En este pasado mes de agosto han ocurrido no pocas cosas, algunas agradables y otras menos, que ya iremos tratando poco a poco.
La prensa del corazón, ese eufemismo que se utiliza para describir al cotilleo impreso, anda muy alborotada desde que se anunció la boda de Cayetana de Alba con el hombre que ha iluminado su senectud y que, probablemente, sea el último gran amor de su larga y azarosa vida.
Pero, frivolidades aparte, lo que más interesa en realidad a los españoles con un mínimo de cordura, es saber cómo va en realidad nuestra Economía, que va dando bandazos y no consigue despegar, acosada por los especuladores profesionales, dedicados ahora a jugar al Monopoly llamado ¿Qué país rescatamos (compramos) hoy? Por eso, una noticia muy especial ha conseguido acaparar la atención de todos los comentaristas de Economía, nacionales y extranjeros.
Me estoy refiriendo a la sorprendente propuesta al gobierno galo por parte de 16 multimillonarios franceses de crear un impuesto especial para las grandes fortunas francesas, con el fin de ayudar a la reducción del déficit presupuestario del país vecino. Esta iniciativa ha surgido a raiz de una sugerencia similar del multimillonario norteamericano Warren Buffet al gobierno de EEUU, que está con el agua al cuello debido al insensato acoso por parte del ultraderechista grupo "Tea Party" del Partido Republicano.
En una carta abierta al Presidente de la República francesa, publicada en la página web y en la edición escrita del prestigioso semanario "Le Nouvel Observateur", los 16propietarios o altos cargos empresariales más destacados de Francia, con Mme. Lilianne Bettencourt a la cabeza (principal accionista del grupo L'Oréal), se dirigieron a "Sarko" para apelar a la solidaridad y al patriotismo de los más ricos en momentos tan difíciles para Francia, para evitar la evasión fiscal y la fuga de capitales, pero también para que los ingresos de las clases medias y medias bajas no se vean todavía más mermados por los crecientes e injustos ajustes presupuestarios, que van siempre en detrimento del poder adquisitivo de la mayoría de la población, lo que, al mismo tiempo, frena el consumo.
Animados por este gesto, también en Alemania se ha formado una iniciativa similar. ¿Y aquí en España? Pues, mutis por el foro. A nuestros multimillonarios parece como si se les hubiese comido la lengua el gato. Y como si la crisis no fuese con ellos, algunos tienen el mal gusto de hacer alarde de su riqueza. Como ese conocido industrial septuagenario que ha pasado sus merecidas vacaciones cruzando el Mediterráneo, en compañía de su joven esposa, sus mimados vástagos y sus selectos invitados, a bordo de su recién estrenado yate que, según se ha publicado en la prensa, le ha costado la friolera de 36 millones de euros.
Mientras tanto, el PP, que dice simpatizar con el gesto de los ricachones galos, ha dejado bien claro por boca de su vicesecretario de comunicación, Esteban González Pons, que el PP no es partidario de ninguna subida de impuestos a las grandes fortunas españolas, arguyendo que "en España, en la actualidad no hay mucho dinero y que es preferible que éste esté en manos de particulares que de la Administración". ¡Toma ya!
Margarita Rey
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