Es curioso. Mientras los
torturadores latinoamericanos vivían (viven) impunemente en sus países,
atormentados por dictaduras fascistas, en España ocurría (ocurre) lo
mismo. Estando Pinochet visitando a
Margaret Thatcher, un conocido juez español pidió a Londres la extradición del golpista y cruento dictador chileno, que
le fue denegada recurriendo a mil y pico de artilugios, incluido el presunto
mal estado de salud del tirano. Pero
también, por parte de influyentes magistrados españoles surgieron reparos y Pinochet pudo regresar con espléndida salud
a su país, que entretanto había retornado a una democracia conservadora, que
siguió protegiendo al déspota. España también pidió la extradición del oficial
de la Escuela Mecánica de la Armada, que dirigía, con otros verdugos,
la operación de deshacerse de rojos (rojas) por el procedimiento de
lanzarlos al mar desde aviones. El criminal fue entregado y juzgado. Videla
purgó sus atrocidades en Argentina,
donde murió, llevándose consigo, como su veterano compadre gallego,
Franco, el secreto de si en el último instante se arrepintió y pidió perdón “al
Altísimo” por sus atrocidades.
Ahora, la democrática
Argentina pide formalmente la extradición de los acusados de torturas en el
franquismo. España deberá decidir si accede a que Juan Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño y Jesús Muñecas
Aguilar, los dos más terribles torturadores de miembros de la oposición
democrática, sean juzgados en Argentina por crímenes de lesa humanidad.
La juez, María Servini de
Cubia se basa en el principio de justicia universal, ya que entiende que estos colaboladores
del régimen franquista no responderán en España
por sus delitos. Los dos disfrutarán tan tranquilos su jubilación. No les vendría mal el viaje a un tribunal y
una cárcel argentinos, donde ahora se imparte justicia y no salvajes palizas.
¿Por qué en los últimos 30 años ningún juez de la democracia ha imputado a esos
sanguinarios? Una pregunta dirigida al
ex presidente del Gobierno, Felipe
González y el también ex presidente Zapatero: miedo a los ¿todavía? fuertes
poderes fácticos, que también les ha hecho aplazar y aplazar la retirada de los símbolos franquistas de
los lugares públicos y solucionar el problema, para los demócratas,el Valle de
los Caídos. Al ex presidente Aznar no se le piden cuentas: es de la misma
cuerda derechista.
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