Como todos sabemos, el pasado domingo se celebraron comicios en Galicia y en el País Vasco.
En Galicia, como ya se esperaba, con una participación de tan sólo 63,6% de los más de 2,2 millones de gallegos, el presidente en funciones, Alberto Núñez Feijóo, consiguió revalidar e incluso mejorar su mayoría absoluta y aumentar a 41 escaños los 38 que ostentaba. Un éxito para Feijóo y una auténtica debacle para los socialistas, puesto que el PSdeG ha perdido 7 de sus 25 escaños quedándose con una representación de tan sólo 18 diputados en el Parlamento Galego.
Curiosamente, el avance del nacionalismo gallego no es tan importante como e´l de los independistas en el País Vasco. Ello tiene mucho que ver con la escisión dentro del BNG (Bloque Nacionalista Galego). Lo que queda de él ha logrado 7 escaños de los 12 que tenía, mientras que la coalición integrada por Anova —el nuevo partido de Xoxe Manuel Beiras, el histórico dirigente nacionalista—y AGE (Izquierda Unida) se ha hecho con 9 escaños. Si sumamos ambos resultados, está claro que el número de votos supera a los que se han decantado por el PSdeG.
Tampoco ha sido ninguna sorpresa el fracaso de Sociedad Civil y Democracia (SCD), el partido de Mario Conde, el exbanquero condenado por estafa y apropiación indebida y reconvertido en tertuliano de Intereconomía. Incluso una formación con tan pocas probabilidades de éxito como Escaños en Blanco (plataforma que ofrecía una alternativa de un voto válido de protesta) consiguió superar a Sociedad Civil y Democracia en número votantes.
En cuanto al País Vasco, el PNV gana las elecciones con 27 escaños seguido de EH Bildu con 21 diputados. El PSE con 16 parlamentarios (menos que en los anteriores comicios) pierde 9 representantes respecto a los obtenidos en 2009, pero sigue por delante del PP, que obtiene 10 escaños frente a los 13 que ostentabaa hasta ahora. También aquí la abstención ha sido considerable: el 34,21% de los votantes han optado por quedarse en sus casas en lugar de acudir a la cita con las urnas.
En los medios de comunicación ha habido comentarios para todos los gustos. Nosotros nos quedamos con las dos glosas que les ofrecemos a continuación, cuyos autores, dos conocidos analistas políticos, son sinónimos de seriedad e imparcialidad.
Antonio Papell escribe en Las Provincias:
“Rajoy toma oxígeno y problema nuevo
No ha habido sorpresas, ni en el País Vasco ni en Galicia. Quizá por ello y por el desinterés ciudadano hacia una política que no le resuelve los problemas y le crea otros nuevos la abstención ha subido. Discretamente en Euskadi y de forma muy relevante en Galicia, donde los fantasmas del desinterés por lo público han resucitado.
Las dos elecciones, ambas adelantadas tras decidir Patxi López acelerar el proceso luego de haber perdido el apoyo del PP con el que gobernó en la legislatura vasca, tenían, además de su relevancia intrínseca, significados diferentes en su repercusión estatal. En Euskadi, la extraña pareja PP-PSOE que ha sostenido al Ejecutivo socialista ya sabía desde hace tiempo que su aventura tenía fecha de caducidad. Y, en efecto, los ciudadanos vascos, que hicieron posible aquel contrato desnaturalizado, no han renovado la confianza en las formaciones constitucionalistas, que sin embargo pueden alardear de que durante su gestión ha acabado la locura terrorista. ETA aún no está extinguida pero nadie cree que vuelva a matar. Pero ahora serán los nacionalistas quienes decidan los caminos de futuro. Se han cumplido los presagios –PNV y Bildu ocupan los lugares de cabeza–, que emiten efluvios inquietantes después de la escalada soberanista catalana.
En Galicia es donde PP y PSOE se jugaban el pan y la sal. La pérdida de la mayoría absoluta por el Partido Popular, que hubiera dado lugar a un Gobierno alianza de la izquierda con los nacionalistas, hubiese constituido un varapalo todavía más duro que el de Andalucía a Rajoy. El Gobierno del Estado está actualmente caminando por el filo de la navaja, en puertas de una huelga general, soportando una animadversión social creciente a causa de los ajustes y ante la mirada escéptica de una Europa que no termina de creerse que salgamos adelante sin reclamar el rescate. En estas circunstancias, el espaldarazo gallego permite a
Rajoy toma oxígeno y recompone la figura en su intento de salvar el bache de la recesión mientras arrecia la esperanza de que en 2013 empiecen a verse los primeros síntomas de recuperación (el tecnócrata Monti, que sabe de estas cosas, acaba de vaticinar los brotes verdes). Y poco más hay que reseñar, como no sea el naufragio estrepitoso de Mario Conde en su intento de regresar a la política, y el éxito de Beiras, que a punto está de enterrar al Bloque que lo dejó marcharse.
En Euskadi, lo único cierto ahora mismo es que el peneuvista Urkullu se instalará en Ajuria Enea. Está por decidirse la gobernabilidad, que previsiblemente se logre mediante el habitual pacto transversal con el PSE de Rodolfo Ares, ya que con toda probabilidad Patxi López irá a Madrid, a fortalecer la menguada retaguardia de Rubalcaba. Se da por imposible el acercamiento PNV-Bildu, pero a nadie se le escapa que el hecho de que ambas fuerzas sumen holgada mayoría absoluta, en tanto PP-PSE han conseguido conjuntamente uno de los peores resultados de la historia, es una potente arma en manos de Urkullu, quien de momento ya ha dicho que su única preocupación es la economía pero que tomará sin duda buena nota de cómo se desenvuelva el proceso catalán.
Por resumir, Rajoy sale más fuerte del envite y Rubalcaba más disminuido, pero a todos debería preocuparnos este nuevo polvorín soberanista que es Euskadi, y que podría entrar en resonancia en cualquier momento con el desaguisado catalán”.
Fuente: Las Provincias (lasprovincias.es)
Autor: Antonio Papell
En Diario Sur Teodoro León Gross examina los resultados en ambas autonomías y los posibles motivos del fracaso del PSOE:
“RIPBalcaba y el PSOE zombie
Hay muchas lecturas para los resultados de ayer. El éxito de Feijóo al repetir la estrategia de Griñán en febrero, alejándose de la nomenclatura central del partido para hacer una campaña en clave territorial. El respiro en Moncloa para abordar el rescate. La efervescencia nacionalista a lomos de la crisis atribuida a Madrid. El desfondamiento del discurso hueco de los 'pachis/patxis' en las candidaturas socialistas. La desmemoria de ETA en apenas un año con Bildu convertida en una potencia política beneficiada por la catalización de Batasuna, Eusko Alkartasuna, Aralar y adláteres. Pero el resultado de las elecciones en Galicia y Euskadi e incluso las previsiones de Cataluña -en definitiva se trata de Galeusca, las nacionalidades históricas ya vinculadas desde 1923- retratan sobre todo el desastre del Partido Socialista. Y parece mucho más que una derrota electoral.
El PSOE había quedado ya bastante despanzurrado hace un año, el 20N, pero entonces todo se imputó a la crisis y a la gestión incapaz del zapaterismo. El deterioro del partido se amortizaba así; con lo que sus insignificantes 110 escaños -dejándose cuatro millones de papeletas- eran en clave de prima de riesgo, tasa de desempleo y abandono del Merkozy. Después lo de Andalucía y Asturias, beneficiándose de las malas estrategias del PP, sirvió para reforzar la idea de que el PSOE había tocado fondo en noviembre y ya solo cabía remontar. Craso error. Y la lección de anoche apunta precisamente a que el tumor de entonces ha hecho metástasis. El partido ha perdido más identidad. La falta de discurso no es el resultado de una mala táctica o de unos cabezas de huevo miopes; sino que sencillamente no hay discurso. Es patente la orfandad de su electorado, sin referencia ante la gestión de Rajoy. No hay liderazgo; tampoco en los territorios, donde se ha impuesto una cantonalización errática: Cataluña va centrifugada por libre; Euskadi da bandazos sin sitio; otros barones, cada vez más mediocres, no saben/no contestan, o peor si lo hacen, como Tomás Gómez en el feudo de Madrid. No hay PSOE; ahora hay un puñado de PSOE's cada vez más insustanciales.
Rubalcaba ya era ayer RIPbalcaba. Está definitivamente muerto. Al caer la noche era ya un zombie rodeado de zombies. Naturalmente puede mantenerse en la zona fortificada de Ferraz -como razonaba George Romero, el maestro del género que dirigió 'La noche de los muertos vivientes', los zombies apenas piensan aunque acojonan- pero ya no hay tiempo que ganar. Todo será perder. De hecho el partido sigue desviando electorado a IU, a los nacionalistas, a los regionalistas, a la abstención o a la indiferencia de los que están hasta los mismísimos”.
Fuente: Diario Sur
Autor: Teodoro León Gross
M.R.
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