Bajo el título „La pérdida de un heredero“ el servicio de noticias alemán de Yahoo, Yahoo Nachrichten Deutschland, publicó la semana pasada un artículo sobre la en 2002 fallecida Reina Madre inglesa, más conocida por los británicos (que la adoraban) como „Queen Mum“, en el que se desvelaba un hecho que se había manenido oculto hasta nuestros días.
No se trata ni de un secreto de estado ni de un hecho truculento, pero sí de un trágico suceso que pudo haber cambiado el destino del Reino Unido en lo que a su línea dinástica se refiere.
En 1929, Elizabeth Angela Marguerite Bowes-Lyon, Duquesa de York y esposa del que más tarde –tras la abdicación de Eduardo VIII, por amor a la americana divorciada Wallis Simpson - sería coronado rey bajo el nombre de Jorge VI, sufrió al parecer un aborto y perdió en estado de avanzada gestación a un niño. Ese niño hubiese podido convertirse en el heredero de la corona cuando Jorge, en 1937, accedió al trono.
Al parecer, en 1929 la duquesa de York estaba pasando una temporada con su hermana, Lady Mary, en su castillo situado en el pueblecito de Carberry Tower, cerca de Edimburgo. Y ahí iba a ocurrir algo que iba a marcar para siempre a Elisabeth.
El destino quiso que ese día un joven piloto llamado Walter Beisiegel tuviese la mala ocurrencia de realizar algo más que prohibido, tanto por el estruendoso ruido como por el peligro que podía suponer para la ciudadanía: un vuelo rasante. La audaz acrobacia le llevó a acercarse más de la cuenta al jardín por el que en ese mismo momento paseaba Elisabeth de York quien, debido al pánico que le causó el incidente, perdió a la criatura que llevaba en su seno.
A pesar de que Walter fue arrestado por su inconsciencia, su caso nunca fue juzgado por un Tribunal Militar. Pero fue precisamente la Casa Real quien prefirió pasar página y no airear el asunto. Y así, tras la muerte de su padre, el 6 de febrero de 1953 (noticia que recibió durante su viaje de novios), Elisabeth fue coronada reina el 2 de junio de 1953.
Beisiegel, agobiado por los remordimientos, se confió a un amigo, el coronel Vielle. Cuando éste, en 1999, estaba escribiendo sus memorias en las que quería también mencionar el episodio, inició una serie de indagaciones para conseguir llegar hasta el cuaderno de vuelo, pero no encontró nada en los archivos de la Royal Airforce. Lo que le llevó a suponer que había sido destruido por el Ministerio de Defensa. Tampoco el secretario de „Queen Mum“ le fue de mucha ayuda.
Un secretismo que se ha mantenido hasta hoy, a pesar de que algunos periódicos del Reino Unido han intentado timidamente airear la incógnita.
Margarita Rey
No hay comentarios:
Publicar un comentario