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| Rouco Varela Rosa Barranco |
La asociación religiosa Santa Rita de Casia se enfrentará al Arzobispado de Madrid en el Tribunal Supremo por la propiedad de veintitrés tapices flamencos que, según ha asegurado este lunes su presidenta, Rosa Barranco, "los quiere Rouco Varela como meros ornamentos para mayor gloria del Arzobispado".
La presidenta se ha mostrado esperanzada con que el recurso que han presentado ante el Tribunal Supremo dicte a su favor, tras un proceso judicial que comenzó en 2002 y en el que la Asociación ha ganado dos veces en el juzgado civil, si bien la Audiencia de Madrid ha dado la razón al arzobispo de Madrid.
La batalla judicial se inició hace más de diez años cuando Antonio María Rouco Varela dictó el cierre de la asociación por "desobediencia a la jerarquía eclesiástica" y "escándalo de los fieles". Barranco ha asegurado que la clausura fue "ilegal" porque su organización tiene doble carácter, civil y eclesiástico, y el único motivo de esta pugna son estos tapices de los siglos XVI-XVII.
Según ha explicado, el Arzobispado y el Vaticano quieren los tapices "para colgarlos en la Catedral de La Almudena" a pesar de no ser de temática cristiana, sino mitológica, con personajes "que andan todos medio desnudos".
En su propiedad desde 1869
La presidenta de la Asociación Santa Rita de Casia ha afirmado que tienen su propiedad desde 1869, cuando la aristócrata Victoriana Oliva se los dejó en herencia y la organización los utiliza para alquilarlos en eventos y destinar esos fondos "a personas maltratadas y necesitadas".
Santa Rita y Victoriana Oliva eran mujeres maltratadas, ha recordado Barranco en el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer, para esgrimir que "casi" ella misma sufre también violencia machista, tras ser llamada "esquizofrénica aguda" por el Arzobispado en el recurso que presentó en la Audiencia en octubre de 2012.
La Asociación ha iniciado una campaña de recogida de firmas a través de internet para que se reconozca la "legítima propiedad" de los tapices, que están protegidos como bienes culturales de la Comunidad de Madrid, y "no se los puede llevar el Vaticano", ha aseverado.
Por su parte, el Arzobispado de Madrid no ha querido pronunciarse al respecto.
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