También los que fumamos en pipa nos vemos confrontados con estos tremebundos avisos oficiales, lo mismo que "fumar causa cáncer de pulmón". A mí no me convence esta campaña que me parece hipócrita y puede crear daños psíquicos en el fumador. Unas de las principales fuentes de ingreso de erario público es precisamente el tabaco. No obstante, los fumadores se ven sometidos cada día a más sevicias por parte del Estado, que cada vez restringe más las zonas donde el fumador pueda disfrutar de sus cigarrillos (pipas o puros). Es un auténtico acoso al fumador, que entre los fúnebres avisos y la imposibilidad de fumar sufre crisis de ansiedad, que solamente puede calmar fumando más, donde le dejen. ¿Por qué no prohibe el Estado el tabaco y cierra los estancos? Primero, porque no quiere matar a la gallina de los huevos de oro y, segundo, porque teme, con razón, que la prohibición del tabaco produzca mafias, como las del cannabis, la cocaína y la heroína, con el consiguiente subsuelo de crímenes para hacerse cada una con el monopolio de la nicotina. Hasta ahora, el Estado mantiene ese monopolio, con su correspondiente lucro. Asustar a los fumadores, pero que sigan legalmente adquiriendo su veneno (nicotina) parece el lema.
Por lo demás, les voy a contar una anécdota. Estaba yo un día en la consulta de mi médico en Munich cuando entró la esposa de éste, también médico, con la radiografía de una paciente. Los pulmones se veían completamente negros. Mi médico le dijo a su esposa: "Díle a esa señora que si no deja de fumar vivirá poco tiempo". "No sé", le contestó su mujer y colega, "tiene 96 años". En fin todo es aleatorio. Ya lo dice el aviso: "Fumar puede matar". Deja una puerta abierta a la esperanza.
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