lunes, 24 de septiembre de 2012

Curiosidades: El tesoro del ermitaño



Más de una vez hemos oído o leído que tal o cual persona que parecía más pobre que las ratas tenía escondida en su casa una fortuna, aunque esto sólo se descubrió tras su fallecimiento.

Una de las noticias más espectaculares de este tipo nos llega, como no, de los Estados Unidos, para ser más precisa de Carston City (Nevada). Allí vivió y murió a los 69 años un tal Walter Samaszko. Era un hombre extraño que vivía como un ermitaño en la casa que le había legado su madre, sin mujer ni hijos que se ocupasen de él.

Estaba lleno de manías y apenas pisaba la calle. Ni tan siquiera acudía al médico porque le tenía pánico a las inyecciones. Eso hizo que nadie se extrañase de no verle durante bastante tiempo. Hasta que el nauseabundo olor que salía de su casa alarmó a los vecinos y éstos a su vez a la policía que irrumpió en el domicilio del Sr. Samaszko y encontró su cadáver en avanzado estado de descomposición. Al parecer había sufrido un infarcto fulminante que le había dejado en el sitio.
La sorpresa vendría más tarde cuando la empresa de limpieza que el ayuntamiento había envíado para adecentar y desinfectar la vivienda, se encontró con un auténtico tesoro: nada más ni nada menos que 7 millones de dólares (unos 5,5 millones de euros) en lingotes de oro.

Según el noticiario televisivo americano“NBC News“, habría sido la madre de Walter, tan rarita como él, quien empezó a acumular oro porque le tenía pánico a la pobreza. Su hijo siguió con la peculiar tradición familiar. De algunos recibos y otros documentos hallados en su casa se desprende que fue en los años 70 del siglo pasado cuando Walter Samaszko comenzó a comprar y a esconder en el sótano lingotes de tan preciado material. Mientras que él vivía como un auténtico miserable, en su cueva acumulaba millones de dólares. Un tesoro que hubiese hecho enloquecer al mismísimo tío Gilito y para cuyo transporte fueron necesarias dos carretillas.

Ahora, será su prima, una maestra interina, quien disfrutará de los caudales acumulados por Walter y su previsora madre. Sin olvidar naturalmente a Hacienda, que se llevará 750.000 dólares (unos 580.000 euros) en impuestos de sucesiones. Menos mal que la prima vive en Estados Unidos y no en España. Aquí, Hacienda es mucho más voraz y la cuantiosa herencia no le hubiese salido tan barata.
Margarita Rey

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