miércoles, 12 de septiembre de 2012

Tema de hoy: Cataluña no es Croacia


Vaya por delante que soy catalana de nacimiento. Por la educación recibida, adquirida mayoritariamente en el extranjero y las experiencias vividas en diversos países europeos, me considero una federalista convencida. Para mí, el modelo alemán de los Länder es el ejemplo que hubiese deseado que tomase España dentro del ordenamiento constitucional español en lugar de ese engendro de autonomías que Adolfo Suárez se sacó de la chistera para mantener a raya a los poderosos militares antidemócratas, todavía franquistas, tan alérgicos ellos a cualquier atisbo de favoritismo hacia el País Vasco y Cataluña.

El resultado de la equivocada decisión del “café para todos” plasmado en el artículo 2 de la Constitución Española de 1978, lo estamos viviendo ahora en nuestras carnes, cuando la crisis fustiga a nuestro país y Cataluña, con las arcas vacías, ha tenido que pedir el rescate al Estado español para poder pagar sus facturas.

El problema es que cuando el gobierno de Cataluña se ve o se cree acosado por Madrid, o cuando quiere crear cortinas de humo de cara al electorado catalán, saca pecho y amenaza a los “centralistas”. Ahora el motivo son los 500 millones de rescate, que no llegan lo suficientemente rápido para que Artur Mas y sus ministros no queden con el culo al aire, y el pacto fiscal. Así que lo mejor es montar una manifestación con motivo de “La Diada”, para reclamar más justicia fiscal para Cataluña y, de paso, darle una patadita en las espinillas a Rajoy con el espinoso asunto de la independencia.

Mas, que por eso de “nadar y guardar la ropa” no pensaba asistir a la concentración, vio el cielo abierto cuando se le acercó un periodista de la BBC. En un inglés perfecto que seguramente hizo palidecer de envidia a José María Aznar, el “honorable” hizo la siguiente declaración: “Sin un acuerdo sobre el pacto fiscal, el camino hacia la libertad de Cataluña estará abierto, lo verás esta tarde” (“With no agreement on the fiscal pact, the road for the freedom of Catalonia will be open, and you will see it this afternoon”, Mas dixit), lo que equivale más o menos a decir que si Madrid no afloja la mosca, Cataluña se segregará de España.

La mayoría de políticos catalanes ya nos tienen acostumbrados a ese tipo de “advertencias”, que siempre han dado buen resultado a la hora de sacar tajada de Madrid. Lo malo es que la convocatoria de ayer se le fue a CiU de las manos y lo que en un principio iba a ser una reivindicación fiscal masiva, se convirtió en una multitudinaria manifestación independentista en la que el pacto fiscal era lo de menos.

A toro pasado, Artur Mas no ha tardado en subirse al carro de los que reclaman la creación de un Estado catalán. Lo que Mas no dice a esos descerebrados son las consecuencias que la segregación de España podría tener para Cataluña en un futuro próximo y lo difícil que le va a ser sobrevivir como país, empezando por la UE. Tampoco hay que olvidar que 40% de los votantes catalanes se quedaron en sus casas en las últimas elecciones autonómicas. Un 40% que podría inclinar la balanza en una dirección totalmente distinta a las ansias independentistas de partidos como ERC y CiU en el caso de que se llegase a un referendum sobre una posible separación de Cataluña con respecto al Estado español.

Por lo que a la UE se refiere, y sin querer hacer ningún tipo de valoración, un portavoz comunitario preguntado por la prensa precisó que, de acuerdo con el Tratado de la UE, en caso de secesión, Cataluña deberá solicitar la adhesión a la UE para formar parte de ella. Además, la Comisión Europea tendrá que verificar que cumple todos los requisitos exigidos, y esa integración deberá ser aprobada por unanimidad por todos los estados miembros. Esto rige para toda región de un estado miembro de la Unión Europea (UE) que se declare independiente, con lo cual quedará automáticamente excluida de la UE y sus ciudadanos perderán todos sus derechos europeos.

Cataluña siempre ha reivindicado querer ser dentro de Europa un país como Croacia, en habitantes poco mayor que la mitad de Cataluña, nacido de una sangrienta guerra civil, pero que forma parte de la ONU y de la OTAN. Sin embargo, ese pequeño país se esfuerza desde hace años por entrar en el exclusivo club de la UE, sin gran éxito hasta ahora a pesar del apoyo que le prestan Italia y Alemania, con los que la unen estrechos vínculos comerciales. De momento, Eslovenia piensa bloquear la entrada de Croacia en la UE prevista para julio de 2013. Como todos los países miembros tienen derecho a veto, basta con que tan sólo uno se declare en contra para que el aspirante se quede “ante portas”.

A mí personalmente me horroriza la idea de una balcanización de España. A lo largo de la Historia las corrientes independentistas originadas por causas religiosas, culturales o comerciales han estado a la orden del día en nuestra convulsa Europa. Hemos tardado mucho tiempo en llegar, a trancas y barrancas, a la UE que hoy tenemos y que, de momento, no es otra cosa que una unión monetaria que, de fracasar el euro, se quedaría tan sólo en el intento.

Señores independentistas catalanes, entérense de una vez que Cataluña no es Croacia. Ahora, más que nunca, necesitamos unidad en Europa. La política populista de Artur Mas, motivada por objetivos políticos muy personales, es altamente peligrosa. Las masas son impredecibles y es más que arriesgado desatar fuerzas nacionalistas que pueden desencadenar acontecimientos que el aprendiz de brujo Mas no habría previsto en su obcecación por salvaguardar el poder.
Margarita Rey








No hay comentarios:

Publicar un comentario