jueves, 20 de septiembre de 2012

Pincelada: Becerradas cadafaleras

Si siempre habían creído que la barbaridad de fiesta del Toro de la Vega en Tordesillas era el súmmum en crueldad anti animal, agárrense que les voy a describir las bestialidades de las que son capaces algunos pueblos españoles para divertirse.

Se trata de las “becerradas cadafaleras”, unos festejos de pésimo gusto que se celebran todos los años por estas fechas con motivo de las Fiestas Patronales en la localidad valenciana de Algemesí, en el marco de la “setmana dels bous". En esta cruel y sangrienta celebración, un grupo de mozos del pueblo (generalmente, llenos de alcohol hasta las cejas) se dedica a torturar y matar (sería más justo utilizar el término “asesinar”) a 12 becerros de 1 año edad, utilizando para ello toda clase de objetos punzantes que les clavarán por todo el cuerpo (barriga, cuello, patas). Finalmente, rematarán al becerro con una espada cuando el pobre bicho, después de largas horas de sufrimiento, ya esté agonizando.

A pesar de que numerosos colectivos antitaurinos y animalistas han protestado contra la "carnicería" de reses jóvenes en la Semana Taurina de este pueblo valenciano, la fiesta de marras (que este año cuenta con un presupuesto de 200.000 euros, un veinte por ciento menos que en 2011) se celebrará a pesar de todo con las becerradas cadafaleras como plato fuerte. Pues, aunque los grupos Més Algemesí y Esquerra Unida presentaron el año pasado en el Ayuntamiento una moción conjunta en la que pidieron la supresión de las becerradas, ésta fue rechazada con los votos conjuntos del PP y del PSOE.

Algunos concejales del pueblo sí que están en contra de ese denigrante espectáculo nocturno por considerarlas un lastre para la fiesta y un espectáculo nada agradable de ver, pero están en minoría.

También entre los vecinos son cada vez más aquellos que proponen un cambio en esa polémica (por lo salvaje y sanguinaria) forma de diversión. Algunos opinan que “es lo más cruel, salvaje y aterrador que se hace en el País Valenciano” y piden la abolición de estos actos. Paro la mayoría los justifica agarrándose a la excusa de la “tradición”. Una tradición que nos coloca, una vez más, a la misma altura que los pueblos más primitivos de nuestra tierra.

¿Cómo somos capaces de pedir a Europa que se respete la dignidad de los españoles cuando nosotros somos incapaces de reconocer la dignidad de esas pobres criaturas que no pueden defenderse, ni mucho menos de educar a las jóvenes generaciones para que vean a los animales como parte que son de la naturaleza y parientes nuestros?

Para mí ese tipo de festejos no tiene justificación alguna. No son ni tradición ni arte, sino una vulgar y simple matanza. No hay que olvidar que en esas becerradas participan mozos borrachos que no tienen ni idea de punzar al toro de manera certera como saben hacerlo los toreros, que para eso son profesionales por mucho que nos pese. Al final, tiene casi siempre que intervenir un diestro o un director de lidia, contratado expresamente para esos menesteres y cuya presencia es absolutamente necesaria, para acabar dignamente con la vida de los jóvenes morlacos sacrificados de manera tan innecesaria, brutal e inhumana en aras de un entretenimiento popular basado en el pan y circo de los romanos.
Margarita Rey

1 comentario:

  1. ¡Madre mía! No sabía nada de esta aberración y crueldad de los animales. Si me parecía bestial el "Toro de La Vega" (que tuvo su razón de ser en la Edad Media y eran lanceados, libres por los montes, por caballeros para evitar que los morlencos acabaran con los pastos, pero hoy día es sólo un espectáculo sanguinario y horroroso) esto que narráis me ha puesto la carne de gallina.

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