lunes, 22 de octubre de 2012

Tema de hoy: ¿Quo vadis?


Los comicios en Galicia y en Euskadi han sido un nuevo aplastante fracaso para el PSOE, que con Rubalcaba al frente amenaza con fraccionarse y hundirse definitivamente. Lo cual a la postre vendría pintiparado a los enemigos de la democracia. ¿Por qué se aferran los socialistas o socialdemócratas a un hombre que hace unos meses demostró carecer del tirón para convencer al pueblo y que, por su edad, debería estar ya en posición de prejubilación? ¿Es que en el PSOE no hay jóvenes dirigentes capaces de adaptar el partido a la crisis de los mercados, unirse con los partidos socialistas europeos y de los sindicatos para tirar todos de la misma cuerda y sacar a Europa, y, dentro de Europa, a España, del atolladero construido por el neocapitalismo, al parecer más capaz de renovarse que la izquierda? Seguro que los conservadores, la derecha, arruinado el pueblo, sabrá salir a flote aliándose con su correligionario de siempre, el capital.

Las derrotas de la izquierda en las elecciones del domingo ponen también de manifiesto algunos aspectos que la izquierda se niega a ver. El rechazo de la política es un rechazo a la democracia; los abstencionistas, el peor peligro para un sistema que vive de las urnas. Este rechazo viene del pueblo, que viene siendo políticamente analfabeto y con su actitud sólo ayuda a sus adversarios. Me resisto a escribir la palabra “pueblo”. Un pueblo, que no esté realmente convertido en sociedad o en ciudadanía, cree siempre que la solución viene de los poderosos, de la derecha. (Véase la Alemania nazi; Hitler triunfó en las urnas). Además, por un mecanismo psicológico, cuando se consigue bienestar para el pueblo gracias a la socialdemocracia o a los sindicatos, el pueblo tiende a girar hacia lo conservador. Esto lo expresa un viejo refrán castellano: “No pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió”.



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