lunes, 18 de noviembre de 2013

Tema de hoy: No verdades y medias tintas



 
 
Estamos siendo gobernados por ineptos,  fantasmas y  faroleros, elegidos por una amplia mayoría de los españoles, entre ellos, por despecho frente a la poco efectiva  gestión del ex presidente Zapatero, tradicionales  votantes del PSOE (por ejemplo,  en Castilla-La Mancha).
 
En Bruselas despertarán sonrisas irónicas los mensajes que llegan de Madrid, de boca de Cristóbal Montoro -la voz de su amo, Rajoy- sobre la recuperación de España a partir de enero de 2014. Lo que sí ha acogido con interés el Eurogrupo es la afirmación de que en el próximo enero estará saneada la banca española. Esta noticia habrá despertado asimismo el interés del sector de la construcción , de las inmobiliarias y, en especial de quienes necesitan un crédito o una hipoteca para adquirir una casa (o un piso). Todos deseamos que las palabras de Montoro adelanten  una realidad: construcción sin burbujas, créditos e hipotecas asequibles y, por extensión, reducción real (no ficticia) del número de parados, sin olvidar a las familias o individuos que malviven por debajo del umbral de la miseria. Pero los únicos beneficiados serán los bancos.
 
Frente a un gobierno debilitado por sus grises ministros y el escaso liderazgo por parte de su presidente, España necesita una oposición  fuerte y coherente. Una democracia sin un gobierno con planes efectivos de acción (no sólo verbales) y sin una oposición abocada  a un cambio en la gobernanza del país, es una democracia lisiada, llena de contradicciones , también en lo judicial (véanse los casos Urdangarin,  Bárcenas, “Gürtel” (Correa) y, en la parte socialista, los bochornosos ERES de Andalucía.  En Alemania, la corrupción es, por lo demás, de “perrilleo” (y sancionada), mientras  que en la órbita del PP se trata de sumas multimillonarias.
 


El PSOE debate en la actualidad su marcha hacia el futuro. No me parece que Rubalcaba esté muy dispuesto a emprender esta marcha, que, para él, significaría el bien merecido pase a la reserva. Ahí tiene el ejemplo del ex presidente Felipe González,  a sus 71 años ayudando al PSOE en el inicio de nuevos caminos, con sus raíces en un pasado de logros para  la clase obrera (el proletariado), y exponiendo nuevas ideas e iniciativas para superar este difícil presente no sólo en lo que llamamos político, sino que abarca primordialmente lo económico, lo social y lo cultural.

La marcha hacia el futuro requiere la unidad y democracia internas en  el PSOE, y la apertura, sin impedimentos, a las jóvenes generaciones de socialistas. La prensa afín al PP trata de desacreditar este recurrir a la historia del PSOE como un retorno al marxismo o al izquierdismo radical. Son no sólo arteras estas acusaciones, sino también ignorantes. De lo que se trata es que el partido socialista aprenda del pasado para tener éxito en el presente y en el futuro. El marxismo, en los tiempos modernos, no puede ser mapa de ruta, pero  el
capitalismo sigue existiendo y sus métodos apenas han variado, por mucho que haya disimulado su rostro con el consumismo, que en demasiados casos ha seducido a los trabajadores que hoy se ven deshauciados  por los bancos, con contratos precarios y consecuentes fáciles despidos, estafados y engañados con falsas ofertas y promesas. Ahora, con la crisis económica como telón de fondo, el capitalismo ha dejado caer su careta y nos muestra su faz más inhumana y  brutal que está llevando al paulatino desmantelamiento de nuestro Estado de Bienestar, un logro conseguido por la socialdemocracia europea tras largos años de lucha obrera.



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