Ya estamos otra vez aquí, pero esta vez con ordenador nuevo y flamante. Nuestro fiel informático nos dio la mala noticia: la reparación nos resultaría tan cara que nos saldría más barato comprar uno nuevo. Al viejo (en el mundo de los ordenadores se considera ya “viejo” a un PC de cinco años, sobre todo si se trata de un portátil, porque las fábricas los producen desde un principio para que no duren mucho más) le fallaba la memoria y hacía cosas tan extrañas como la de tragarse y mandar al agujero negro buena parte de nuestras “paridas” para este blog, con el consiguiente mosqueo por nuestra parte.
O sea que, ¡adiós compañero, descansa en paz en el cementerio del punto verde, una vez limpio de todos los archivos que podrían delatar nuestras actividades! Y es que no es tan fácil deshacerse de un ordenador que ha dado su vida por nosotros. Cuando le llega la hora de tirarlo físicamente a la basura, hay que tener mucho cuidado de no echarlo al contenedor tradicional. Lo suyo es depositarlo en uno de los llamados “puntos verdes” (también conocido como “puntos limpios”). Allí sabrán qué hacer con él. Ese servicio es totalmente gratuito para particulares. También existen, al parecer, organizaciones que se dedican a reciclar ese tipo de residuos para utilizarlos de alguna manera con fines benéficos, pero no sabríamos decirles cómo se llaman estas ONG’s. Así que ya saben, si les llega alguna vez el momento de tener que cambiar forzosamente de ordenador, no se les ocurra tirarlo al contenedor como si de un simple envase se tratara. Aparte de que les podría caer una buena multa, le harían un flaco favor a nuestro, ya de por sí castigado, medioambiente.
O sea que, ¡adiós compañero, descansa en paz en el cementerio del punto verde, una vez limpio de todos los archivos que podrían delatar nuestras actividades! Y es que no es tan fácil deshacerse de un ordenador que ha dado su vida por nosotros. Cuando le llega la hora de tirarlo físicamente a la basura, hay que tener mucho cuidado de no echarlo al contenedor tradicional. Lo suyo es depositarlo en uno de los llamados “puntos verdes” (también conocido como “puntos limpios”). Allí sabrán qué hacer con él. Ese servicio es totalmente gratuito para particulares. También existen, al parecer, organizaciones que se dedican a reciclar ese tipo de residuos para utilizarlos de alguna manera con fines benéficos, pero no sabríamos decirles cómo se llaman estas ONG’s. Así que ya saben, si les llega alguna vez el momento de tener que cambiar forzosamente de ordenador, no se les ocurra tirarlo al contenedor como si de un simple envase se tratara. Aparte de que les podría caer una buena multa, le harían un flaco favor a nuestro, ya de por sí castigado, medioambiente.
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