Después del fiasco sufrido por Artur Mas en las elecciones autonómicas, en un ambiente de próximo referéndum independentista, si tuviese sentido del ridículo o un gramo de vergüenza, dimitiría. Se dice que en la política no hay sitio para los fracasados o ¿es que también en esto España es diferente? Aquí parece que los “sacrificados” miembros de la llamada “clase política” están pegados a asientos con hormigón armado. La actitud de Mas y sus seguidores, entre ellos el ex “honorable” Pujol, dice, sin embargo mucho del Estado independiente al que aspiran. ¿Quieren ser un paraíso fiscal, una Andorra?
Al plantear la difícil cuestión de la independencia (separatismo), vascos y catalanes olvidan que también hay un País Vasco francés y una Cataluña francesa. Si alguien, y más un destacado político, propusiera a vascos franceses y franco-catalanes la separación de Francia, lo tomarían por chalado y no duraría mucho en su cargo. ¿Qué quiere Mas? Dejar fuera de su Estado “libre” catalán a sus hermanos catalano-franceses o asimilarlos arriesgando una guerra con París ? Lo mismo cabe preguntar a los separatistas vascos.
Conozco bien la Cataluña francesa para poder afirmar que los catalanes franceses temen más a los catalanes españoles que al centralismo francés. Es más, el centralismo francés ha creado un modelo de Estado al que ningún francés de otra etnia (vasco, catalán, alsaciano) quiere renunciar. El francés es el vínculo común de todos los franceses. Ningún político francés diría, sin ser ridiculizado, que el catalán, el vasco o el alsaciano es su patria. Mas se ha permitido esta chorrada y ahí está, aunque más de uno se habrá cachondeado con esta afirmación, que delata un problema de identidad de don Arturo.
Mas sigue soñando con su referéndum, pero lo cierto es que lo tiene difícil a la hora de encontrar aliados. Le queda la extrema izquierda separatista de Esquerra Republicana de Catalunya, formación con la que tendría que bregar mucho para limarle radicalismo, lo mismo que ERC tendría que luchar para infundir algo más de extremismo al discurso de Mas. Sea como sea, para mí Mas está ya de más, igual que los extremistas independentistas.
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