Para designar el tiempo, los alemanes disponen de dos vocablos: Zeit y Wetter. Zeit es el tiempo cronológico y Wetter el tiempo atmosférico.
Los conceptos de “tiempo” y “espacio” están interrelacionados, pero hasta ahora los científicos no han podido observar a ambos por separado. Podría decirse que el espacio se mide en distancias y las distancias en tiempo cronológico. Personalmente me llama la atención la íntima relación entre “tiempo” y movimiento. Medimos el tiempo convencionalmente mediante los relojes, cuyas manillas no paran de girar. Cosmológicamente tenemos al sol y a la tierra, que no dejan de girar en torno a sus ejes, con lo cuales tiempo es “dividido” en noche y día, y las estaciones del año.
Muchos no se han fijado, pero llevamos el tiempo en el latido del corazón y el del pulso. Al sol lo utilizamos como cronómetro en los relojes de sol. El tiempo tiene también un plano psicológico, por ejemplo hay esperas igual de largas, pero unas nos parecen más largas que otras.
¿Pasa el tiempo a través de nosotros, ¿o pasamos nosotros a través del tiempo, el gran erosionador de cuanto existe, desde el volcán de millones de años hasta nosotros, los humanos? El tiempo nos desgasta nuestras células y nuestros órganos hasta que se detiene con la muerte. El tiempo es infinito, emanado del Cosmos. El espacio, en términos astrofísicos, es finito.
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