La desgracia ocurrió en California. Un pequeño de tres años fue hospitalizado después de que su familia encontrase muy extraño que no despertase de una “siesta” de 16 horas.
Sus padres se dieron cuenta de que el profundo sueño del niño no se debía simplemente al cansancio sino que estaba drogado. La criaturita había abierto la caja donde la abuela guardaba las galletas que ella misma preparaba con chispas de chocolate y nada más y nada menos que …… marihuana.
Claro que la abuelita no es que sea una drogata. La pobre mujer está enferma de cáncer y tiene una prescripción legal para consumir marihuana porque le alivia los dolores. Para variar la dieta, se le ocurrió mezclar algo de marihuana en las galletas. Con lo que la yaya no contaba es con la glotonería del nene, muy goloso él.
Afortunadamente, el niño se recuperó pronto del percance, una sobredosis que podía haberle costado la vida. Los padres y la abuela se enfrentan ahora a diversos cargos, ya que han sido denunciados por el Departamento de Protección del Menor de los Servicios Sociales de su localidad por haber faltado a sus deberes de vigilancia, así como por violación de los deberes tutelares.
Margarita Rey
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