Abro “Nuestra lengua” de hoy con una fábula del poeta canario de la Ilustración (1750-1791) Tomás Iriarte, de gran interés en cualquier época. Se titula “Los dos conejos”:
Por entre unas matas/,seguido de perros,//no diré corría,volaba un conejo.
De su madriguera salió un compañeroy le dijo:/ «Tente,amigo, ¿qué es esto?»/
«¿Qué ha de ser?», responde/«sin aliento llego...;/dos pícaros galgos me vienen siguiendo/.
Sí», replica el otro,«por allí los veo,/pero no son galgos».«¿Pues qué son?» «Podencos/.»
«¿Qué? ¿podencos dices?Sí, como mi abuelo/.Galgos y muy galgos;bien vistos los tengo/.»
«Son podencos, vaya,que no entiendes de eso/.»«Son galgos, te digo/.»«Digo que podencos/.»
En esta disputa llegando los perros/,pillan descuidados a mis dos conejos/.
Los que por cuestiones de poco momento/dejan lo que importa/,llévense este ejemplo.
= En fin, la fábula nos enseña a no descuidar las cosas importantes por las de poca monta. De lo contrario, podrían cogernos desprevenidos los “perros”.
“Más vale pájaro en mano que ciento volando”. = Más vale lo que se posee seguro, aunque no sea mucho, que lo que nos prometen o con lo que soñamos en nuestras fantasías.
“?Y qué?. = Así solemos responder, medio despectivos, medio desafiantes, a quien nos echa algo en cara o quiera despertar nuestra envidia. “Te has olvidado de saludar a nuestro jefe” – “?Y qué?”.- “Juan se ha comprado una casa por un millón de euros”- “(Bueno), ¿y qué?”.
“Tener la sartén por el mango”. Ser dueño de la situación. Mandar.
“El perro viejo no ladra en vano”. = Las personas con experiencia sólo avisan cuando el peligro es real.
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