociedad española sus "creencias" y "principios morales". Tienen miedo de que la sociedad española sea laica. Ya en la Constitución de 1978 se establece que el Estado Español es aconfesional. Pero en realidad, España nunca ha dejado de ser, hasta nuestros días, de hecho un "Estado católico". La Iglesia ejerce una influencia increíble sobre las tiernas mentes de los niños, influencia que también quiere extender a los cerebros de los jóvenes. De ahí la guerra por la asignatura de "religión". La Iglesia católica recibe del Estado importantes sumas en subvenciones (la nueva normativa del "impuesto religioso" es un engaño: será Hacienda ( es decir, todos los ciudadanos) quien pagará a la Iglesia por los contribuyentes que hagan la crucecita en la correspondiente casilla), lo cual es una inadmisible discriminación de las otras religiones existentes en España, que oficiamente parecen no existir. Con el gobierno pepero del ex presidente Aznar, el nacionalcatolicismo español estuvo a punto de remontar su vuelo. Por eso, la Iglesia católica apoya al PP en todo lo que puede: especialmente a través de la sucia y casi oscena campaña de la emisora de los opispos, la COPE, contra José Luis Rodríguez Zapatero y su gobierno socialista. Es un hecho casi insólito en nuestro entorno europeo, (excepción, Polonia, pero sólo con contenidos religiosos) que la Iglesia Católica disponga de una emisoria de ámbito nacional, en la que se haga política y se transmita la más denigrante propaganda contra el adversario político. El PP, a su vez, apoya en todo lo que puede al nacionalcatolicismo ibérico, participando, por ejemplo, en las masivas manifestaciones, que convocan los obispos ultras con la ayuda de su ingénua clientela (los padres católicos de familia), y pidiendo la primacía de la religión católica y sus principios morales (en el PP también hay divorcios, amantes, reconocimiento social de la condición homosexual y matrimonios gays, gracias a la libertades conseguidas por el PSOE).
Los nacionalcatólicos podrían ser un peligro para la demcracia española si volviese a gobernar en España individuos como Aznar con su ultra fundación >con< FAES, actualmente pluriempleado multimillonario y "asalariado" del plutócratra norteamericano Murdochs...pero eso sí, militante nacionalcatólico hasta la médula.
sábado, 26 de diciembre de 2009
Nuestra lengua: ¿Hacemos el primo?
A los españoles nos gusta vernos como rumbosos, desprendidos, dadivosos. Los extranjeros alaban las proverbiales generosidad y hospitalidad españolas, aunque algunas veces nos pasemos, y cuando vivimos en el Extranjero, viendo cómo se portan algunos con nosotros, no nos preguntemos si somos demasiado generosos, o dicho con otras palabras, no estaremos ”haciendo el primo”
Los turistas que visitan a España se quedan asombrados cuando ven cómo los españoles disputan para pagar la cuenta. El que consigue pagar se siente orgulloso de su proeza, cuando, así me decía un amigo alemán, en realidad el único motivo de orgullo tendría que ser el ahorrarse el gasto. Estos problemas no se dan en Alemania donde, como se sabe, lo normal es que cada uno pague su consumición, es decir, se paga a escote.
Como español que ha residido muchos años en Alemania me pregunto si realmente se siente ufano el que paga, o si no le rodará algún gusanillo por el coco, que le recordará lo pachucha que está su cuenta bancaria. Pero, en cualquier caso, si asomara alguna sombra de duda por haber sido el pagano, el español pata negra la apartará de su cabeza de un manotazo imaginario por indigna de un hidalgo. Y si la cuenta del banco anda birriosa, el buen español moderno tira de tarjeta de crédito, como nuestros antepasados tiraban de la espada o el sable. Por cierto, desde que existen las tarjetas de crédito está desapareciendo la tradición tan ibérica del sablazo. Ahora, los sablazos se dan a los bancos, con lo cual se salvan muchas amistades. Todos conocemos ese dicho de que quien presta a un amigo, pierde el dinero y al amigo”. Los bancos no son amigos y nunca pierden su dinero.
Decía que nos gusta que nos vean como generosos y desprendidos. Pero curiosamente el castellano es una de las lenguas que más vocablos y refranes tiene para expresar la tacañería. Para tacaño tenemos, entre otros, los siguientes sinónimos:
- Ruin, mezquino miserable, avaro, cicatero. Y en un plano coloquial:
- Agarrado, engurruñido o roñoso.
En cuanto a refranes les voy a presentar nada menos que ocho:
Al que toma y no da, el diablo se lo llevará.
Guarda el avaro su dinero, para que pompee su heredero.
El avaro, si fuera sol, a nadie daría calor.
Por no dar, no da ni los buenos días.
La avaricia rompe el saco.
Tanto carece el avaro de lo que tiene, como de lo que no tiene.
Sarnosos y avarientos nunca están contentos.
Cuando pobre, franco; cuando rico, avaro.
¿Despreciamos tanto los españoles a los roñosos o avaros porque somos todos tan generosos? O ¿no habrá en ese desprecio un poquitín de autocrítica o de temor a escondidas inhibiciones a la hora de soltar la pasta? ¿No pensaremos como todo quisque que la pela es la pela y que es preciso mirar por la peseta (ahora por el euro). Nada habría de malo en ello. Al contrario, el ser más ahorrativos no nos vendría mal, es casi un imperativo que nos impone la maldita crisis, que parece golpear con más contundencia a los más pobres, aunque también los ricos la notan en sus balances de cuentas.
Pero volvamos a los tacaños. Incluso los jóvenes chelis (¡qué pronto se está quedando obsoleta esta expresión de “cheli”!) tienen su propio vocabulario para designar al avaro:
Agonías, taba, curichi, chopazo, chuti, rácano, roña y rata.
Y ¿qué les parecen estos dichos?:
Ser más agarrado que un chotis.
Ser devoto de la Virgen del Puño.
Ser del puño cerrado.
No dar ni la hora.
Gastar menos que un japonés en boinas.
Gastar menos que Tarzán en corbatas.
Breve apéndice:
En otro orden de ideas. Cuando vivía en Munich (Alemania) ya me llamó la atención la frecuencia con que se empleaba “para nada”, en frases como: “No lo he dicho para nada”. Entretanto, en los últimos diez años, “para nada” ha desplazado casi por completo a “en absoluto”. Esto no me gusta “para nada”. Las lenguas se empobrecen cuando nuevas expresiones fagocitan a las de siempre.
Los turistas que visitan a España se quedan asombrados cuando ven cómo los españoles disputan para pagar la cuenta. El que consigue pagar se siente orgulloso de su proeza, cuando, así me decía un amigo alemán, en realidad el único motivo de orgullo tendría que ser el ahorrarse el gasto. Estos problemas no se dan en Alemania donde, como se sabe, lo normal es que cada uno pague su consumición, es decir, se paga a escote.
Como español que ha residido muchos años en Alemania me pregunto si realmente se siente ufano el que paga, o si no le rodará algún gusanillo por el coco, que le recordará lo pachucha que está su cuenta bancaria. Pero, en cualquier caso, si asomara alguna sombra de duda por haber sido el pagano, el español pata negra la apartará de su cabeza de un manotazo imaginario por indigna de un hidalgo. Y si la cuenta del banco anda birriosa, el buen español moderno tira de tarjeta de crédito, como nuestros antepasados tiraban de la espada o el sable. Por cierto, desde que existen las tarjetas de crédito está desapareciendo la tradición tan ibérica del sablazo. Ahora, los sablazos se dan a los bancos, con lo cual se salvan muchas amistades. Todos conocemos ese dicho de que quien presta a un amigo, pierde el dinero y al amigo”. Los bancos no son amigos y nunca pierden su dinero.
Decía que nos gusta que nos vean como generosos y desprendidos. Pero curiosamente el castellano es una de las lenguas que más vocablos y refranes tiene para expresar la tacañería. Para tacaño tenemos, entre otros, los siguientes sinónimos:
- Ruin, mezquino miserable, avaro, cicatero. Y en un plano coloquial:
- Agarrado, engurruñido o roñoso.
En cuanto a refranes les voy a presentar nada menos que ocho:
Al que toma y no da, el diablo se lo llevará.
Guarda el avaro su dinero, para que pompee su heredero.
El avaro, si fuera sol, a nadie daría calor.
Por no dar, no da ni los buenos días.
La avaricia rompe el saco.
Tanto carece el avaro de lo que tiene, como de lo que no tiene.
Sarnosos y avarientos nunca están contentos.
Cuando pobre, franco; cuando rico, avaro.
¿Despreciamos tanto los españoles a los roñosos o avaros porque somos todos tan generosos? O ¿no habrá en ese desprecio un poquitín de autocrítica o de temor a escondidas inhibiciones a la hora de soltar la pasta? ¿No pensaremos como todo quisque que la pela es la pela y que es preciso mirar por la peseta (ahora por el euro). Nada habría de malo en ello. Al contrario, el ser más ahorrativos no nos vendría mal, es casi un imperativo que nos impone la maldita crisis, que parece golpear con más contundencia a los más pobres, aunque también los ricos la notan en sus balances de cuentas.
Pero volvamos a los tacaños. Incluso los jóvenes chelis (¡qué pronto se está quedando obsoleta esta expresión de “cheli”!) tienen su propio vocabulario para designar al avaro:
Agonías, taba, curichi, chopazo, chuti, rácano, roña y rata.
Y ¿qué les parecen estos dichos?:
Ser más agarrado que un chotis.
Ser devoto de la Virgen del Puño.
Ser del puño cerrado.
No dar ni la hora.
Gastar menos que un japonés en boinas.
Gastar menos que Tarzán en corbatas.
Breve apéndice:
En otro orden de ideas. Cuando vivía en Munich (Alemania) ya me llamó la atención la frecuencia con que se empleaba “para nada”, en frases como: “No lo he dicho para nada”. Entretanto, en los últimos diez años, “para nada” ha desplazado casi por completo a “en absoluto”. Esto no me gusta “para nada”. Las lenguas se empobrecen cuando nuevas expresiones fagocitan a las de siempre.
lunes, 14 de diciembre de 2009
"Deber de..."
Un día, nuestros insignes escritores modernos decidieron que la forma verbal „deber de“ debía ser suprimida para evitar cacofonías y sustituida por “deber”, con lo cual el castellano perdía una posibilidad más de expresión. “Deber de…” significa posibilidad: “deben de ser las 10”, mientras que “deber” denota obligación: “debe venir”. “Deben ser las 10”, como escriben ahora nuestros jóvenes modernos, es pedir al reloj que sean las 10. Cosa totalmente absurda. A los escritores modernos se han sumado rápidamente la jauría de los profesionales de la comunicación y los políticos, que desean siempre estar a la última. Así leemos o escuchamos frases como: “debe ser un atentado” o “el presidente debe haberse equivocado”. Lo correcto es: “debe de ser un atentado” y “el presidente debe de haberse equivocado”.
El verbo “deber” también ha fagocitado a otra expresión verbal: “tener que”. Ahora en vez de decir, por ejemplo: “Los partidos tienen que ponerse de acuerdo", se dice y escribe: “Los partidos deben ponerse de acuerdo”. La diferencia es que “tener que” expresa una obligación tajante, imperiosa, contra la que no caben excusas, mientras que “deber” es una obligación más suave, que deja al criterio o deseo de la otra parte hacer o no hacer una cosa.
El castellano es muy rico en matices. Poco a poco, los que utilizan nuestra lengua como instrumento de trabajo van destruyendo estas sutiles formas de expresarse. De nuevo surge la pregunta: ¿Qué hace la Real Academia? Parece ser que es un selecto gremio para que sus miembros vayan por el mundo presumiendo de académicos. Y no hagan nada para defender la pureza de nuestro más que milenario castellano.
El verbo “deber” también ha fagocitado a otra expresión verbal: “tener que”. Ahora en vez de decir, por ejemplo: “Los partidos tienen que ponerse de acuerdo", se dice y escribe: “Los partidos deben ponerse de acuerdo”. La diferencia es que “tener que” expresa una obligación tajante, imperiosa, contra la que no caben excusas, mientras que “deber” es una obligación más suave, que deja al criterio o deseo de la otra parte hacer o no hacer una cosa.
El castellano es muy rico en matices. Poco a poco, los que utilizan nuestra lengua como instrumento de trabajo van destruyendo estas sutiles formas de expresarse. De nuevo surge la pregunta: ¿Qué hace la Real Academia? Parece ser que es un selecto gremio para que sus miembros vayan por el mundo presumiendo de académicos. Y no hagan nada para defender la pureza de nuestro más que milenario castellano.
domingo, 13 de diciembre de 2009
Triunfa el "leísmo"
El „leísmo“ triunfa en el castellano. Ha suprimido en la mayoría de los casos al acusativo femenino del artículo “el”. Ya solemos oír a presentadores, locutores, corresponsales y políticos “le vio” en vez de “la vio”, “le reconoció” en vez de “la reconoció”, “le saludó” en vez de “la saludó” y un largo etcétera. ¿Qué hace la Real Academia? ¿Para qué está? Pues parece ser que para recoger los disparates lingüísticos y “fijarlos”, es decir, darles carta de naturaleza en su diccionario por ser ya “populares”. Pronto oiremos decir “yo cabo” (quepo), “cabió” en vez de “cupo” y la RAE lo registrará como variante impuesta por el uso. El Gobierno tiene diseminados por casi todo el mundo Institutos Cervantes. Sería preciso establecer dichos Institutos por toda España para que aprendan buen castellano los profesionales de los medios de comunicación, los catedráticos de las facultades de periodismo y los políticos.
En vez de tanto patriotismo barato con el “español”, los nacionalistas castellanos tendrían que luchar por la pureza de su lengua materna, tan maltratada. Los que arremeten contra los gallegos, los vascos y los catalanes, deberían tomarlos como ejemplo por lo mucho que cuidan sus lenguas vernáculas, que también son español, por ser lenguas de España.
En vez de tanto patriotismo barato con el “español”, los nacionalistas castellanos tendrían que luchar por la pureza de su lengua materna, tan maltratada. Los que arremeten contra los gallegos, los vascos y los catalanes, deberían tomarlos como ejemplo por lo mucho que cuidan sus lenguas vernáculas, que también son español, por ser lenguas de España.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Origen de la palabra "Dios"
La palabra “Dios” viene del latín “deus”, que a su vez proviene del griego Zeus, el Padre de los Dioses. Zeus tiene la misma raíz sánscrita que la palabra que significa “día” o “sol”. El sánscrito (India) es la más antigua de las lenguas documentadas de la humanidad. Con el sánscrito se formaron las lenguas indoeuropeas: griego, latín y germánico. Son lenguas indoeuropeas el griego moderno, el italiano, el francés, el español, el alemán e inglés y demás lenguas nacidas de dialectos germánicos, como el sueco, el noruego o el holandés.
Los romanos decían Deus Pater , después Zues Pater y Jues Pater, que en boca del vulgo se convirtió en Júpiter, que sería la máxima deidad de la religión romana.
Desde muy temprano, la humanidad vio en el sol al dios de los dioses, padre de la Naturaleza, origen de la vida, así, pues, también creador del hombre. Son muchas las religiones antiguas que adoraban al sol. 3.000 años antes de nuestra era, los egipcios veneraban al sol en la figura de Osiris, esposo de la diosa Isis y padre del dios-hombre Horus, al que los sacerdotes atribuyeron la más bella oración anónima de la humanidad: el “Padre Nuestro”, en versión egipcia, pero muy similar a la cristiana. Mitra, el dios persa de origen indio, era la divinidad solar que fue adoptada por los romanos hasta el siglo IV, en que fue derrotada por otra religión solar, el cristianismo, que sigue las mismas pautas del Zodiaco que las religiones anteriores, cuya divinidad es el sol. También los cristianos adaptaron a su Jesús, en numerosos detalles simbólicos, a las deidades solares. También el dios griego Dionisio, aplastado por los fanáticos cristianos (el Vaticano está construído sobre un templo dedicado a Dionisio)era un dios sol.
En la remota antigüedad, la adoración del Sol incluía sacrificios humanos, que paulatinamente fueron sustituidos por sacrificios de animales, como corderos. Todavía los cartagineses conocían los sacrificios humanos rituales al dios Baal Hammón (denominado “molke” o (“molek”). Baal era el dios supremo en Mesopotamia.
En la América prehispánica, la máxima divinidad de los incas (Perú) era el Sol (Inti). ¿Es una casualidad que la moneda peruana se llame el sol?
En el llamado “catolicismo romano” existían numerosos elementos paganos. Los primeros cristianos (siglos I y II) celebraban el Domingo (“Die Domini”, Día del Señor) como “Día del Sol”. “Día del Sol” es como llaman también los alemanes y los ingleses al Domingo (Sonntag y Sun-day, respectivamente).
Los romanos decían Deus Pater , después Zues Pater y Jues Pater, que en boca del vulgo se convirtió en Júpiter, que sería la máxima deidad de la religión romana.
Desde muy temprano, la humanidad vio en el sol al dios de los dioses, padre de la Naturaleza, origen de la vida, así, pues, también creador del hombre. Son muchas las religiones antiguas que adoraban al sol. 3.000 años antes de nuestra era, los egipcios veneraban al sol en la figura de Osiris, esposo de la diosa Isis y padre del dios-hombre Horus, al que los sacerdotes atribuyeron la más bella oración anónima de la humanidad: el “Padre Nuestro”, en versión egipcia, pero muy similar a la cristiana. Mitra, el dios persa de origen indio, era la divinidad solar que fue adoptada por los romanos hasta el siglo IV, en que fue derrotada por otra religión solar, el cristianismo, que sigue las mismas pautas del Zodiaco que las religiones anteriores, cuya divinidad es el sol. También los cristianos adaptaron a su Jesús, en numerosos detalles simbólicos, a las deidades solares. También el dios griego Dionisio, aplastado por los fanáticos cristianos (el Vaticano está construído sobre un templo dedicado a Dionisio)era un dios sol.
En la remota antigüedad, la adoración del Sol incluía sacrificios humanos, que paulatinamente fueron sustituidos por sacrificios de animales, como corderos. Todavía los cartagineses conocían los sacrificios humanos rituales al dios Baal Hammón (denominado “molke” o (“molek”). Baal era el dios supremo en Mesopotamia.
En la América prehispánica, la máxima divinidad de los incas (Perú) era el Sol (Inti). ¿Es una casualidad que la moneda peruana se llame el sol?
En el llamado “catolicismo romano” existían numerosos elementos paganos. Los primeros cristianos (siglos I y II) celebraban el Domingo (“Die Domini”, Día del Señor) como “Día del Sol”. “Día del Sol” es como llaman también los alemanes y los ingleses al Domingo (Sonntag y Sun-day, respectivamente).
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Recuerdos: "Niebla en el bosque"
La niebla cubre al bosque con su manto gris, húmedo y frío. Disfraza a los pinos y los abetos de matorrales. Diminutas gotitas se posan en los cristales de mis gafas. Las ardillas barren con sus colas la hojarasca del camino. En algún lugar del bosque se oye el cuco, que da una hora inexistente. La niebla ha paralizado al tiempo. Los cuervos: puntos suspensivos sobre los cables de la red eléctrica. Una ráfaga de luces mortecinas cruza el bosque al otro lado del camino: el cercanías, al que la niebla le ha puesto sordina. Las casitas con sus oblícuos tejados parecen naufragar sumergidas en la silenciosa humedad.
Un perro olfatea el suelo en busca de un hueso imaginario. Cuando nos cruzamos, sus ojos me miran tristes. Su piel mojada no invita a acariciarle. Me acompaña un trecho y después se adentra en el bosque, donde pronto desaparece en la niebla. Entretanto ha bajado la temperatura. Las gotitas de agua son ahora diminutas borlitas de algodón, que se adhieren a mi abrigo y mi gorro de astracán.
Llego a casa y me recibe el agradable calor del hogar. Margarita ha subido la calefacción adivinando mi regreso.
(Neuaubing/Munich).
Un perro olfatea el suelo en busca de un hueso imaginario. Cuando nos cruzamos, sus ojos me miran tristes. Su piel mojada no invita a acariciarle. Me acompaña un trecho y después se adentra en el bosque, donde pronto desaparece en la niebla. Entretanto ha bajado la temperatura. Las gotitas de agua son ahora diminutas borlitas de algodón, que se adhieren a mi abrigo y mi gorro de astracán.
Llego a casa y me recibe el agradable calor del hogar. Margarita ha subido la calefacción adivinando mi regreso.
(Neuaubing/Munich).
martes, 24 de noviembre de 2009
El ateo y el creyente
El ateo no tiene la misión de convertir a nadie, de hacer proselitismo. Ateísmo es ilustración y racionalidad. El creyente sólo puede ilustrarse a sí mismo, por su propia voluntad, buscando el conocimiento mediante su propia inteligencia. El ateo no le quita la fe a nadie. Es el creyente, usando su razón y no poniendo trabas a su intelecto persistiendo en errores y embustes, que le han sido inculcados desde la niñez, quien ha de romper las amarras con lo irracional y lo absurdo. Por ejemplo, ¿ qué persona que utilice su inteligencia va a crer -a no ser como leyenda- que un hombre es dios y que ese hombre va a ascender por autopropulsión a "los cielos"? ¿Por qué no citan las crónicas de Judea y de Roma tamaño espectáculo "presenciado" por una multitud? ¿Cómo creer que Mahoma subió al paraíso montado en un blanco corcel? (En el mundo hay 1.200 millones de católicos y 1.300 millones de musulmanes. ¿Son todos creyentes?)
El ateo ha de reflexionar, ha de conversar y ha de escribir, pero sin buscar ni esperar conversos ni a quienes no han superado en lo religioso el nivel de infantilismo por miedo al "Coco", y por querer acceder a una ilusoria vida eterna en un inventado paraíso. Todas las religiones son creación humana, así como sus dioses. Todas las religiones son perecederas, son fagocitadas por otras creencias superiores; pensemos millares de años hacia atrás y tomemos como ejemplo las religiones de Babilonia, de los hetitas, de los persas (Mitra), de los egipcios (Isis), de los griegos (Dionisio) y de los romanos, de los cartagineses...Si lo estudiamos con lupa, encontraremos en el cristianismo (católico y protestante) muchos elementos retocados de las periclitadas religiones.
El ateo ha de reflexionar, ha de conversar y ha de escribir, pero sin buscar ni esperar conversos ni a quienes no han superado en lo religioso el nivel de infantilismo por miedo al "Coco", y por querer acceder a una ilusoria vida eterna en un inventado paraíso. Todas las religiones son creación humana, así como sus dioses. Todas las religiones son perecederas, son fagocitadas por otras creencias superiores; pensemos millares de años hacia atrás y tomemos como ejemplo las religiones de Babilonia, de los hetitas, de los persas (Mitra), de los egipcios (Isis), de los griegos (Dionisio) y de los romanos, de los cartagineses...Si lo estudiamos con lupa, encontraremos en el cristianismo (católico y protestante) muchos elementos retocados de las periclitadas religiones.
lunes, 23 de noviembre de 2009
Nuestra lengua: "Quien fue a Sevilla perdió su silla"
Todos los políticos se agarran a sus sillones como si estuviesen pegados a ellos, Pero sólo en español hay un dicho que describe ese miedo de los que ostentan un cargo a perder su sillón, es decir, a verse en la calle sin sus privilegios y prebendas: “el que fue a Sevilla perdió su silla”. Según los eruditos se trata de una expresión de trasfondo histórico. Allá por los tiempos del rey Enrique IV, a un sobrino del arzobispo de Sevilla, don Alfonso de Fonseca, se le concedió el arzobispado de Santiago de Compostela. El reino de Galicia estaba sacudido por revueltas e intrigas y el sobrino le pidió ayuda a su tío. Don Alfonso de Fonseca le prestó a su sobrino el arzobispado de Sevilla y marchó a Galicia a poner orden. Cuando pacificó aquel reino regresó a Sevilla, pero su sobrino, que según todas las apariencias tenía un morro que se lo pisaba, se negó a devolver a su tío el arzobispado sevillano y asumir el suyo, el compostelano. ¡Menuda diferencia entre el clima andaluz y el gallego! En fin, don Alonso tuvo que montar un cirio. Intervino el Papa, y el rey, y tuvieron que ser ahorcados algunos partidarios del sobrino de Fonseca. Por fin, el sobrino se marchó a Santiago de Compostela, pero a nosotros nos quedó el dicho de “quien fue a Sevilla perdió su silla”, que en realidad tendría que rezar: “el que se fue de Sevilla perdió su silla”. Pero ¡han pasado tantos siglos! Lo asombroso es que el dicho se haya conservado hasta nuestros días.
“Ya vendrá el tío Paco con la rebaja”.
Cuando era pequeño, oía decir a mi abuela o a mi madre: ya vendrá el tío Paco con la rebaja. Yo tenía un tío que se llamaba Paco –era mi tío preferido- y cada vez que nos visitaba, le preguntaba: “Oye, tío Paco, ¿dónde tienes la rebaja?” Mi tío se reía. La verdad es que mi tío en vez de rebajas siempre me traía alguna perra gorda para que me comprara pipas u otras golosinas. Siempre me había intrigado ese tío Paco con su rebaja y pasados los años llegué a asociarlo con algún comerciante. Con el tiempo, consultando diccionarios me enteré de que el tío Paco nunca existió, que es un personaje inventado, lo que se llama proverbial, en quien se representa la sobria realidad, esa que se encarga de poner sordina a nuestras exageradas ilusiones, pretensiones o nuestros sueños de grandeza. Por extensión, el dicho lo empleamos también cuando a alguien le va muy bien económicamente y presume de ello. Con un pelín de esa envidia tan española, solemos consolarnos diciendo: “Espera, espera, que ya vendrá el tío Paco con la rebaja
“Se ha salvado por los pelos”
Cuando alguien escapa a un peligro por chiripa, por pura casualidad o salva su vida en un trance sumamente apurado, solemos decir que se ha salvado por los pelos, un dicho que tratándose de un calvo raya naturalmente en el cachondeo. “Por los pelos” equivale a “de milagro”, “por poco”, “de pura chiripa”. Pero el origen de este dicho es bastante práctico. En 1809, el Gobierno decretó que también en la Marina tenían todos que cortarse el pelo al cero, como los demás soldados. Los marineros dirigieron un escrito al Gobierno pidiendo que retirase la orden. Adujeron con muy buenas razones que era una costumbre marinera, dictada por el instinto de supervivencia, que los marineros llevasen el pelo largo. En caso de naufragio tenían más posibilidades de salvar la vida, porque los hombres en los botes de salvamento les podrían sacar del agua agarrándoles por los cabellos.
“Ya vendrá el tío Paco con la rebaja”.
Cuando era pequeño, oía decir a mi abuela o a mi madre: ya vendrá el tío Paco con la rebaja. Yo tenía un tío que se llamaba Paco –era mi tío preferido- y cada vez que nos visitaba, le preguntaba: “Oye, tío Paco, ¿dónde tienes la rebaja?” Mi tío se reía. La verdad es que mi tío en vez de rebajas siempre me traía alguna perra gorda para que me comprara pipas u otras golosinas. Siempre me había intrigado ese tío Paco con su rebaja y pasados los años llegué a asociarlo con algún comerciante. Con el tiempo, consultando diccionarios me enteré de que el tío Paco nunca existió, que es un personaje inventado, lo que se llama proverbial, en quien se representa la sobria realidad, esa que se encarga de poner sordina a nuestras exageradas ilusiones, pretensiones o nuestros sueños de grandeza. Por extensión, el dicho lo empleamos también cuando a alguien le va muy bien económicamente y presume de ello. Con un pelín de esa envidia tan española, solemos consolarnos diciendo: “Espera, espera, que ya vendrá el tío Paco con la rebaja
“Se ha salvado por los pelos”
Cuando alguien escapa a un peligro por chiripa, por pura casualidad o salva su vida en un trance sumamente apurado, solemos decir que se ha salvado por los pelos, un dicho que tratándose de un calvo raya naturalmente en el cachondeo. “Por los pelos” equivale a “de milagro”, “por poco”, “de pura chiripa”. Pero el origen de este dicho es bastante práctico. En 1809, el Gobierno decretó que también en la Marina tenían todos que cortarse el pelo al cero, como los demás soldados. Los marineros dirigieron un escrito al Gobierno pidiendo que retirase la orden. Adujeron con muy buenas razones que era una costumbre marinera, dictada por el instinto de supervivencia, que los marineros llevasen el pelo largo. En caso de naufragio tenían más posibilidades de salvar la vida, porque los hombres en los botes de salvamento les podrían sacar del agua agarrándoles por los cabellos.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Nuestra lengua: "La casa de Tócame Roque"
Recientemente, uno de los participantes en una tertulia radiofónica decía que la justicia española “no puede convertirse en la casa de Tócame Roque”. Me hizo gracia la expresión, que hacía mucho tiempo que no la oía, y la anoté. Me pregunté si el tertuliano, los demás asistentes a la discusión e incluso la mayoría de los oyentes sabrían el origen de este dicho, que todos comprendieron.
“La casa de Tócame Roque” es, según el diccionario “aquella en la que vive mucha gente y hay mala dirección y el consiguiente desorden”. Un castizo lo diría con menos palabras: “un desmadre”, “un cachondeo”.
Yo me acordaba de que el dicho tenía que ver con una casa que hubo en Madrid y recordaba que esa casa salía a relucir en un sainete de don Ramón de la Cruz. Nada más. Picado por la curiosidad me puse a consultar diccionarios, libros y, cómo no, el Google. Por si les interesa, les diré el resultado de mis pesquisas: la mencionada casa de Tócame Roque (propiedad de dos hermanos Juan y Roque) estuvo en la madrileña calle del Barquillo hasta 1850, año en que fue derribada. En aquella casa habitaban muchos vecinos, que se llevaban muy mal, y por lo tanto surgían entre ellos muchas disputas y peleas, hasta el punto que tenía que acudir la policía, es decir, los alguaciles y corchetes. Don Ramón de la Cruz inmortalizó el inmueble y a sus inquilinos, conocidos ya en todo Madrid como “la casa de Tócame Roque”, en el sainete “La Petra y la Juana o un buen casero”.
En español ha infinidad de dichos y refranes con “casa”. Basta con que ustedes consulten los diccionarios (el de la Real Academia Española, DRAE, María Moliner, o las enciclopedias Salvat y Larousse, por citar sólo un par de ejemplos). Pero muchos de ellos ya apenas se usan. He seleccionado para ustedes algunos que sí siguen siendo de uso corriente y que yo oía frecuentemente en mi casa. Mi padre, que además de abogado era profesor de Letras y Ciencias, se enfadaba mucho conmigo si en el Bachillerato me suspendían alguna vez en matemáticas (hoy se dice: “si suspendía matemáticas”). Mi padre, al ver un suspenso, exclamaba: “En casa del herrero, cuchillo de palo” o ”cuchara de madera” (en mi casa también oí “azadón de palo”). Con esta expresión, como ustedes saben, se denuncia la carencia de algo allí donde menos debería producirse la carencia.
Un dicho que siempre me ha hecho mucha gracia es: “Entrar como Pedro por su casa”. Suele emplearse esta expresión cuando alguien tiene mucha confianza en otra casa ajena, en la que entra y sale con excesiva familiaridad; y, por extensión, cuando alguien se siente como en casa en algún lugar, nada cohibido, muy a sus anchas. La expresión “entrar como por su casa” para denotar facilidad de acceso de alguien o algo a un lugar, es muy antigua y puede hallarse también en la novela “Rinconete y Cortadillo” de Cervantes. Pedro -también podría llamarse Juan o José- es un personaje ficticio, inventado por el pueblo, aunque algunos eruditos creen que hace referencia a Pedro I de Aragón, que entró en Huesca, después de sitiarla, en el año 1094.
“La casa de Tócame Roque” es, según el diccionario “aquella en la que vive mucha gente y hay mala dirección y el consiguiente desorden”. Un castizo lo diría con menos palabras: “un desmadre”, “un cachondeo”.
Yo me acordaba de que el dicho tenía que ver con una casa que hubo en Madrid y recordaba que esa casa salía a relucir en un sainete de don Ramón de la Cruz. Nada más. Picado por la curiosidad me puse a consultar diccionarios, libros y, cómo no, el Google. Por si les interesa, les diré el resultado de mis pesquisas: la mencionada casa de Tócame Roque (propiedad de dos hermanos Juan y Roque) estuvo en la madrileña calle del Barquillo hasta 1850, año en que fue derribada. En aquella casa habitaban muchos vecinos, que se llevaban muy mal, y por lo tanto surgían entre ellos muchas disputas y peleas, hasta el punto que tenía que acudir la policía, es decir, los alguaciles y corchetes. Don Ramón de la Cruz inmortalizó el inmueble y a sus inquilinos, conocidos ya en todo Madrid como “la casa de Tócame Roque”, en el sainete “La Petra y la Juana o un buen casero”.
En español ha infinidad de dichos y refranes con “casa”. Basta con que ustedes consulten los diccionarios (el de la Real Academia Española, DRAE, María Moliner, o las enciclopedias Salvat y Larousse, por citar sólo un par de ejemplos). Pero muchos de ellos ya apenas se usan. He seleccionado para ustedes algunos que sí siguen siendo de uso corriente y que yo oía frecuentemente en mi casa. Mi padre, que además de abogado era profesor de Letras y Ciencias, se enfadaba mucho conmigo si en el Bachillerato me suspendían alguna vez en matemáticas (hoy se dice: “si suspendía matemáticas”). Mi padre, al ver un suspenso, exclamaba: “En casa del herrero, cuchillo de palo” o ”cuchara de madera” (en mi casa también oí “azadón de palo”). Con esta expresión, como ustedes saben, se denuncia la carencia de algo allí donde menos debería producirse la carencia.
Un dicho que siempre me ha hecho mucha gracia es: “Entrar como Pedro por su casa”. Suele emplearse esta expresión cuando alguien tiene mucha confianza en otra casa ajena, en la que entra y sale con excesiva familiaridad; y, por extensión, cuando alguien se siente como en casa en algún lugar, nada cohibido, muy a sus anchas. La expresión “entrar como por su casa” para denotar facilidad de acceso de alguien o algo a un lugar, es muy antigua y puede hallarse también en la novela “Rinconete y Cortadillo” de Cervantes. Pedro -también podría llamarse Juan o José- es un personaje ficticio, inventado por el pueblo, aunque algunos eruditos creen que hace referencia a Pedro I de Aragón, que entró en Huesca, después de sitiarla, en el año 1094.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Hans Matthöfer
Ha fallecido Hans Matthöfer, el socialdemócrata alemán que más hizo por una España democrática y por la existencia de un PSOE que algún día pudiese asumir responsabilidad de gobierno, como ocurriría con Felipe González y, en la actualidad, con José Luis Rodríguez Zapatero.
Matthöfer, hombre de confianza de Willy Brandt y ex ministro de Hacienda (entre otros altos cargos ministeriales anteriores), convenció al líder de la socialdemocracia alemana (SPD) para que se ayudara económica e ideológicamente al Partido Socialista Obrero Español de Pablo Iglesias, con la condición de que el partido abandonara su triste existencia en el exilio de Toulouse, liderado por Rodolfo Llopis (envejecido al mismo tiempo que el PSOE) y se trasladara a España. Matthöfer formó un equipo de socialistas españoles que, desde Alemania, trabajaron en esta dirección. Finalmente, se hallaron dos socialistas en España, que podrían ser los futuros dirigentes de un PSOE en el interior: Felipe Gozález y Alfonso Guerra.
Cuando la transición, Matthöfer consiguió de Willy Brandt que el SPD ayudase financieramente a un partido débil, sin recursos económicos, pero que era la única alternativa a la derecha posfranquista, que había conservado su poder económico y ademas era apoyada por la CDU (Unión democristiana alemana) y la CSU (Unión socialcristiana bávara) a través de sus respectivas fundaciones "Konrad Adenauer" y "Hans-Seidel". La ayuda económica al PSOE se canalizó a través de la fundación del SPD "Friedrich Ebert", a cuyo frente estaba Dieter Konieski.
Cuando el PSOE llegó al poder tras ganar las elecciones del 28 de octubre de 1982, se inició un proceso de alejamiento del PSOE de su partido hermano alemán SPD. Al tiempo que florecía una íntima amistad de Felipe González con el ex canciller federal Helmut Kohl (CDU), se fueron enfriando las relaciones de González y del PSOE, renovado gracias al SPD, con Willy Brandt y el SPD. Paulatinamente, empezando por Matthöfer, fueron ignorados todos los socialistas españoles que trabajaron por la subsistencia y el renacer del Partido Socialista Obrero Español. Los dirigentes del PSOE querían dar la impresión de que su partido no tenía que deber nada a nadie, solamente al "entusiasmo" que el PSOE despertó entre los españoles. Así, al parecer era lo que creían los dirigentes del PSOE, el partido socialista español podría tratarse de tú a tú con la derecha. El sistemático olvido de la labor de Hans Matthöfer y de sus colaboradores españoles alcanza una cumbre de cinismo en las memorias amañadas de Alfonso Guerra, en las que el presidente de la Fundación Pablo Iglesias no menciona con una sola palabra al SPD, pero sí se deshace en elogios a los partidos socialistas francés e italiano, que muy poco hicieron por la democracia en España y por el resurgimiento del PSOE. Si hay que agradecer algo al partido socialista francés fue ayudar al PSOE para que pudiese sobrevivir en precarias circunstancias en Toulouse.
A los dirigentes del PSOE puede recordárseles el dicho castellano: "Es de bien nacidos, ser agradecidos"
Matthöfer, hombre de confianza de Willy Brandt y ex ministro de Hacienda (entre otros altos cargos ministeriales anteriores), convenció al líder de la socialdemocracia alemana (SPD) para que se ayudara económica e ideológicamente al Partido Socialista Obrero Español de Pablo Iglesias, con la condición de que el partido abandonara su triste existencia en el exilio de Toulouse, liderado por Rodolfo Llopis (envejecido al mismo tiempo que el PSOE) y se trasladara a España. Matthöfer formó un equipo de socialistas españoles que, desde Alemania, trabajaron en esta dirección. Finalmente, se hallaron dos socialistas en España, que podrían ser los futuros dirigentes de un PSOE en el interior: Felipe Gozález y Alfonso Guerra.
Cuando la transición, Matthöfer consiguió de Willy Brandt que el SPD ayudase financieramente a un partido débil, sin recursos económicos, pero que era la única alternativa a la derecha posfranquista, que había conservado su poder económico y ademas era apoyada por la CDU (Unión democristiana alemana) y la CSU (Unión socialcristiana bávara) a través de sus respectivas fundaciones "Konrad Adenauer" y "Hans-Seidel". La ayuda económica al PSOE se canalizó a través de la fundación del SPD "Friedrich Ebert", a cuyo frente estaba Dieter Konieski.
Cuando el PSOE llegó al poder tras ganar las elecciones del 28 de octubre de 1982, se inició un proceso de alejamiento del PSOE de su partido hermano alemán SPD. Al tiempo que florecía una íntima amistad de Felipe González con el ex canciller federal Helmut Kohl (CDU), se fueron enfriando las relaciones de González y del PSOE, renovado gracias al SPD, con Willy Brandt y el SPD. Paulatinamente, empezando por Matthöfer, fueron ignorados todos los socialistas españoles que trabajaron por la subsistencia y el renacer del Partido Socialista Obrero Español. Los dirigentes del PSOE querían dar la impresión de que su partido no tenía que deber nada a nadie, solamente al "entusiasmo" que el PSOE despertó entre los españoles. Así, al parecer era lo que creían los dirigentes del PSOE, el partido socialista español podría tratarse de tú a tú con la derecha. El sistemático olvido de la labor de Hans Matthöfer y de sus colaboradores españoles alcanza una cumbre de cinismo en las memorias amañadas de Alfonso Guerra, en las que el presidente de la Fundación Pablo Iglesias no menciona con una sola palabra al SPD, pero sí se deshace en elogios a los partidos socialistas francés e italiano, que muy poco hicieron por la democracia en España y por el resurgimiento del PSOE. Si hay que agradecer algo al partido socialista francés fue ayudar al PSOE para que pudiese sobrevivir en precarias circunstancias en Toulouse.
A los dirigentes del PSOE puede recordárseles el dicho castellano: "Es de bien nacidos, ser agradecidos"
domingo, 15 de noviembre de 2009
Nuestra lengua: "álgido"/ "deleznable"
Los virus no sólo afectan a los organismos vivos. Por la informática sabemos que también los ordenadores, esos complicados aparatos o "cerebros electrónicos" con inteligencia virtual, también pueden ser atacados por virus que perturban o destruyen sus programas.
Pues bien, también el idioma, que es un sensible sistema de signos orales o escritos, que permiten la comunicación humana, se ve frecuentemente afectado por virus que distorsionan el sentido de las palabras y complican ese acto tan maravilloso que es la transmisión de los pensamietos entre un sujeto que emite y otro que recibe. Y ocurre que nuestro cerebro es un ordenador tan perfecto que incluso asimila los virus y los reconvierte, dándoles el significado adecuado para que funcione la comprensión, aunque estemos utilizando mal el lenguaje. Gracias a esa labor correctora de nuestro cerebro, una palabra puede significar una cosa y su contraria. Este es el caso del adjetivo "álgido", palabra proveniente del latín "algidus", que significa frío, helado, aterido, pero que hoy usualmente se emplea en el sentido de caliente o ardiente.
Álgido se usa en el lenguaje médico con el significado de "acompañado de frío glacial". Así: fiebre álgida, período álgido del cólera morbo. Pero en algún momento, alguien tuvo la idea de emplear este adjetivo para expresar todo lo contrario: el momento más ardiente, más caliente, más apasionado de un proceso o situación. No se sabe con exactitud cuándo se introdujo este virus en el castellano, pero el académico José María Iribarren ya nos daba una pista en 1956 al citar al escritor Mariano de la Cavia en su libro "Limpia y fija", publicado en Madrid en 1922. Criticaba Mariano de la Cavia: "Hay desatinos corrientes y molientes que caen bajo la censura, no de un "chico del instituto, sino de una niño de la escuela. "El martes, día que marca el período álgido del Carnaval..." "Al anochecer, el bullicio llegaba a su período álgido en la Castellana y Recoletos..." Se lamentaba el escritor: "Este inveterado despropósito ha arraigado de tal modo en escritos y conversaciones, que no hay medio de desterrarlo".
Efectivamente. Tan difícil ha sido desterrarlo que hasta la Real Academia de la Lengua se vio obligada a incluir el uso espurio del adjetivo "álgido" en su diccionario (DRAE 1992). Puede leerse bajo la cifra 3.: "Figurado. Dícese del momento o período crítico o culminante de algunos procesos orgánicos, físicos, políticos, sociales, etc..."
En los diarios, en la radio y en la televisión aparece este virus constantemente. Así, leemos o escuchamos: "en el punto álgido de la batalla"; "en el momento álgido de las conversaciones sobre el proceso de paz"; "la actriz se halla en el punto álgido de su carrera". No quieren decir estas frases, como dicen en realidad, que la batalla se libra con un frío glacial, sino que se halla en su fase más caliente, ni que las conversaciones sobre el proceso de paz hubiesen llegado a la fase más gélida, sino todo lo contrario, que estaban en el momento decisivo. Y la actriz no estaba a punto de congelarse por la indiferencia del público, sino que se hallaba estupendamente arropada por la más calurosa acogida de sus admiradores.
En fin, dímelo al revés para que te entienda. Así, sabiendo lo que realmente significa "álgido", que es algo que hace tiritar de frío, ¿no es grotesco que oigamos en TVE 1: "El incendio estaba en su punto álgido cuando llegaron los bomberos". Quienes saben el auténtico sentido de este adjetivo sólo pueden imaginarse el incendio apagado y el lugar cubierto de hielo. Vamos, ¡para que los bomberos cogieran una pulmonía!".
----------------------------------------O---------------------------------------------------
Cada vez que oigo a un locutor, a un político, incluso a un presidente del gobierno o a un ministro decir "deleznable" en este contexto: "Se trata de una conducta deleznable", o cuando lo leo en un periódico, que presume de tener un manual de estilo, me entra un ataque de cólera. "Deleznable" significa: que se rompe o deshace fácilmente//que se desliza con mucha facilidad//fig. Poco durable, fugaz//fig. Inestable//fig. De poca resistencia. Lo que en realidad quieren decir esos analfabetos funcionales es: "detestable", "abominable" o "execrable". Me imagino que la Real Academia, que ya hace tiempo que no limpia, pero sí fija los disparates lingüísticos, ya habrá aceptado o aceptará en sentido figurado este despropósito contra el castellano. Para la Academia tiene entrada en su diccionario (DRAE) cualquier dislate, siempre que se haya generalizado su uso. Recomiendo al lector el diccionario "Dudas" de Manuel Seco o el "Diccionario de dudas e irregularidades de la lengua española" de David Fernández.
Pues bien, también el idioma, que es un sensible sistema de signos orales o escritos, que permiten la comunicación humana, se ve frecuentemente afectado por virus que distorsionan el sentido de las palabras y complican ese acto tan maravilloso que es la transmisión de los pensamietos entre un sujeto que emite y otro que recibe. Y ocurre que nuestro cerebro es un ordenador tan perfecto que incluso asimila los virus y los reconvierte, dándoles el significado adecuado para que funcione la comprensión, aunque estemos utilizando mal el lenguaje. Gracias a esa labor correctora de nuestro cerebro, una palabra puede significar una cosa y su contraria. Este es el caso del adjetivo "álgido", palabra proveniente del latín "algidus", que significa frío, helado, aterido, pero que hoy usualmente se emplea en el sentido de caliente o ardiente.
Álgido se usa en el lenguaje médico con el significado de "acompañado de frío glacial". Así: fiebre álgida, período álgido del cólera morbo. Pero en algún momento, alguien tuvo la idea de emplear este adjetivo para expresar todo lo contrario: el momento más ardiente, más caliente, más apasionado de un proceso o situación. No se sabe con exactitud cuándo se introdujo este virus en el castellano, pero el académico José María Iribarren ya nos daba una pista en 1956 al citar al escritor Mariano de la Cavia en su libro "Limpia y fija", publicado en Madrid en 1922. Criticaba Mariano de la Cavia: "Hay desatinos corrientes y molientes que caen bajo la censura, no de un "chico del instituto, sino de una niño de la escuela. "El martes, día que marca el período álgido del Carnaval..." "Al anochecer, el bullicio llegaba a su período álgido en la Castellana y Recoletos..." Se lamentaba el escritor: "Este inveterado despropósito ha arraigado de tal modo en escritos y conversaciones, que no hay medio de desterrarlo".
Efectivamente. Tan difícil ha sido desterrarlo que hasta la Real Academia de la Lengua se vio obligada a incluir el uso espurio del adjetivo "álgido" en su diccionario (DRAE 1992). Puede leerse bajo la cifra 3.: "Figurado. Dícese del momento o período crítico o culminante de algunos procesos orgánicos, físicos, políticos, sociales, etc..."
En los diarios, en la radio y en la televisión aparece este virus constantemente. Así, leemos o escuchamos: "en el punto álgido de la batalla"; "en el momento álgido de las conversaciones sobre el proceso de paz"; "la actriz se halla en el punto álgido de su carrera". No quieren decir estas frases, como dicen en realidad, que la batalla se libra con un frío glacial, sino que se halla en su fase más caliente, ni que las conversaciones sobre el proceso de paz hubiesen llegado a la fase más gélida, sino todo lo contrario, que estaban en el momento decisivo. Y la actriz no estaba a punto de congelarse por la indiferencia del público, sino que se hallaba estupendamente arropada por la más calurosa acogida de sus admiradores.
En fin, dímelo al revés para que te entienda. Así, sabiendo lo que realmente significa "álgido", que es algo que hace tiritar de frío, ¿no es grotesco que oigamos en TVE 1: "El incendio estaba en su punto álgido cuando llegaron los bomberos". Quienes saben el auténtico sentido de este adjetivo sólo pueden imaginarse el incendio apagado y el lugar cubierto de hielo. Vamos, ¡para que los bomberos cogieran una pulmonía!".
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Cada vez que oigo a un locutor, a un político, incluso a un presidente del gobierno o a un ministro decir "deleznable" en este contexto: "Se trata de una conducta deleznable", o cuando lo leo en un periódico, que presume de tener un manual de estilo, me entra un ataque de cólera. "Deleznable" significa: que se rompe o deshace fácilmente//que se desliza con mucha facilidad//fig. Poco durable, fugaz//fig. Inestable//fig. De poca resistencia. Lo que en realidad quieren decir esos analfabetos funcionales es: "detestable", "abominable" o "execrable". Me imagino que la Real Academia, que ya hace tiempo que no limpia, pero sí fija los disparates lingüísticos, ya habrá aceptado o aceptará en sentido figurado este despropósito contra el castellano. Para la Academia tiene entrada en su diccionario (DRAE) cualquier dislate, siempre que se haya generalizado su uso. Recomiendo al lector el diccionario "Dudas" de Manuel Seco o el "Diccionario de dudas e irregularidades de la lengua española" de David Fernández.
La Eucaristía
La Eucaristía, el rito central de la Iglesia (católica y protestante), no es de origen cristiano. Ya en el viejo Egipto, 3.000 años antes de la era cristiana, los fieles del culto de Isis, Osiris y Horus se reunían para comer trozos de una hogaza de pan y beber vino. El pan representaba el cuerpo de Osiris (el Dios-Sol) y el vino, su sangre. Con esta ceremonia, los adeptos creían ingerir el poder de Osiris, participar en la deidad. Un rito similar es conocido también de la antigua Babilonia y muy posteriormente aparece en el culto grecorromano de Dionisio.
Jesús, en la supuesta Última Cena, debió de haberse inspirado en el rito egipcio, que, al parecer, conocía muy bien. Desde la escena de la Última Cena, descrita en los Evangelios, hasta nuestros días, el rito en versión cristiana de la Eucaristía ha experimentado numerosas simplificaciones, hasta convertirse en la comunión que conocemos hoy. Los protestantes tienen otra forma de comulgar que los católicos.
Jesús, en la supuesta Última Cena, debió de haberse inspirado en el rito egipcio, que, al parecer, conocía muy bien. Desde la escena de la Última Cena, descrita en los Evangelios, hasta nuestros días, el rito en versión cristiana de la Eucaristía ha experimentado numerosas simplificaciones, hasta convertirse en la comunión que conocemos hoy. Los protestantes tienen otra forma de comulgar que los católicos.
sábado, 14 de noviembre de 2009
"¿Por qué se siente usted español?"
La Presidencia francesa ha lanzado una encuesta hasta febrero con la pregunta de "¿por qué se siente usted francés?" Salta a la vista que en el punto de mira está la cuestión de la integración de los inmigrantes. Me pregunto, ¿qué respuesta darían los españoles a una pregunta similar? Por lo que tengo oído a lo largo de los años, creo que algunas respuestas serían:
* Porque he nacido en España.
* Porque hablo español.
* Porque estoy orgulloso de haber nacido en España.
* Porque mis antepasados y mis padres son españoles.
* Porque como en España no hay nada.
* Porque España es lo mejor del mundo. Por eso nos envidian los extranjeros.
* Porque aquí he nacido, aquí me he criado y aquí vivo.
* Porque España es mi patria.
De algunos catalanes y vascos se recibirían respuestas como:
* Yo no soy español. Soy catalán (soy vasco).
Un periodista, cuyo nombre he olvidado, escribió en su columna:
"Soy español porque no puedo ser otra cosa"
* Porque he nacido en España.
* Porque hablo español.
* Porque estoy orgulloso de haber nacido en España.
* Porque mis antepasados y mis padres son españoles.
* Porque como en España no hay nada.
* Porque España es lo mejor del mundo. Por eso nos envidian los extranjeros.
* Porque aquí he nacido, aquí me he criado y aquí vivo.
* Porque España es mi patria.
De algunos catalanes y vascos se recibirían respuestas como:
* Yo no soy español. Soy catalán (soy vasco).
Un periodista, cuyo nombre he olvidado, escribió en su columna:
"Soy español porque no puedo ser otra cosa"
jueves, 12 de noviembre de 2009
La cruz
...Otro hecho poco conocido es que la cruz del cristianismo no era popular ni usada como un símbolo cristiano por los primeros cristianos. Exhibir a Cristo sufriendo en la cruz era considerado como humillante e inapropiado. Un padre de la Iglesia del siglo III prohibió el uso de la cruz declarándolo como paganismo. En las catacumbas romanas no hay dibujos de Cristo clavado en la cruz. El emperador Constantino desterró la crucifixión como castigo en el siglo IV, debido a su supuesta visión de la cruz que le condujo a su victoriosa unificación del imperio.
Incluso siglos más tarde, ningún artista se atrevió a pintar a Cristo y su humillación en la cruz. Las primeras pinturas de Cristo crucificado fueron condenadas por el Papa como blasfemia.
En el "Concilio de Trullo" (692), celebrado en Costantinopla (Estambul), la Iglesia permitió que se representase a Cristo crucificado (hoy, los crucifijos muestran un Cristo sufriendo en la cruz). Durante el Renacimiento y la Reforma se puso de moda pintar a Cristo crucificado. Usado raramente por los cristianos, hicieron falta siglos antes de que la imagen de un Cristo atormentado en la cruz se convirtiera en un símbolo cristiano. (Robert W. Stace)
Incluso siglos más tarde, ningún artista se atrevió a pintar a Cristo y su humillación en la cruz. Las primeras pinturas de Cristo crucificado fueron condenadas por el Papa como blasfemia.
En el "Concilio de Trullo" (692), celebrado en Costantinopla (Estambul), la Iglesia permitió que se representase a Cristo crucificado (hoy, los crucifijos muestran un Cristo sufriendo en la cruz). Durante el Renacimiento y la Reforma se puso de moda pintar a Cristo crucificado. Usado raramente por los cristianos, hicieron falta siglos antes de que la imagen de un Cristo atormentado en la cruz se convirtiera en un símbolo cristiano. (Robert W. Stace)
Nuestra lengua: "Los mismos perros con distintos collares"
Hoy va de perros. Siendo el perro el más antiguo y fiel amigo del hombre, parece mentira el mal concepto que tenemos de este cuadrúpedo tan casero. Casi todos los dichos y refranes en las lenguas europeas hacen referencia muy negativa al perro, can o chucho. La realidad, en la mayoría de los países europeos, es bien distinta. Cada vez se trata mejor a los perros, también en España donde la crueldad para con los animales desgraciadamente no está aún del todo erradicada. Quizá uno de los países donde se trata a los perros con más mimo sea en Alemania, donde un can a veces suscita cariños como si fuera un niño.
Cuando alguno sufre muchas calamidades, dificultades o desdichas se lamentará de su "perra vida". Cuando el tiempo es muy malo, con lluvia, granizo, nieve, viento...decimos que "hace un tiempo de perros", aunque los perros bajo tales condiciones meteorológicas son los primeros en buscar el calor de la lumbre en el hogar.
"Tratar a uno como a un perrro" o "tratarlo como perro por Carnestolendas" es una forma de comportarse muy mal con el prójimo. En siglos pasados se manteaba en España a los perros en Carnaval para divertirse con ellos. Nos imaginamos el mosqueo que cogerían los pobres animales y tal vez más de una pantorrilla de aquellos juerguistas recibiría un buen y merecido mordisco. También en tiempos pasados, durante el Carnaval solía atarse a los rabos de los perros cencerros y cacerolas. Los pobres animales salían de estampida como alma en pena, perseguidos por el infernal ruido.
Vamos a recordar ahora algunos refranes con perro:
"Muerto el perro, se acabó la rabia". Es decir: suprimida la causa, se suprimen también los efectos.
"Ser el perro del hortelano, que ni come ni deja comer". Un refrán muy español, que como ustedes saben significa no aprovecharse de algo e impedir al propio tiempo que otros se aprovechen de ello. Pero en realidad, el perro del hortelano sólo cumple con su deber: impedir que otros se le coman las berzas, las lechugas o la fruta a su amo, el hortelano.
"A perro flaco todos son pulgas". En el lenguaje coloquial también decimos: "Al perro flaco todo se le vuelve pulgas". Aplicamos este refrán a aquellas personas que sufren una calamidad o desgracia tras otra, como si la desdicha se cebase con tales desafortunados.
"Los mismos perros con distintos collares". Un dicho que sigue aplicándose a los políticos que, según una opinión bastante extendida, son una especie humana que cambia poco con el tiempo o con las circunstancias. Una vez en el poder, apenas se diferencian de los otros. Según el gran novelista don Benito Pérez Galdós, autor (entre otras obras) de los "Episodios nacionales", este dicho nació entre los madrileños cuando Fernando VII cambió el gobierno, sustituyendo a Argüelles por Valdemoro-Feliú. En el fondo, todo siguió igual.
"En ninguna parte atan los perros con longaniza", es decir que en todas partes hay que contar con estrecheces y que cuesta ganarse la vida. Por el contrario, los antiguos romanos hablaban de un país donde ataban los perros con longaniza, una versión antigua de aquel El Dorado que buscaban los conquistadores españoles en América y de la leyenda más moderna de Jauja.
Cuando alguno sufre muchas calamidades, dificultades o desdichas se lamentará de su "perra vida". Cuando el tiempo es muy malo, con lluvia, granizo, nieve, viento...decimos que "hace un tiempo de perros", aunque los perros bajo tales condiciones meteorológicas son los primeros en buscar el calor de la lumbre en el hogar.
"Tratar a uno como a un perrro" o "tratarlo como perro por Carnestolendas" es una forma de comportarse muy mal con el prójimo. En siglos pasados se manteaba en España a los perros en Carnaval para divertirse con ellos. Nos imaginamos el mosqueo que cogerían los pobres animales y tal vez más de una pantorrilla de aquellos juerguistas recibiría un buen y merecido mordisco. También en tiempos pasados, durante el Carnaval solía atarse a los rabos de los perros cencerros y cacerolas. Los pobres animales salían de estampida como alma en pena, perseguidos por el infernal ruido.
Vamos a recordar ahora algunos refranes con perro:
"Muerto el perro, se acabó la rabia". Es decir: suprimida la causa, se suprimen también los efectos.
"Ser el perro del hortelano, que ni come ni deja comer". Un refrán muy español, que como ustedes saben significa no aprovecharse de algo e impedir al propio tiempo que otros se aprovechen de ello. Pero en realidad, el perro del hortelano sólo cumple con su deber: impedir que otros se le coman las berzas, las lechugas o la fruta a su amo, el hortelano.
"A perro flaco todos son pulgas". En el lenguaje coloquial también decimos: "Al perro flaco todo se le vuelve pulgas". Aplicamos este refrán a aquellas personas que sufren una calamidad o desgracia tras otra, como si la desdicha se cebase con tales desafortunados.
"Los mismos perros con distintos collares". Un dicho que sigue aplicándose a los políticos que, según una opinión bastante extendida, son una especie humana que cambia poco con el tiempo o con las circunstancias. Una vez en el poder, apenas se diferencian de los otros. Según el gran novelista don Benito Pérez Galdós, autor (entre otras obras) de los "Episodios nacionales", este dicho nació entre los madrileños cuando Fernando VII cambió el gobierno, sustituyendo a Argüelles por Valdemoro-Feliú. En el fondo, todo siguió igual.
"En ninguna parte atan los perros con longaniza", es decir que en todas partes hay que contar con estrecheces y que cuesta ganarse la vida. Por el contrario, los antiguos romanos hablaban de un país donde ataban los perros con longaniza, una versión antigua de aquel El Dorado que buscaban los conquistadores españoles en América y de la leyenda más moderna de Jauja.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Nuestra lengua: "Más feo que Picio"
Hay una serie de personajes que, desde la niñez, siempre me han intrigado. Y supongo que también a muchos de ustedes. Uno de estos personajes es Picio, que tuvo que ser horrible pues hasta nuestros días ha llegado el dicho de que "es más feo que Picio". Y ¿"Carracuca"? con el tiempo se ha ido olvidando eso de feo, y Carracuca ha pasado a ser el símbolo de la longevidad: "más viejo que Carracuca". Los filólogos están de acuerdo en que Carracuca es un personaje imaginario. Yo creo que inventado por los andaluces. Andaluz era Picio, al igual que el legendario sargento de Utrera, que, por lo que parece, tampoco era un dechado de belleza. El académico José María Iribarren hace referencia a don José María Sbarbi, un estudioso de nuestros refranes y dichos, el cual afirmaba que Picio existió y que era andaluz, granadino por más señas. Era un zapatero del siglo XIX que por error fue condenado a muerte. Tuvo suerte y la sentencia no llegó a ejecutarse. Al ser indultado, del susto que pasó se le deformó la cara de tal manera que daba espanto a quien le veía.
Otro feo, además de cruel, de mucho cuidado tuvo que ser el moro Muza, con quien mi madre me asustaba cuando era malo: "que viene el moro Muza". Creo haber leído en algún lugar que el moro Muza era una reminiscencia popular de Almanzor, aquel horrible guerrero árabe de cuando la Reconqúista.
Otros nombres misteriosos se relacionan con la poca inteligencia, la estulticia. Ustedes habrán oído decir "es más tonto que Perico, el de los palotes". Unos dicen que ese Perico era hace más de un siglo el tonto de un pueblo que andaba por las calles tocando el tambor con dos palillos o palotes. Otros dicen que Perico se refiere al niño que aprende a escribir y hace palotes. Por otra parte, en "El diablo cojuelo" de Luis Vélez de Guevara (colección Austral, página 158) aparece un Perico, el de los Palotes como protodemonio. Los diablos hasta que aprenden su oficio pueden ser torpones.
Tan poco despabilado como Perico hubo de ser un tal Abundio, que, era como mínimo tan tonto como "el que asó la manteca". No he conseguido descubrir quién sería ese Abundio que, según el dicho, "vendió el coche para comprar gasolina", pero demuestra que hasta los tontos pueden hacerse famosos.
Y ya que estamos escribiendo de tontos, supongo que todos ustedes se acordarán de la expresión "ser tonto de capirote". El capirote es, entre otras cosas, un cucurucho de cartón cubierto de seda blanca, que se ponía en la cabeza de los disciplinantes en las procesiones de cuaresma. También era una especie de gorro puntiagudo que se colocaban los bufones para divertir a la gente en las calles. En el fondo, los bufones siguen existiendo, aunque ahora, en vez de salir a la calle con un capirote, aparecen en la televisión. No son, en realidad, tontos de capirote, sino tíos (y tías) muy listos que ganan muchos millones diciendo chorradas.
Con los tontos los españoles, que somos todos muy listos, tenemos poca compasión. Sólo hay que ver la de expresiones de que dispone nuestra lengua para llamar tonto a alguien. Prescindo aquí de todas aquellas locuciones con tonto relacionadas con partes poco presentables de nuestra anatomía y que son de dominio común. Las podemos oír incluso en boca de delicadas chicas y de muchachos. He aquí una pequeña selección más o menos castiza: Tonto de las narices, tonto (d)el bote, aloba(d)o, gili, panoli, pringa(d)o y percebe.
Por cierto, al percebe lo define el diccionario como "un crustáceo cirrópodo, que tiene un caparazón compuesto de cinco piezas y un pedúnculo carnoso con el cual se adhiere a los peñascos de las costas". ¡Ahí queda eso!
Otro feo, además de cruel, de mucho cuidado tuvo que ser el moro Muza, con quien mi madre me asustaba cuando era malo: "que viene el moro Muza". Creo haber leído en algún lugar que el moro Muza era una reminiscencia popular de Almanzor, aquel horrible guerrero árabe de cuando la Reconqúista.
Otros nombres misteriosos se relacionan con la poca inteligencia, la estulticia. Ustedes habrán oído decir "es más tonto que Perico, el de los palotes". Unos dicen que ese Perico era hace más de un siglo el tonto de un pueblo que andaba por las calles tocando el tambor con dos palillos o palotes. Otros dicen que Perico se refiere al niño que aprende a escribir y hace palotes. Por otra parte, en "El diablo cojuelo" de Luis Vélez de Guevara (colección Austral, página 158) aparece un Perico, el de los Palotes como protodemonio. Los diablos hasta que aprenden su oficio pueden ser torpones.
Tan poco despabilado como Perico hubo de ser un tal Abundio, que, era como mínimo tan tonto como "el que asó la manteca". No he conseguido descubrir quién sería ese Abundio que, según el dicho, "vendió el coche para comprar gasolina", pero demuestra que hasta los tontos pueden hacerse famosos.
Y ya que estamos escribiendo de tontos, supongo que todos ustedes se acordarán de la expresión "ser tonto de capirote". El capirote es, entre otras cosas, un cucurucho de cartón cubierto de seda blanca, que se ponía en la cabeza de los disciplinantes en las procesiones de cuaresma. También era una especie de gorro puntiagudo que se colocaban los bufones para divertir a la gente en las calles. En el fondo, los bufones siguen existiendo, aunque ahora, en vez de salir a la calle con un capirote, aparecen en la televisión. No son, en realidad, tontos de capirote, sino tíos (y tías) muy listos que ganan muchos millones diciendo chorradas.
Con los tontos los españoles, que somos todos muy listos, tenemos poca compasión. Sólo hay que ver la de expresiones de que dispone nuestra lengua para llamar tonto a alguien. Prescindo aquí de todas aquellas locuciones con tonto relacionadas con partes poco presentables de nuestra anatomía y que son de dominio común. Las podemos oír incluso en boca de delicadas chicas y de muchachos. He aquí una pequeña selección más o menos castiza: Tonto de las narices, tonto (d)el bote, aloba(d)o, gili, panoli, pringa(d)o y percebe.
Por cierto, al percebe lo define el diccionario como "un crustáceo cirrópodo, que tiene un caparazón compuesto de cinco piezas y un pedúnculo carnoso con el cual se adhiere a los peñascos de las costas". ¡Ahí queda eso!
martes, 10 de noviembre de 2009
El miedo a la muerte
Una de las religiones más longevas y poderosas, con más de 1.200 millones de adeptos, es el catolicismo (con sus sectas protestantes), sólo superado por el Islam (1.300 millones de fieles). El catolicismo, en sus orígenes cristianismo, no podrá ser erradicado por ningún gobierno, que, a lo sumo lo que conseguirá es introducir algunas limitaciones, como el laicismo. El catolicismo se basa en una de las fuerzas psíquicas más fuertes que dominan al hombre: el miedo a la muerte. En torno a ese miedo, el catolicismo ha ido creando una simbología, unos rituales (liturgia), con los que se identifica la gran mayoría de los católicos practicantes y que son considerados por los musulmanes (que han tomado también mucho del cristianismo, además del Corán, los Evangelios son libros sagrados; existe el Arcángel San Gabriel y entre los profetas, los musulmanes también incluyen a Jesús), como idolatría. Como los musulmanes, los católicos también tienen su Cielo o Paraíso y su Dios, que para los musulmanes es Alá. Digamos aquí que el Islam nació en 622 con la predicación de Mahoma en La Meca (Arabia Saudí).
Para el catolicismo, los buenos cristianos se salvarán y las personas malas se condenarán. La mayoría de los católicos practicantes llevan en su cerebro la idea de que después de la muerte hay otra vida, la vida eterna, en el Cielo, junto a Dios. Para ellos es terrible el pensamiento de condenarse, de ir al infierno, que Juan Pablo II abolió como lugar espacial, lo mismo que el actual papa Benedicto XVI (alias Ratzinger) ha definido ahora al Cielo como lugar espiritual. Para Ratzinger la Gloria, el Paraíso es poder contemplar a Dios.
El cristianismo, después catolicismo, pudo con el Imperio Romano, que se hizo cristiano con el emperador Constantino. Este aconsejaba a los padres de la Iglesia que introdujeran más dioses en su religión y sobre todo, que hubiese por lo menos una diosa, para que la gente aceptara la nueva creencia. Los padres de la Iglesia hicieron como si escucharan a Constantino e introdujeron la figura de la Virgen, pero sin hacerla diosa, más bien intermediaria con la deidad y nada menos que madre de Dios. Los padres de la Iglesia fueron suprimiendo las fiestas paganas, como las bacanales en Roma del 24 al 25 de diciembre: solsticio de invierno. En su lugar situaron el nacimiento de Jesús, que siglos más tarde desplazaría a la fiesta pagana, aunque conservando una nota pagana en los festejos con buenas comidas y abundantes bebidas, regalos y demás tradiciones, hasta nuestros días. Otro caso de desplazamiento de una festividad pagana es la Noche de San Juan: solsticio de verano, que conserva todo su vigor pagano en las famosas hogueras de San Juan de la Comunidad Valenciana. Hay en España otros (numerosos) ejemplos: la Semana Santa de Sevilla o la romería de El Rocío. Pero una fiesta pagana que la Iglesia católica no ha podido tapar es el Carnaval, prohibido en España durante el franquismo-nacionalcatolicismo. Pero también aquí la Iglesia católica (cristiana) ha sabido empalmar lo pagano con lo religioso introduciendo el miércoles de ceniza, comienzo de la cuaresma.
La Iglesia católica es poderosa. El Vaticano tiene más poder que la Casa Blanca, porque su poder se basa en lo irracional-espiritual, en el miedo que siempre ha sentido la humanidad a la muerte, a dejar de existir, a no ser y contra el que el ser humano moviliza toda su fantasía convertida en fe.
Para el catolicismo, los buenos cristianos se salvarán y las personas malas se condenarán. La mayoría de los católicos practicantes llevan en su cerebro la idea de que después de la muerte hay otra vida, la vida eterna, en el Cielo, junto a Dios. Para ellos es terrible el pensamiento de condenarse, de ir al infierno, que Juan Pablo II abolió como lugar espacial, lo mismo que el actual papa Benedicto XVI (alias Ratzinger) ha definido ahora al Cielo como lugar espiritual. Para Ratzinger la Gloria, el Paraíso es poder contemplar a Dios.
El cristianismo, después catolicismo, pudo con el Imperio Romano, que se hizo cristiano con el emperador Constantino. Este aconsejaba a los padres de la Iglesia que introdujeran más dioses en su religión y sobre todo, que hubiese por lo menos una diosa, para que la gente aceptara la nueva creencia. Los padres de la Iglesia hicieron como si escucharan a Constantino e introdujeron la figura de la Virgen, pero sin hacerla diosa, más bien intermediaria con la deidad y nada menos que madre de Dios. Los padres de la Iglesia fueron suprimiendo las fiestas paganas, como las bacanales en Roma del 24 al 25 de diciembre: solsticio de invierno. En su lugar situaron el nacimiento de Jesús, que siglos más tarde desplazaría a la fiesta pagana, aunque conservando una nota pagana en los festejos con buenas comidas y abundantes bebidas, regalos y demás tradiciones, hasta nuestros días. Otro caso de desplazamiento de una festividad pagana es la Noche de San Juan: solsticio de verano, que conserva todo su vigor pagano en las famosas hogueras de San Juan de la Comunidad Valenciana. Hay en España otros (numerosos) ejemplos: la Semana Santa de Sevilla o la romería de El Rocío. Pero una fiesta pagana que la Iglesia católica no ha podido tapar es el Carnaval, prohibido en España durante el franquismo-nacionalcatolicismo. Pero también aquí la Iglesia católica (cristiana) ha sabido empalmar lo pagano con lo religioso introduciendo el miércoles de ceniza, comienzo de la cuaresma.
La Iglesia católica es poderosa. El Vaticano tiene más poder que la Casa Blanca, porque su poder se basa en lo irracional-espiritual, en el miedo que siempre ha sentido la humanidad a la muerte, a dejar de existir, a no ser y contra el que el ser humano moviliza toda su fantasía convertida en fe.
Nuestra lengua: "Que si quieres arroz, Catalina"
Cuando me ponía pesado, que quería algo y mi abuela decía que no, y yo insistía, y mi abuela que no, y yo, que sí, ésta exclamaba "¡Que si quieres arroz, Catalina!"
Esta expresión se utiliza (o utilizaba) en castellano para denotar que alguien se ponía pesado ("y dale que te pego"), para rechazar una pretensión, recriminar una impertinente insistencia o para exigir que alguien desista de su actitud terca. Como siempre he sido muy curioso con las cosas del lenguaje, pregunté a mi abuela qué significaba eso del arroz y la Catalina. Me contó que en un pueblo de Granada se casaba una señorita llamada Catalina con un señor llamado Roz. La Catalina era un poco sorda. El cura preguntaba: "¿Quieres a Roz?" Y Catalina, que no oía, sin contestar. Hasta que a las tres veces, el sacerdote ya mosqueado le gritó: "¡Que si quieres a Roz, Catalina!"
Por lo que he leído posteriormente, la explicación del dicho es otra, aunque tampoco se ponen de acuerdo los eruditos. El académico José María Iribarren en su "El por qué de los dichos" cita una explicación culta que se remonta a los tiempos de Juan II (1406-1454) y se refiere a un judío converso casado con una mujer a la que le gustaba mucho el arroz. Creía que el arroz servía para curar toda clase de enfermedades. La mujer cayó un día enferma, para morirse, y como rechazaba todas las medicinas, el pobre esposo le preguntaba si quería arroz. Ella no contestaba y el esposo repetía: "Que si quieres arroz, Catalina". La pobre Catalina falleció sin responder.
¿Qué quieren que les diga? Tal vez el erudito Iribarren tenga razón, pero a mí me sigue gustando más la explicación que me dio mi abuela granadina.
Y para concluir por hoy: un dicho que todos ustedes habrán escuchado o empleado: "el chocolate del loro". Significa ahorrar en lo insignificante. Se dice de unos marqueses venidos a menos que tenían que ahorrar para evitar ser embargados. Estaban acostumbrados al lujo y no sabían de qué prescindir. La marquesa exclamó finalmente: "¡Ya sé lo que vamos a ahorrar. El chocolate del loro!"
Esta expresión se utiliza (o utilizaba) en castellano para denotar que alguien se ponía pesado ("y dale que te pego"), para rechazar una pretensión, recriminar una impertinente insistencia o para exigir que alguien desista de su actitud terca. Como siempre he sido muy curioso con las cosas del lenguaje, pregunté a mi abuela qué significaba eso del arroz y la Catalina. Me contó que en un pueblo de Granada se casaba una señorita llamada Catalina con un señor llamado Roz. La Catalina era un poco sorda. El cura preguntaba: "¿Quieres a Roz?" Y Catalina, que no oía, sin contestar. Hasta que a las tres veces, el sacerdote ya mosqueado le gritó: "¡Que si quieres a Roz, Catalina!"
Por lo que he leído posteriormente, la explicación del dicho es otra, aunque tampoco se ponen de acuerdo los eruditos. El académico José María Iribarren en su "El por qué de los dichos" cita una explicación culta que se remonta a los tiempos de Juan II (1406-1454) y se refiere a un judío converso casado con una mujer a la que le gustaba mucho el arroz. Creía que el arroz servía para curar toda clase de enfermedades. La mujer cayó un día enferma, para morirse, y como rechazaba todas las medicinas, el pobre esposo le preguntaba si quería arroz. Ella no contestaba y el esposo repetía: "Que si quieres arroz, Catalina". La pobre Catalina falleció sin responder.
¿Qué quieren que les diga? Tal vez el erudito Iribarren tenga razón, pero a mí me sigue gustando más la explicación que me dio mi abuela granadina.
Y para concluir por hoy: un dicho que todos ustedes habrán escuchado o empleado: "el chocolate del loro". Significa ahorrar en lo insignificante. Se dice de unos marqueses venidos a menos que tenían que ahorrar para evitar ser embargados. Estaban acostumbrados al lujo y no sabían de qué prescindir. La marquesa exclamó finalmente: "¡Ya sé lo que vamos a ahorrar. El chocolate del loro!"
domingo, 8 de noviembre de 2009
¿Vida inteligente?
La superstición no es sólo religiosa. Existe otro tipo de superstición, que podríamos llamar "científica". En esta categoría cabe incluir la creencia de numerosas personas, entre ellas astrofísicos de la NASA, de que podría ser posible que en cualquier otro lugar del Universo exista vida inteligente. Habría primero que explicar qué se entiende aquí por inteligente. En la tierra no sólo los humanos son inteligentes. Existen otras inteligencias, que en el plano que ocupan en la Naturaleza, no pueden despreciarse, aunque simplifiquemos el asunto y hablemos de "instinto". Las hormigas pertenecen a los seres más inteligentes de nuestro planeta, al igual que las abejas, por sólo mencionar dos ejemplos extremos.
No puede descartarse que en otros mundos exista vida, aunque nunca podrá ser igual que la de los seres humanos, ni siquiera la de nuestros animales y plantas, todos ellos producto de la evolución no lineal durante unos cuatro mil millones de años. La vida surgió casual y causalmente por la incidencia del sol sobre los océanos. La famosa "protobacteria". Es muy improbable que la misma casualidad y causalidad se hubiese dado en otros planetas, donde, tal vez, también puede haber habido otra evolución durante millones y millones de años con otros resultados. Pero, y me baso en la opinión de otros astrofísicos, es infinitamente improbable que existan seres como el hombre en otros mundos. El "homo faber" es irrepetible. Lo absurdo de esta creencia se pone de manifiesto en las películas de ciencia-ficción, donde los alienígenas -como hace años, los famosos marcianos- tienen cuerpos tan deformes que sería imposible que pudiesen fabricar nada con esa estructura física. Han hecho falta más de 200 millones de años hasta que el hombre ha ido desarrollando sus órganos y sus miembros, así como su cerebro, hasta convertirse en el homo faber -el hombre creador.
La creencia en la existencia de vida inteligente en otros planetas es una superstición tan arraigada que incluso llega a la categoría de creencia religiosa. Son muchas las personas que creen a pie juntillas que existen los platillos volantes, a bordo de los cuales viajan los alienígenas. Donde esta superstición/superchería está más arraigada es en Estados Unidos; allí mucha gente afirma haber visto aterrizar un platillo volante y salir de él extraterrestres. La sociedad norteamericana es bastante histérica. Recordemos el pánico y el caos que causó Orson Welles a mediados del siglo pasado con su emisión radiofónica sobre la invasión de los marcianos. Otros, no sólo en EE UU, afirman haber sido secuestrados por alienígenas y otros, incluso, dicen haber conversado con ellos. Hay quien afirma en serio que en el Pentágono están los cuerpos de extraterrestres capturados y que la Casa Blanca no dice nada para no alarmar a ls población. Todo esto pertenece a lo que, dentro de la superstición, se denomina "leyendas urbanas".
Las señales de radio, tomadas al principio por la NASA como intento de otros seres de comunicarse con nosotros, han resultado tener origen en la tierra o son emitidas por otros astros, como las pulsares. El hombre jamás desvelará el secreto del Universo, por mucho que avance la investigación espacial. Todo son teorías o hipótesis, que no pueden ser contrastadas con la realidad. La interpretación de una fotografía del cosmos puede interpretarse mañana de otra manera. La ciencia sólo puede investigar nuestro sistema solar, en parte. Las distancias son demasiado grandes. La luna es una excepción relativa: comparada con los demás planetas la tenemos a la vuelta de la esquina. Y ¡hay que ver los preparativos que hacen falta para otra excusión a nuestro satélite! Imagínense ustedes cómo explorar un planeta que éste "sólo" a ocho años luz de la tierra. Quiere esto decir que para llegar a ese planeta estaríamos ocho años de camino viajando a la velocidad de la luz, que es de 300.000 m/s. Sería de nuevo ciencia-ficcción si especulásemos con que con el tiempo los científicos resolverán el problema. Jamás un objeto, como una nave espacial, podrá ser trasladado por el espacio a esa velocidad. Esto vale tanto para nosotros como para los "extraterrestres" con sus OVNIS (objetos volantes no identificados), que, hasta ahora, han tenido casi todos una explicación natural (reflejos de la luz, experimentos con nuevos aviones, globos meteorológicos o globos sonda e incluso cohetes espaciales).
No puede descartarse que en otros mundos exista vida, aunque nunca podrá ser igual que la de los seres humanos, ni siquiera la de nuestros animales y plantas, todos ellos producto de la evolución no lineal durante unos cuatro mil millones de años. La vida surgió casual y causalmente por la incidencia del sol sobre los océanos. La famosa "protobacteria". Es muy improbable que la misma casualidad y causalidad se hubiese dado en otros planetas, donde, tal vez, también puede haber habido otra evolución durante millones y millones de años con otros resultados. Pero, y me baso en la opinión de otros astrofísicos, es infinitamente improbable que existan seres como el hombre en otros mundos. El "homo faber" es irrepetible. Lo absurdo de esta creencia se pone de manifiesto en las películas de ciencia-ficción, donde los alienígenas -como hace años, los famosos marcianos- tienen cuerpos tan deformes que sería imposible que pudiesen fabricar nada con esa estructura física. Han hecho falta más de 200 millones de años hasta que el hombre ha ido desarrollando sus órganos y sus miembros, así como su cerebro, hasta convertirse en el homo faber -el hombre creador.
La creencia en la existencia de vida inteligente en otros planetas es una superstición tan arraigada que incluso llega a la categoría de creencia religiosa. Son muchas las personas que creen a pie juntillas que existen los platillos volantes, a bordo de los cuales viajan los alienígenas. Donde esta superstición/superchería está más arraigada es en Estados Unidos; allí mucha gente afirma haber visto aterrizar un platillo volante y salir de él extraterrestres. La sociedad norteamericana es bastante histérica. Recordemos el pánico y el caos que causó Orson Welles a mediados del siglo pasado con su emisión radiofónica sobre la invasión de los marcianos. Otros, no sólo en EE UU, afirman haber sido secuestrados por alienígenas y otros, incluso, dicen haber conversado con ellos. Hay quien afirma en serio que en el Pentágono están los cuerpos de extraterrestres capturados y que la Casa Blanca no dice nada para no alarmar a ls población. Todo esto pertenece a lo que, dentro de la superstición, se denomina "leyendas urbanas".
Las señales de radio, tomadas al principio por la NASA como intento de otros seres de comunicarse con nosotros, han resultado tener origen en la tierra o son emitidas por otros astros, como las pulsares. El hombre jamás desvelará el secreto del Universo, por mucho que avance la investigación espacial. Todo son teorías o hipótesis, que no pueden ser contrastadas con la realidad. La interpretación de una fotografía del cosmos puede interpretarse mañana de otra manera. La ciencia sólo puede investigar nuestro sistema solar, en parte. Las distancias son demasiado grandes. La luna es una excepción relativa: comparada con los demás planetas la tenemos a la vuelta de la esquina. Y ¡hay que ver los preparativos que hacen falta para otra excusión a nuestro satélite! Imagínense ustedes cómo explorar un planeta que éste "sólo" a ocho años luz de la tierra. Quiere esto decir que para llegar a ese planeta estaríamos ocho años de camino viajando a la velocidad de la luz, que es de 300.000 m/s. Sería de nuevo ciencia-ficcción si especulásemos con que con el tiempo los científicos resolverán el problema. Jamás un objeto, como una nave espacial, podrá ser trasladado por el espacio a esa velocidad. Esto vale tanto para nosotros como para los "extraterrestres" con sus OVNIS (objetos volantes no identificados), que, hasta ahora, han tenido casi todos una explicación natural (reflejos de la luz, experimentos con nuevos aviones, globos meteorológicos o globos sonda e incluso cohetes espaciales).
Nuestra lengua: "Pasar una noche toledana"
Mi padre, cuando alguna noche no podía dormir por algún motivo o alguna molestia, solía decirnos por la mañana: "He pasado una noche toledana". Naturalmente, yo entendía que quería decir que había pasado la noche en claro, en blanco, sin poder pegar un ojo. Pero eso de "la noche toledana" despertaba en mí románticas asociaciones relacionadas con el Toledo que había aprendido en los libros de texto. Sabía que Toledo había sido la capital de los visigodos y luego una ciudad en la que habían convivido las tres culturas: la cristiana, la judía y la musulmana. En mi fantasía de niño estudiante de Bachillerato, Toledo era una ciudad legendaria, de tortuosos callejones, apenas iluminado con antorchas por las noches, en las que jóvenes caballeros enfundados en sus capas y armados de las famosas dagas y espadas toledanas, iban a cortejar en la rejas de las ventanas a bellísimas damas cristianas, moras o judías, de ojos tan negros como las noches de Toledo. Para mí, por eso, "una noche toledana" era una noche llena de aventuras, de sobresaltos, de caballeros que se batían con sus aceros bajo el resplandor de las estrellas. Me preguntaba: y "¿qué tiene todo esto que ver con la mala noche pasada por mi padre?" Pensaba que el dicho se refería a una noche tan agitada como las que se vivían en Toledo en los siglos pasados.
Posteriormente he descubierto, leyendo en diccionarios, que el origen de este dicho es mucho más prosaico de lo que yo me imaginaba. Tiene que ver con las legiones de mosquitos en la ciudad de Toledo, circundada por el Tajo, que forma a sus pies una especie de fosa u hoz semiempantanada. Antiguamente, cuando aún no se habían inventado las armas antimosquitos químicas como los sprays, y más sofisticadas y medioambientales como los modernos aparatos eléctricos con y sin pastilla (estos últimos, al parecer, emiten un sonido no audible por nosotros, pero tan molesto para los pequeños vampiros, que éstos huyen de él) el sufrido viajero tenía que defenderse en las posadas de los molestos insectos a zapatillazos, unos con tino y los más fallidos. Y así, escuchando el zumbido de las voraces hembras dípteras -como ustedes saben los mosquitos que chupan la sangre son las hembras- y tratando de acabar con ellas, la víctima se pasaba toda la noche sin dormir, en vela. De ahí: "pasar una noche toledana".
Hace algún tiempo que no he visitado la ahora capital de Castilla-La Mancha, pero me imagino un Toledo moderno, libre ya de esta plaga.
Posteriormente he descubierto, leyendo en diccionarios, que el origen de este dicho es mucho más prosaico de lo que yo me imaginaba. Tiene que ver con las legiones de mosquitos en la ciudad de Toledo, circundada por el Tajo, que forma a sus pies una especie de fosa u hoz semiempantanada. Antiguamente, cuando aún no se habían inventado las armas antimosquitos químicas como los sprays, y más sofisticadas y medioambientales como los modernos aparatos eléctricos con y sin pastilla (estos últimos, al parecer, emiten un sonido no audible por nosotros, pero tan molesto para los pequeños vampiros, que éstos huyen de él) el sufrido viajero tenía que defenderse en las posadas de los molestos insectos a zapatillazos, unos con tino y los más fallidos. Y así, escuchando el zumbido de las voraces hembras dípteras -como ustedes saben los mosquitos que chupan la sangre son las hembras- y tratando de acabar con ellas, la víctima se pasaba toda la noche sin dormir, en vela. De ahí: "pasar una noche toledana".
Hace algún tiempo que no he visitado la ahora capital de Castilla-La Mancha, pero me imagino un Toledo moderno, libre ya de esta plaga.
sábado, 7 de noviembre de 2009
Nuestra lengua: "Andar de picos pardos"
En uno de esos programas de la televisión española, tan abominable como toda esa especie de bodrios de cualquier televisión del mundo, en los que se combina el entretenimiento musical con juegos, concursos y entrevistas a "famosas" y "famosos" del mundillo nacional e internacional del cotilleo, la presentadora preguntó a uno de los invitados, un poquito entrado ya en años, a qué se debía que en los últimos tiempos viviera tan retirado. Apenas se le veía ya en fiestas y saraos de la gente guapa, "beautiful people", añadió la presentadora para que nos enterásemos mejor.
El famoso contestó: "Hombre es que a uno ya no le apetece mucho andar de picos pardos. Aunque el invitado estaba muy bien conservado, la expresión ya delataba que pertenecía a la generación por encima de los cincuenta, un ejemplar de lo que los jóvenes hasta hace poco llamaban un "carroza" o "una antigüedad.
Estaba yo pensando escribir algo sobre esa expresión que podía oírse con frecuencia en mis tiempos de juventud -aunque con un cierto tono de censura-, y me preguntaba por qué había desaparecido casi por completo su uso en la actualidad, cuando otra entrevista en el mismo programa, esta vez con un joven enfundado en unos angostos y descoloridos tejanos, con aspiraciones de rockero, me sacó de dudas. El joven decía a la presentadora: "Yo es que soy muy marchoso. Me va la marcha. Siempre estoy de botellón con los amigos y amigas".
Naturalmente, "andar de picos pardos" y "estar de marcha" no son expresiones idénticas, pero tienen un punto de coincidencia. Ambas son dos formas de divertirse, correspondientes a distintas generaciones y mentalidades. Nuestros padres y nuestros abuelos, en sus años mozos, andaban o se iban de picos pardos, es decir, de juerga o diversión, en lo cual también podía intervenir algún rollo (hoy sin importancia) con chavalas. A este respecto añade pudibundo el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española) que la expresión también significa "ir a sitios de mala nota". En nuestros días la marcha puede consistir en irse a bailar a la discoteca, darle a la litrona o montar un botellón (con gran alegría del vecindario), meterle mano a la jai entusiasmado con sus bufas y, en el peor de los casos, hacerse la ruta del bakalao para ponerse morado de drogas (lo cual ocurre también con las pastillitas del botellón), que eso sí que es una pésima nota.
Volviendo a la expresión "andar de picos pardos": estoy seguro de que los españoles a partir de los 3o años nunca la han oído, y los que sí la conocen ignoran en absoluto su auténtico sentido. Confieso que yo conocía el dicho, pero tampco sabía su origen. Picado por la curiosidad investigué el asunto y hallé que en el siglo XIX, unas ordenanzas disponían que las mujeres públicas -las putas, dicho en lenguaje cervantino y para que todos nos enteremos- tenían que indicar su condición u oficio portando unos jubones o chales con los picos pardos. De esta manera se distinguía a "las mujeres de vida airada" (hoy diríamos "las trabajadoras del sexo") de las demás mujeres, con lo cual se evitaba que cualquier caballero, acometido por alguna incontenible necesidad de entrepierna, metiese la pata (ya que no otra cosa), confundiendo a una recatada doncella con una "lumi". En un principio, la expresión significaba, pues, acudir a prostíbulos, es decir, sin rodeos, echar un polvo. Después, con el uso se generalizó su significado en la acepción (también ya arcaica) de "echar una cana al aire", es decir, irse de ligue.
El famoso contestó: "Hombre es que a uno ya no le apetece mucho andar de picos pardos. Aunque el invitado estaba muy bien conservado, la expresión ya delataba que pertenecía a la generación por encima de los cincuenta, un ejemplar de lo que los jóvenes hasta hace poco llamaban un "carroza" o "una antigüedad.
Estaba yo pensando escribir algo sobre esa expresión que podía oírse con frecuencia en mis tiempos de juventud -aunque con un cierto tono de censura-, y me preguntaba por qué había desaparecido casi por completo su uso en la actualidad, cuando otra entrevista en el mismo programa, esta vez con un joven enfundado en unos angostos y descoloridos tejanos, con aspiraciones de rockero, me sacó de dudas. El joven decía a la presentadora: "Yo es que soy muy marchoso. Me va la marcha. Siempre estoy de botellón con los amigos y amigas".
Naturalmente, "andar de picos pardos" y "estar de marcha" no son expresiones idénticas, pero tienen un punto de coincidencia. Ambas son dos formas de divertirse, correspondientes a distintas generaciones y mentalidades. Nuestros padres y nuestros abuelos, en sus años mozos, andaban o se iban de picos pardos, es decir, de juerga o diversión, en lo cual también podía intervenir algún rollo (hoy sin importancia) con chavalas. A este respecto añade pudibundo el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española) que la expresión también significa "ir a sitios de mala nota". En nuestros días la marcha puede consistir en irse a bailar a la discoteca, darle a la litrona o montar un botellón (con gran alegría del vecindario), meterle mano a la jai entusiasmado con sus bufas y, en el peor de los casos, hacerse la ruta del bakalao para ponerse morado de drogas (lo cual ocurre también con las pastillitas del botellón), que eso sí que es una pésima nota.
Volviendo a la expresión "andar de picos pardos": estoy seguro de que los españoles a partir de los 3o años nunca la han oído, y los que sí la conocen ignoran en absoluto su auténtico sentido. Confieso que yo conocía el dicho, pero tampco sabía su origen. Picado por la curiosidad investigué el asunto y hallé que en el siglo XIX, unas ordenanzas disponían que las mujeres públicas -las putas, dicho en lenguaje cervantino y para que todos nos enteremos- tenían que indicar su condición u oficio portando unos jubones o chales con los picos pardos. De esta manera se distinguía a "las mujeres de vida airada" (hoy diríamos "las trabajadoras del sexo") de las demás mujeres, con lo cual se evitaba que cualquier caballero, acometido por alguna incontenible necesidad de entrepierna, metiese la pata (ya que no otra cosa), confundiendo a una recatada doncella con una "lumi". En un principio, la expresión significaba, pues, acudir a prostíbulos, es decir, sin rodeos, echar un polvo. Después, con el uso se generalizó su significado en la acepción (también ya arcaica) de "echar una cana al aire", es decir, irse de ligue.
jueves, 5 de noviembre de 2009
El cielo
Recientemente, el conocido astrofísico británico Stephen Hawking declaraba que según avanza la ciencia va quedando menos espacio para Dios. Como si fuese una respuesta, el papa Ratzinger decía hace poco tiempo que el cielo no es un concepto espacial, sino espiritual. Muchas cosas caben dentro de la gaseosa palabra "espiritual". "Espíritu" significa también, en todos los idioma europeos, incluído el español, "fantasma", "espectro". Lo espiritual es muy utilizado en los círculos esotéricos.
El anterior papa Juan Pablo II suprimió el infierno y al diablo. El papa Ratzinger, ex jefe de la Inquisición vaticana y "martillo de teólogos herejes", ha vuelto a introducir ambos conceptos por la puerta de atrás. Como corresponde a un papa, cuya ilusión es la iglesia de la Edad Media, Ratzinger apoya al exorcismo, aunque éste está penado, al menos como homicidio, en caso de que los resultados de esas prácticas diabólicas sean la muerte del poseído o poseso. Los posesos son enfermos mentales, como esquizofrénicos o epilépticos. Que pudieran estar poseídos por algún demonio es una idea que sólo se les ocurre a ignorantes y a mentes religiosamente calenturientas. Esta absurda idea forma parte o de la superchería o de la superstición. Uno se pregunta, ¿cómo puede un hombre tan culto como Ratzinger "fomentar" tales prácticas? Pero qué se va a esperar de un papa medieval que también venera reliquias, como la sábana de Turín, aunque hace tiempo que la ciencia ha puesto de manifiesto su falsedad? La cuestión es no perder adeptos. ¿Que hará ahora el papa Ratzinger con la milagrera virgen mexicana de Guadalupe, después de que arqueólogos han descubierto que se trata de una figura esculpida en la roca por los aztecas?
El anterior papa Juan Pablo II suprimió el infierno y al diablo. El papa Ratzinger, ex jefe de la Inquisición vaticana y "martillo de teólogos herejes", ha vuelto a introducir ambos conceptos por la puerta de atrás. Como corresponde a un papa, cuya ilusión es la iglesia de la Edad Media, Ratzinger apoya al exorcismo, aunque éste está penado, al menos como homicidio, en caso de que los resultados de esas prácticas diabólicas sean la muerte del poseído o poseso. Los posesos son enfermos mentales, como esquizofrénicos o epilépticos. Que pudieran estar poseídos por algún demonio es una idea que sólo se les ocurre a ignorantes y a mentes religiosamente calenturientas. Esta absurda idea forma parte o de la superchería o de la superstición. Uno se pregunta, ¿cómo puede un hombre tan culto como Ratzinger "fomentar" tales prácticas? Pero qué se va a esperar de un papa medieval que también venera reliquias, como la sábana de Turín, aunque hace tiempo que la ciencia ha puesto de manifiesto su falsedad? La cuestión es no perder adeptos. ¿Que hará ahora el papa Ratzinger con la milagrera virgen mexicana de Guadalupe, después de que arqueólogos han descubierto que se trata de una figura esculpida en la roca por los aztecas?
miércoles, 4 de noviembre de 2009
El racismo y la xenofobia
Racismo y xenofobia no significan lo mismo, aunque tengan elementos y reacciones en común. En términos generales, racismo es odiar o rechazar a otras personas por su raza, es decir, por ser distintos a nosotros o a nuestra más cercana comunidad. Los detalles en los que se asienta el racismo son el color de la piel, el hablar otro idioma o hablar nuestra lengua con acento. Una vez escribí en Alemania que mi (ligero) deje castellano al hablar alemán, que hacía que mis interlocutores alemanes me detectaran como "el otro", "el distinto", era como una piel que delatara que pertenecía a una etnia distinta. En honor a la verdad, en mis más de 40 años vividos en Alemania no he sido objeto de una clara discriminación racial. Al contrario, todos me trataban como a un igual, pero en ese "como" había subyacentes una serie de sutiles sentimientos, no todos negativos. He de apuntar aquí que existe un racismo negativo (rechazo) y un racismo positivo (el tratar a los otros como seres que necesitan una tutela, perdonándoles todas las faltas contra la sociedad que puedan cometer con una "explicación social", como puede comprobarse en algunas ongs y asociaciones en favor del "inmigrante"). El racismo, aparte de un fenómeno antihumanista, anticultural y repugnante, es, sin embargo, un fenómeno que pertece a la condición humana. No olvidemos que somos también parte del reino animal. Los animales, así pues, también el hombre, defienden por instinto su "territorio". Los perros marcan su "territorio" orinando en árboles y esquinas. Los leones, por poner otro ejemplo, defienden su territorio hasta que son tan viejos que su propio vástago lo expulsa de él.
Procuraré no emplear demasiado la palabra "extranjero". Todos somos extranjeros. Basta con que crucemos nuestras fronteras para adquirir esa categoría. Incluso en la Unión Europea existen los extranjeros comunitarios, es decir, los ciudadanos que pertenecen a la UE. Por eso, en Bruselas se decidió introducir una expresión nueva para resaltar el carácter de europero por encima de de "extranjero". Oficialmente se habla de "un ciudadano comunitario" o "un ciudadano de un país miembro de la Unión Europea". Todas las personas que quedan fuera de este denominación son "extranjeros". Pero volviendo al racismo. Este fenómeno no es privativo contra las personas de otro color de piel u otra lengua. También puede darse racismo en una misma nación. En España, en otros tiempos afortunadamente periclitados, existía auténtico racismo entre pueblos o aldeas vecinas, pero distintas. ¡Cuántas "guerras" no han librado los vecinos de Puerto Linares contra los de Casas Bajas! En los pueblos siempre se miraba a los de fuera, a los "forasteros", como "extranjeros", con las correspondientes sospechas e incluso, si se terciaba, agresiones. Y todavía hoy: ¿cómo se ve en algunas regiones a los gallegos, a los murcianos, a los andaluces? ¿No son los famosos chistes de Lepe una clara expresión de racismo? Y eso no ocurre solamente en España. En Alemania, que es el país que mejor conozco de Europa existe ese "racismo regional". "Prusiano" en Baviera puede ser casi un insulto. "Bávaro" en el norte de Alemania puede ser sinónimo de cateto, de pocas luces, rudo por su origen campesino. Colabora a esta discriminación el hecho de que el bávaro es una lengua casi incomprensible para el resto de los alemanes. Para el alemán medio el suabo es muy trabajador, pero también muy tacaño. A los sajones se les mira con antipatía por su acento. Podría multiplicar el número de ejemplos.
Existen varias clases de racismo: el étnico, el social y el económico. No es lo mismo un negro pobre que un negro rico, aunque en el fondón del alma de algunos, negro sigue siendo negro.
La inmigración ha incrementado el racismo en todos los países de Europa. Y lo malo es que inmigrantes ilegales se organizan en bandas criminales, lo que hace que el odio y el miedo de la sociedad identifique la parte con el todo. Si, por ejemplo, delincuentes rumanos cometen barbaridades, para la sociedad todos los rumanos son delincuentes, es decir peligrosos, lo cual es injusto. Mafias sudamericanas de narcotráfico no quiere decir, en absoluto, que todos los sudamericanos sean narcotraficantes. La gran mayoría de los inmigrantes observan una vida normal y respetuosa con la ley, pero sufren en su piel las consecuencias negativas sociales del delictivo comportamiento de determinados compatriotas.
La sociedad española no es racista. España, desde sus lejanísima historia, ha sido siempre un país acogedor. También ha cambiado bastante la mentalidad de países europeos con respecto a los inmigrantes, aunque en determinados países nórdicos, no muy grandes, han surgido partidos de corte fascista y racista contra los extranjeros. Uno de ellos, holandés, ha conseguido incluso un diputado en el parlamento. El miedo de estos países pequeños es que la afluencia masiva de "extranjeros" pueda mayorizar a la sociedad de acogida. Cuando el número de extranjeros sobrepasa los límites de la capacidad de asimilación de un país o de una sociedad, surge la alarma social y los choques.
Escribía al principio que racismo no era lo mismo que xenofobia, que es una palabra griega compuesta de los sustantivos "xenos" (extranjero, foráneo) y "fobia" (miedo). La xenofobia es pues el miedo al extranjero. Pero ¿no es también el racismo el miedo al otro, a lo que es dintinto a mí, al que cuestiona mi seguridad sobre mi terruño y, en definitiva, mi identidad? Este problema no puede solucionarse sólo policial- ni judicialmente, es preciso una intensa, objetiva y consecuente labor coordinada de sociólogos y psicólogos. Pero no caigamos en falsas disculpas frente a los "inmigrantes incorrectos": delincuentes no pueden ser exculpados ni defendidos en base a su "extranjería": esto es lo que denominaba "racismo positivo".
Procuraré no emplear demasiado la palabra "extranjero". Todos somos extranjeros. Basta con que crucemos nuestras fronteras para adquirir esa categoría. Incluso en la Unión Europea existen los extranjeros comunitarios, es decir, los ciudadanos que pertenecen a la UE. Por eso, en Bruselas se decidió introducir una expresión nueva para resaltar el carácter de europero por encima de de "extranjero". Oficialmente se habla de "un ciudadano comunitario" o "un ciudadano de un país miembro de la Unión Europea". Todas las personas que quedan fuera de este denominación son "extranjeros". Pero volviendo al racismo. Este fenómeno no es privativo contra las personas de otro color de piel u otra lengua. También puede darse racismo en una misma nación. En España, en otros tiempos afortunadamente periclitados, existía auténtico racismo entre pueblos o aldeas vecinas, pero distintas. ¡Cuántas "guerras" no han librado los vecinos de Puerto Linares contra los de Casas Bajas! En los pueblos siempre se miraba a los de fuera, a los "forasteros", como "extranjeros", con las correspondientes sospechas e incluso, si se terciaba, agresiones. Y todavía hoy: ¿cómo se ve en algunas regiones a los gallegos, a los murcianos, a los andaluces? ¿No son los famosos chistes de Lepe una clara expresión de racismo? Y eso no ocurre solamente en España. En Alemania, que es el país que mejor conozco de Europa existe ese "racismo regional". "Prusiano" en Baviera puede ser casi un insulto. "Bávaro" en el norte de Alemania puede ser sinónimo de cateto, de pocas luces, rudo por su origen campesino. Colabora a esta discriminación el hecho de que el bávaro es una lengua casi incomprensible para el resto de los alemanes. Para el alemán medio el suabo es muy trabajador, pero también muy tacaño. A los sajones se les mira con antipatía por su acento. Podría multiplicar el número de ejemplos.
Existen varias clases de racismo: el étnico, el social y el económico. No es lo mismo un negro pobre que un negro rico, aunque en el fondón del alma de algunos, negro sigue siendo negro.
La inmigración ha incrementado el racismo en todos los países de Europa. Y lo malo es que inmigrantes ilegales se organizan en bandas criminales, lo que hace que el odio y el miedo de la sociedad identifique la parte con el todo. Si, por ejemplo, delincuentes rumanos cometen barbaridades, para la sociedad todos los rumanos son delincuentes, es decir peligrosos, lo cual es injusto. Mafias sudamericanas de narcotráfico no quiere decir, en absoluto, que todos los sudamericanos sean narcotraficantes. La gran mayoría de los inmigrantes observan una vida normal y respetuosa con la ley, pero sufren en su piel las consecuencias negativas sociales del delictivo comportamiento de determinados compatriotas.
La sociedad española no es racista. España, desde sus lejanísima historia, ha sido siempre un país acogedor. También ha cambiado bastante la mentalidad de países europeos con respecto a los inmigrantes, aunque en determinados países nórdicos, no muy grandes, han surgido partidos de corte fascista y racista contra los extranjeros. Uno de ellos, holandés, ha conseguido incluso un diputado en el parlamento. El miedo de estos países pequeños es que la afluencia masiva de "extranjeros" pueda mayorizar a la sociedad de acogida. Cuando el número de extranjeros sobrepasa los límites de la capacidad de asimilación de un país o de una sociedad, surge la alarma social y los choques.
Escribía al principio que racismo no era lo mismo que xenofobia, que es una palabra griega compuesta de los sustantivos "xenos" (extranjero, foráneo) y "fobia" (miedo). La xenofobia es pues el miedo al extranjero. Pero ¿no es también el racismo el miedo al otro, a lo que es dintinto a mí, al que cuestiona mi seguridad sobre mi terruño y, en definitiva, mi identidad? Este problema no puede solucionarse sólo policial- ni judicialmente, es preciso una intensa, objetiva y consecuente labor coordinada de sociólogos y psicólogos. Pero no caigamos en falsas disculpas frente a los "inmigrantes incorrectos": delincuentes no pueden ser exculpados ni defendidos en base a su "extranjería": esto es lo que denominaba "racismo positivo".
martes, 3 de noviembre de 2009
La cruz no es una joya
A mí personalmente me produce un gran disgusto cuando veo cómo se utiliza la cruz como adorno personal, colgada del cuello de hembras y machos. Hay cruces de plata, de oro, de diamantes y de rubíes. La cruz era un infernal instrumento de tortura y muerte inventado por los romanos. Según unos historiadores de Tel Aviv, en tiempos de Poncio Pilatos no habrían existido aún las cruces. Los reos eran atados a un poste con un escaloncito de madera para que apoyasen alli los pies. Para acelerar la muerte de las víctimas, un soldado les propinaba una lanzada en el costado del que manaba la sangre como un manantial.
En tiempos del primer obispo de Roma, Pedro, se utilizaban no menos dolorosas cruces en forma de aspa. En una de esas cruces fue cruelmente ejecutado el jefe de los cristianos. Por entonces parece ser que los romanos también utilizaban ya la cruz que todos conocemos como símbolo del cristianismo.
En tiempos del primer obispo de Roma, Pedro, se utilizaban no menos dolorosas cruces en forma de aspa. En una de esas cruces fue cruelmente ejecutado el jefe de los cristianos. Por entonces parece ser que los romanos también utilizaban ya la cruz que todos conocemos como símbolo del cristianismo.
lunes, 2 de noviembre de 2009
El aborto
Me pregunta un amigo vasco que yo, como socialista, qué opino del aborto. Le contesto aquí. Por respeto a algo tan extraordinario y maravilloso como es la vida, estoy en contra del aborto generalizado. Sólo admito el aborto en los tres supuestos:
1.- Peligro mortal o para la salud de la madre.
2.- Malformación del feto.
3.- Violación, (y muy en especial de menores).
Me parece una aberración que una menor pudiese abortar sin que lo sepan sus padres. Si la menor es ya lo suficientemente "madura" para hacer el amor, también ha de ser madura para conocer la existencia de la píldora anticonceptiva, y si no la tolera, de los preservativos, que son más seguros de lo que pretende hacer creer la Iglesia católica. También me parece un disparate que una menor pueda comprar la píldora para el día después sin conocimiento de sus progenitores, a quienes, por otra parte, les corresponde el deber de ilustrar a sus hijas (e hijos) sobre el sexo. En este terreno tan sensible no puede dejarse este tema exclusivamente en manos de los maestros o profesores.
Eso sí, para una mujer normal, abortar no es un placer, sino una dolorosa decisión. La sociedad no debe "lapidar" a las mujeres que abortan, sino expresarles todo su apoyo y darles el calor humano que necesitan.
1.- Peligro mortal o para la salud de la madre.
2.- Malformación del feto.
3.- Violación, (y muy en especial de menores).
Me parece una aberración que una menor pudiese abortar sin que lo sepan sus padres. Si la menor es ya lo suficientemente "madura" para hacer el amor, también ha de ser madura para conocer la existencia de la píldora anticonceptiva, y si no la tolera, de los preservativos, que son más seguros de lo que pretende hacer creer la Iglesia católica. También me parece un disparate que una menor pueda comprar la píldora para el día después sin conocimiento de sus progenitores, a quienes, por otra parte, les corresponde el deber de ilustrar a sus hijas (e hijos) sobre el sexo. En este terreno tan sensible no puede dejarse este tema exclusivamente en manos de los maestros o profesores.
Eso sí, para una mujer normal, abortar no es un placer, sino una dolorosa decisión. La sociedad no debe "lapidar" a las mujeres que abortan, sino expresarles todo su apoyo y darles el calor humano que necesitan.
Los Evangelios
Si prescindimos de todo lo fantástico e infantilmente sobrenatural, los Evangelios son una bella y dramática leyenda, en cuya sustancia hay muchas ideas del posterior socialismo. El fallecido exponente de la socialdemocracia alemana, Willy Brandt, consideraba el Sermón de la Montaña (tomado de la religión egipcia de Isis, Osiris y Horus, tres mil años antes de la era cristiana) como una piedra angular de la filosofía del socialismo democrático,
Los Evangelios fueron escritos desde finales del siglo I y durante el siglo II por un equipo de narradores judíos, que "enriquecieron" el texto con fragmentos de notas manuscritas en papiros por presuntos discípulos del predicador Jesús. La diversidad de los autores y de las fuentes copiadas han sido la causa de que los Evangelios contengan numerosas contradicciones, registradas por eruditos e investigadores. Citamos una contradicción muy acorde con estas fechas de noviembre. En "Universion.com" se reseña:
Mateo 27: 51-53
51 En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hundieron.
52 Se abrieron los sepúlcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron.
53 Y, saliendo de los sepúlcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.
La pregunta que se impone es: ¿cómo es posible que de haber habido muertos resucitados y caminando por las calles de Jerusalén, nadie más que Mateo se enteró? Ningún otro de los evangelistas menciona este fantástico despliegue de imaginación.
Existe una intensa polemica entre teólogos e investigadores sobre la autoría de los Evangelios. Los investigadores de religiones Timothy Freeke y Peter Gandy opinan que el colectivo de escritores de los Evangelios escogería algunos nombres escritos en los papiros de quienes se decían "testigos" de unos hechos, que habrían acaecido unos 90 años antes de ser consignados por escrito, o bien, pusieron los nombres que les pareció más adecuados.
La verdad ya nunca se sabrá. Pero ha quedado una leyenda, que después de dos mil años tiene ya vida propia y en la que creen más de dos mil millones de cristianos en todo el mundo.
Los Evangelios fueron escritos desde finales del siglo I y durante el siglo II por un equipo de narradores judíos, que "enriquecieron" el texto con fragmentos de notas manuscritas en papiros por presuntos discípulos del predicador Jesús. La diversidad de los autores y de las fuentes copiadas han sido la causa de que los Evangelios contengan numerosas contradicciones, registradas por eruditos e investigadores. Citamos una contradicción muy acorde con estas fechas de noviembre. En "Universion.com" se reseña:
Mateo 27: 51-53
51 En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hundieron.
52 Se abrieron los sepúlcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron.
53 Y, saliendo de los sepúlcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.
La pregunta que se impone es: ¿cómo es posible que de haber habido muertos resucitados y caminando por las calles de Jerusalén, nadie más que Mateo se enteró? Ningún otro de los evangelistas menciona este fantástico despliegue de imaginación.
Existe una intensa polemica entre teólogos e investigadores sobre la autoría de los Evangelios. Los investigadores de religiones Timothy Freeke y Peter Gandy opinan que el colectivo de escritores de los Evangelios escogería algunos nombres escritos en los papiros de quienes se decían "testigos" de unos hechos, que habrían acaecido unos 90 años antes de ser consignados por escrito, o bien, pusieron los nombres que les pareció más adecuados.
La verdad ya nunca se sabrá. Pero ha quedado una leyenda, que después de dos mil años tiene ya vida propia y en la que creen más de dos mil millones de cristianos en todo el mundo.
domingo, 1 de noviembre de 2009
La Guardia Civil
Durante la dictadura de Franco, la Guardia Civil fue la policía más odiada y más temida en la sociedad española por la dureza de sus métodos represivos contra los enemigos del régimen franquista. Uno de los poco honrosos cometidos de la llamada Benemérita era buscar, capturar y devolver a sus maridos a las mujeres que habían abandonado el hogar conyugal. Así ocurría también en los tiempos de Franco. Hoy, después de 31 años de democracia en España, las jóvenes generaciones de guardias civiles (entre las que también prestan servicio mujeres) disfrutan de las simpatías y el reconocimiento de los ciudadanos españoles por su eficacia y corrección.
La Guardia Civil es uno de los mejores cuerpos de seguridad del Estado no sólo en España, sino de Europa. La Guardia Civil (jugándose la vida) está en primera línea de la lucha contra el terrorismo etarra y su cooperación con la policía francesa es ejemplar. Guardias civiles luchan con éxito contra el crimen organizado y desarticulan redes mafiosas españolas y extranjeras, que actúan en los campos de la droga, la prostitución y de todo tipo de contrabando. Gracias a la rápida y eficaz intervención de estos agentes pueden salvarse vidas de inmigrantes ilegales, cuyas pateras o cayucos zozobran en las proximidades de las costas españolas. Y el tráfico en España, pese al elevado número de víctimas mortales, es, a fin de cuentas, más seguro porque la Guardia Civil vela por el cumplimiento de las normas del tráfico en el marco de lo humanamente posible. Los guardias civiles son severos, pero nunca pierden las buenas maneras.
Recientemente, CC OO pedía que se le aumentase el sueldo a los guardias civiles, que cobran menos que un policía nacional o local. La petición del sindicato coincide con la reivindicación de la organización que representa los intereses de los guardias civiles. Otro punto en el que existe coincidencia es la petición de que se desmilitarice a la Guardia Civil. Muchos ciudadanos no comprenden por qué en una democracia un cuerpo de policía esté militarizado.
La Guardia Civil es uno de los mejores cuerpos de seguridad del Estado no sólo en España, sino de Europa. La Guardia Civil (jugándose la vida) está en primera línea de la lucha contra el terrorismo etarra y su cooperación con la policía francesa es ejemplar. Guardias civiles luchan con éxito contra el crimen organizado y desarticulan redes mafiosas españolas y extranjeras, que actúan en los campos de la droga, la prostitución y de todo tipo de contrabando. Gracias a la rápida y eficaz intervención de estos agentes pueden salvarse vidas de inmigrantes ilegales, cuyas pateras o cayucos zozobran en las proximidades de las costas españolas. Y el tráfico en España, pese al elevado número de víctimas mortales, es, a fin de cuentas, más seguro porque la Guardia Civil vela por el cumplimiento de las normas del tráfico en el marco de lo humanamente posible. Los guardias civiles son severos, pero nunca pierden las buenas maneras.
Recientemente, CC OO pedía que se le aumentase el sueldo a los guardias civiles, que cobran menos que un policía nacional o local. La petición del sindicato coincide con la reivindicación de la organización que representa los intereses de los guardias civiles. Otro punto en el que existe coincidencia es la petición de que se desmilitarice a la Guardia Civil. Muchos ciudadanos no comprenden por qué en una democracia un cuerpo de policía esté militarizado.
sábado, 31 de octubre de 2009
"Delante mía"
Es preocupante el deterioro que está sufriendo el castellano y del que son culpables, en primera línea, los medios de comunicación, así como las escuelas, colegios, institutos y facultades de periodismo. Recientemente oí decir a un político en el Congreso de los Diputados que "eso no lo ha dicho delante mía". Señoría, "delante" (como "detrás") no son substantivos, son adverbios, no admiten pues el pronombre posesivo. Lo correcto es decir: "delante de mí" ("detrás de mí").
Está desapareciendo del castellano el pronombre relativo y posesivo "cuyo". Oímos o leemos frecuentemente frases como: "El padre, del que el hijo trabaja en un ministerio". Lo correcto es: "El padre, cuyo hijo..." También está desapareciendo el subjuntivo. En los medios apenas se emplea. Suele oírse (o leerse): "El hecho de que ha venido es una buena señal". En buen castellano se dice: "El hecho de que haya venido..." "Si usted no había vendido el terreno, no se había construido" (Correcto: "Si usted no hubiera vendido el terreno, no se hubiese construido". Ahora se emplea exageradamente mucho el pretérito imperfecto de indicativo, que se usa en narraciones literarias con valor actualizante del pasado. Oímos o leemos: "La Guardia Civil detenía a los delincuentes..." Correcto: "La Guardia Civil detuvo..." "El edificio se derrumbaba a las tres de la tarde". Correcto: "Se derrumbó..." Creen los periodistas, quizás se lo habrán enseñado así, que el uso del pretérito imperfecto en vez del indefinido es más elegante. Este modo lo hallamos en narraciones históricas, por ejemplo: "Felipe II daba la orden de que zarpara la Armada Invencible".
El "leísmo" ya no hay quien lo pare. ¿Es tan difícil distinguir un complemento directo de un indirecto? A una mujer ya no la vemos, ahora se dice "le vemos". No la llamamos, "le llamamos". La forma "le" es correcta cuando se trata de un complemento indirecto: "le regalamos (a ella) unos libros". Se dice ciertamente: "el maltratador le pegó a su víctima" o "le dió una paliza", pero no es correcto decir "le maltrató (a ella)", sino "la maltrató".
¿A quién en la radio o en la televisión se le habrá ocurrido la genial idea de decir "ambos dos"? Pues este disparate ya lo hemos oído casi diez veces, tres de ellas en TVE1.
No voy a detallar los casos en que se acentúan mal las palabras. Excedería la longitud de mis reflexiones. Dejemos a un lado la falsa pronunciación de Nobel ("N(ó)bel), que en realidad es
Nob(é)l, ya que es un apellido francés con acentuación aguda. Somos el único país en Europa Ocidental que pronunciamos así el nombre del inventor de la dinamita y en cuyo honor se instituyó el prestigioso premio. Este error de pronunciación lo comete en España casi todo el mundo. También somos el único país de la Unión Europea que pronuncia "élite", que es incorrecto, en vez de "elite", que es lo correcto. El palabro "élite" se lo debemos al diario "El País", que lo puso de moda. Otros dos ejemplos de mala acentuación: el presente de indicativo de "adecuar" es "adecuo" (no, adecúo) y el de "evacuar" "evacuo", no "evacúo". La Real Academia de la Lengua es ahora muy generosa en aceptar desviaciones de la norma, como si pensara que la democracia o la libertad consiste en que cada uno use el castellano como quiera. Antes la Academia "limpiaba y daba esplendor", los académicos actuales parecen no estar por la labor y se limitan a consignar en vez de corregir. Haría falta una mayor vigilancia de las clases de lengua española en escuelas, colegios e institutos (y también universidades), pues ahí sospechamos que está el quid del mal uso del castellano. Defendemos la enseñanza del español en Euskadi y en Cataluña, y, los castellanos son los primeros en tratar a puntapiés a su lengua materna.
Si un académico tan insigne como Lázaro Carreter no consiguió con sus magníficos artículos en ABC o en "El País" cambiar algo, el deterioro del castellano será imparable.
Manuel Moral
miércoles, 28 de octubre de 2009
Pasos de cebra
Hubo alguien que dijo que los pasos de cebra estaban para que los automovilistas apuntaran mejor al peatón y lo pudiesen cazar con éxito.
Hay automovilistas que se transforman cuando se sientan al volante. Personas agradables, educadas y tímidas se convierten en seres desagradables, mal educados y agresivos. La velocidad aumenta su nivel de adrenalina y acelera su libido, estimula su autoestima y les hace sentirse únicos en la calle o en la carretera. Los motoristas se estimulan además sexualmente con el ruido del potente motor de su moto. Para esta clase de automovilistas, que no son privativos de ningún país, sino una especie muy corriente en la Unión Europea, el semáforo o el paso de cebras, de peatones, son enojosos obstáculos para su autorrealización, que procuran saltarse como si no fuese con ellos. El peatón es a sus ojos un ser inferior que se traslada por sus pies y que, en realidad, no tendría derecho a utilizar la vía pública, a no ser que lo haga por las aceras. Pero ocurre que en nuestro camino como peatones hemos de cruzar fracuentemente a la otra acera, y aquí viene la lucha entre el automovilista por su autoestima y el peatón por su supervivencia.
En la parisina Plaza de la Concordia, cruzar de una acera a otra por los pasos de cebra es una empresa de héroes. Los coches pasan raudos, casi rozándonos y encima nos dan bocinazos. Un amigo parisino me explicó cómo había que cruzar sin morir en el intento. Lo pimero, respirar hondo y concentrarse. Entonces, sin titubear pisar el paso de peatones y avanzar por él estólido, como si estuviese uno solo en el mundo. No mirar ni a derecha ni a la izquierda, siempre con la vista al frente. Caminar como un autómata, sin desviarse ni un centímetro de su camino. Los automovilistas veían a los peatones y los sorteaban en el último momento, con toda la seguridad. Si te mueves, si titubeas -me dijo mi amigo-al automovilista no sabe a qué atenerse y te atropella. En España, he ensayado este consejo y no me ha servido de nada: sólo para que por poco me machaque uno de esos energúmenos motorizados. ¿Es que los franceses son mejores conductores que los españoles? Lo dudo. Nuestros automovilistas sólo tienen que practicar el arte de respetar los pasos de cebra. Pero sin ayuda de la policía local (que tendría que estar más presente, lo mismo que está en todas partes para multar a coches mal aparcados) lo veo muy oscuro.
Hay automovilistas que se transforman cuando se sientan al volante. Personas agradables, educadas y tímidas se convierten en seres desagradables, mal educados y agresivos. La velocidad aumenta su nivel de adrenalina y acelera su libido, estimula su autoestima y les hace sentirse únicos en la calle o en la carretera. Los motoristas se estimulan además sexualmente con el ruido del potente motor de su moto. Para esta clase de automovilistas, que no son privativos de ningún país, sino una especie muy corriente en la Unión Europea, el semáforo o el paso de cebras, de peatones, son enojosos obstáculos para su autorrealización, que procuran saltarse como si no fuese con ellos. El peatón es a sus ojos un ser inferior que se traslada por sus pies y que, en realidad, no tendría derecho a utilizar la vía pública, a no ser que lo haga por las aceras. Pero ocurre que en nuestro camino como peatones hemos de cruzar fracuentemente a la otra acera, y aquí viene la lucha entre el automovilista por su autoestima y el peatón por su supervivencia.
En la parisina Plaza de la Concordia, cruzar de una acera a otra por los pasos de cebra es una empresa de héroes. Los coches pasan raudos, casi rozándonos y encima nos dan bocinazos. Un amigo parisino me explicó cómo había que cruzar sin morir en el intento. Lo pimero, respirar hondo y concentrarse. Entonces, sin titubear pisar el paso de peatones y avanzar por él estólido, como si estuviese uno solo en el mundo. No mirar ni a derecha ni a la izquierda, siempre con la vista al frente. Caminar como un autómata, sin desviarse ni un centímetro de su camino. Los automovilistas veían a los peatones y los sorteaban en el último momento, con toda la seguridad. Si te mueves, si titubeas -me dijo mi amigo-al automovilista no sabe a qué atenerse y te atropella. En España, he ensayado este consejo y no me ha servido de nada: sólo para que por poco me machaque uno de esos energúmenos motorizados. ¿Es que los franceses son mejores conductores que los españoles? Lo dudo. Nuestros automovilistas sólo tienen que practicar el arte de respetar los pasos de cebra. Pero sin ayuda de la policía local (que tendría que estar más presente, lo mismo que está en todas partes para multar a coches mal aparcados) lo veo muy oscuro.
martes, 27 de octubre de 2009
Fumar puede matar
También los que fumamos en pipa nos vemos confrontados con estos tremebundos avisos oficiales, lo mismo que "fumar causa cáncer de pulmón". A mí no me convence esta campaña que me parece hipócrita y puede crear daños psíquicos en el fumador. Unas de las principales fuentes de ingreso de erario público es precisamente el tabaco. No obstante, los fumadores se ven sometidos cada día a más sevicias por parte del Estado, que cada vez restringe más las zonas donde el fumador pueda disfrutar de sus cigarrillos (pipas o puros). Es un auténtico acoso al fumador, que entre los fúnebres avisos y la imposibilidad de fumar sufre crisis de ansiedad, que solamente puede calmar fumando más, donde le dejen. ¿Por qué no prohibe el Estado el tabaco y cierra los estancos? Primero, porque no quiere matar a la gallina de los huevos de oro y, segundo, porque teme, con razón, que la prohibición del tabaco produzca mafias, como las del cannabis, la cocaína y la heroína, con el consiguiente subsuelo de crímenes para hacerse cada una con el monopolio de la nicotina. Hasta ahora, el Estado mantiene ese monopolio, con su correspondiente lucro. Asustar a los fumadores, pero que sigan legalmente adquiriendo su veneno (nicotina) parece el lema.
Por lo demás, les voy a contar una anécdota. Estaba yo un día en la consulta de mi médico en Munich cuando entró la esposa de éste, también médico, con la radiografía de una paciente. Los pulmones se veían completamente negros. Mi médico le dijo a su esposa: "Díle a esa señora que si no deja de fumar vivirá poco tiempo". "No sé", le contestó su mujer y colega, "tiene 96 años". En fin todo es aleatorio. Ya lo dice el aviso: "Fumar puede matar". Deja una puerta abierta a la esperanza.
Por lo demás, les voy a contar una anécdota. Estaba yo un día en la consulta de mi médico en Munich cuando entró la esposa de éste, también médico, con la radiografía de una paciente. Los pulmones se veían completamente negros. Mi médico le dijo a su esposa: "Díle a esa señora que si no deja de fumar vivirá poco tiempo". "No sé", le contestó su mujer y colega, "tiene 96 años". En fin todo es aleatorio. Ya lo dice el aviso: "Fumar puede matar". Deja una puerta abierta a la esperanza.
El mito alemán
Los primeros emigrantes españoles que llegaron a Alemania, lo pasaron muy mal. La mayoría era casi analfabeta y se encontraron con un país desarrollado, con gente altiva que despreciaba a los emigrantes y con una lengua muy difícil, una auténtica barrera tras de la que se escudaban los alemanes en su soberbia y que, junto a las miserables circunstancias en que vivían los españoles- en barracones próximos a las fábricas- contribuía a reducir a cero la autoestima del emigrante español. Pero las cosas cambiaron bastante en un par de años. Con la reagrupación familiar, el emigrante español fue recobrando la seguridad en sí mismo. Los hijos pronto aprendieron el alemán y servían de intérpretes a los padres en los trámites con las temidas autoridades alemanas. El intérprete de las empresas jugó un esencial papel en la emigración española. Además de traducir, tenía muchas veces que hacer de asistente social.
El régimen franquista acogió con alegría la decisión de los obispos españoles (en cooperación con los alemanes) de enviar misioneros a Alemania, donde entretanto vivían ya más de 400.000 españoles. Pero grande fue la decepción de la Embajada de Franco y del régimen cuando se puso de manifiesto que los "misioneros" no eran nacionalcatólicos, sino más bien de izquierdas, partidarios de la teología de la liberación. Las misiones católicas españolas, que se fundaron, estaban en estrecho contacto con los partidos PCE y PSOE, prohibidos en España. Fue una colaboración fructífera, que se tradujo en la fundación de numerosos centros culturales españoles, donde, además del entretenimiento, se enseñaba política al emigrante. También los sindicatos alemanes, que defendían a los emigrantes, aportaron una gran colaboración para la formación sindical de los españoles, que sólo habían conocido la farsa de los llamados sindicatos verticales. Poco a poco fue surgiendo entre los españoles el llamado movimiento asociativo, que llegó a organizarse a nivel federal en la Coordinadora Federal del Movimiento Asociativo, que abarcaba a los centros y a las asociaciones de padres, que luchaban por los intereses de sus hijos tanto en la enseñanza en alemán como en las clases complementarias en español. El alma de la Coordinadora era el asistente social Ramón Tiscar.
En noviembre de 1964, a instancias del Gobierno federal, la radiodifusión alemana (ARD) comenzó a transmitir programas para los extranjeros en su lengua materna. Fui durante 35 años, hasta el cierre de los programas en 2001, director y redactor-jefe del programa español que se retransmitía desde Radio Baviera (Munich). La radio contribuyó también esencialmente a la organización e integración de los españoles en Alemania. No sólo informaba sobre el acontecer en la España de Franco, sino que mantenía en contacto, unos con otros, a los diversos centros y asociaciones, emitiendo sus comunicados. Había asimismo un espacio dedicado a informar a los oyentes de los actos políticos, sociales y culturales programados por y para los propios españoles.
Puede decirse que, entretanto, el temido mito alemán había desaparecido de la cabeza de la mayoría de los emigrantes españoles, siendo completa la equiparación como conciudadanos al ingresar España en la Comunidad Europea (hoy, Unión Europea) , una vez acabada la dictadura. Después de la muerte de Franco y durante la transición, la mayoría de los españoles regresó a España. En muchos casos volvieron con ellos sus hijos (hijas), que con su biculturalismo y bilingüísmo hallarían después buenas colocaciones como traductores e intérpretes en empresas hispanoalemanas o españolas de exportación. En Alemania residen unos 130.000 españoles que han fundado una familia allí (hay muchos matrimonios mixtos hispanoalemanes) y los abuelos no quieren separarse de sus nietos. Los españoles que van hoy a Alemania no necesitan proteger su autoestima. Suelen ser universitarios, profesores, ingenieros o especialistas en informática.
En Alemania también golpea la crisis, aunque el país siga siendo la locomotora de Europa, una locomotora, sin embargo, que va perdiendo vapor. Como en España, los políticos no parecen estar a la altura de las circunstancias en un país con más del 4% de parados, bolsas de miseria (especialmente en el Este de Alemania) y numerosas familias que viven en el umbral de la pobreza. Entre los alemanes empieza a cundir lo que llaman "Potikverdrossenheit" (hastío de la política) y los políticos, en su totalidad no están bien vistos: se les echa en cara sus buenos ingresos y sus privilegios. Crece el abstencionismo, lo cual es fatal para el sistema democrático. Estas líneas le parecerán conocidas al lector español, y es que en todas partes cuecen habas, aunque en algunas a calderadas,
Alemania es hoy un país como cualquier otro en Europa. En la costa mediterránea española viven centenares de millares de alemanes: no sólo jubilados, sino artesanos, ingenieros o médicos. Tienen su propio periódico, "Costablanca-Nachrichten" ("Noticias de Costablanca", hay otras ediciones para Mallorca y Costa del Sol) en el que son informados de los asuntos de su país de residencia, así como de la situación en Alemania. No existe ya el mito alemán.
El régimen franquista acogió con alegría la decisión de los obispos españoles (en cooperación con los alemanes) de enviar misioneros a Alemania, donde entretanto vivían ya más de 400.000 españoles. Pero grande fue la decepción de la Embajada de Franco y del régimen cuando se puso de manifiesto que los "misioneros" no eran nacionalcatólicos, sino más bien de izquierdas, partidarios de la teología de la liberación. Las misiones católicas españolas, que se fundaron, estaban en estrecho contacto con los partidos PCE y PSOE, prohibidos en España. Fue una colaboración fructífera, que se tradujo en la fundación de numerosos centros culturales españoles, donde, además del entretenimiento, se enseñaba política al emigrante. También los sindicatos alemanes, que defendían a los emigrantes, aportaron una gran colaboración para la formación sindical de los españoles, que sólo habían conocido la farsa de los llamados sindicatos verticales. Poco a poco fue surgiendo entre los españoles el llamado movimiento asociativo, que llegó a organizarse a nivel federal en la Coordinadora Federal del Movimiento Asociativo, que abarcaba a los centros y a las asociaciones de padres, que luchaban por los intereses de sus hijos tanto en la enseñanza en alemán como en las clases complementarias en español. El alma de la Coordinadora era el asistente social Ramón Tiscar.
En noviembre de 1964, a instancias del Gobierno federal, la radiodifusión alemana (ARD) comenzó a transmitir programas para los extranjeros en su lengua materna. Fui durante 35 años, hasta el cierre de los programas en 2001, director y redactor-jefe del programa español que se retransmitía desde Radio Baviera (Munich). La radio contribuyó también esencialmente a la organización e integración de los españoles en Alemania. No sólo informaba sobre el acontecer en la España de Franco, sino que mantenía en contacto, unos con otros, a los diversos centros y asociaciones, emitiendo sus comunicados. Había asimismo un espacio dedicado a informar a los oyentes de los actos políticos, sociales y culturales programados por y para los propios españoles.
Puede decirse que, entretanto, el temido mito alemán había desaparecido de la cabeza de la mayoría de los emigrantes españoles, siendo completa la equiparación como conciudadanos al ingresar España en la Comunidad Europea (hoy, Unión Europea) , una vez acabada la dictadura. Después de la muerte de Franco y durante la transición, la mayoría de los españoles regresó a España. En muchos casos volvieron con ellos sus hijos (hijas), que con su biculturalismo y bilingüísmo hallarían después buenas colocaciones como traductores e intérpretes en empresas hispanoalemanas o españolas de exportación. En Alemania residen unos 130.000 españoles que han fundado una familia allí (hay muchos matrimonios mixtos hispanoalemanes) y los abuelos no quieren separarse de sus nietos. Los españoles que van hoy a Alemania no necesitan proteger su autoestima. Suelen ser universitarios, profesores, ingenieros o especialistas en informática.
En Alemania también golpea la crisis, aunque el país siga siendo la locomotora de Europa, una locomotora, sin embargo, que va perdiendo vapor. Como en España, los políticos no parecen estar a la altura de las circunstancias en un país con más del 4% de parados, bolsas de miseria (especialmente en el Este de Alemania) y numerosas familias que viven en el umbral de la pobreza. Entre los alemanes empieza a cundir lo que llaman "Potikverdrossenheit" (hastío de la política) y los políticos, en su totalidad no están bien vistos: se les echa en cara sus buenos ingresos y sus privilegios. Crece el abstencionismo, lo cual es fatal para el sistema democrático. Estas líneas le parecerán conocidas al lector español, y es que en todas partes cuecen habas, aunque en algunas a calderadas,
Alemania es hoy un país como cualquier otro en Europa. En la costa mediterránea española viven centenares de millares de alemanes: no sólo jubilados, sino artesanos, ingenieros o médicos. Tienen su propio periódico, "Costablanca-Nachrichten" ("Noticias de Costablanca", hay otras ediciones para Mallorca y Costa del Sol) en el que son informados de los asuntos de su país de residencia, así como de la situación en Alemania. No existe ya el mito alemán.
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