En estos días, la prensa
y televisión españolas difunden noticias además de rumores acerca de la salud
del rey, a la que se califica de precaria. Señalan los medios las ocasiones
solemnes en las que el monarca ha aparecido con su muleta, así en el reciente recibimiento
de los nuevos reyes de Holanda, en Madrid o en actos castrenses, en los que
Juan Carlos, pese a su muleta, tuvo que ser sujetado por otros militares. Lo
que es peor, en los medios se habla de los dolores que sufre el rey, lo cual
oculta con gran estoicismo a la opinión pública.
Puestos a especular, se
atribuye a Juan Carlos una dolencia oncológica, de lo cual, sin embargo, no se
hacen eco la mayoría de los medios de comunicación. Lo que si puede leerse en
la prensa o verse en la televisión son impresiones sobre el mal estado de ánimo
del monarca, su falta de concentración y su aspecto triste.
La Casa Real desmiente
todas estas noticias y especulaciones y hace hincapié en que el estado de salud
de Su Majestad, el Rey, es bueno, si bien admite que ha habido un cierto
retroceso en cuanto al proceso de movilidad
del rey.
Todas las miradas se
dirigen ahora a Panamá, donde el dos de octubre se celebrará la Cumbre
Iberoamericana, un acto al que el rey Juan Carlos nunca ha faltado. ¿Qué pasará
esta vez? ¿Hará el monarca español un gran esfuerzo para asistir a la cumbre? O
¿le representará el Príncipe de Asturias, heredero de la Corona? De todas
formas: insisto en que percibo en el Príncipe don Felipe la actitud de quien ha
de estar listo para algo muy grande.
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