Desde hace ya semanas es
el caso Bárcenas primera noticia en todos los informativos. El ex pepero y mano
derecha de Rajoy copa también las portadas de los periódicos y, sin
pretenderlo, ha dejado en la sombra el caso Undargarin. Si exprimimos ambas
informaciones, lo único que nos queda es que “Rajoy nunca conoció al tesorero
de su partido”, que éste se halla en la cárcel de Soto del Real, donde al
parecer ya tiene fieles amigos/servidores. A Undargarin le vemos de vez en
cuando en la tele bajando siempre la misma calle a los juzgados de Palma. Lo
único nuevo en este contexto es que Undargarin y su esposa, la infanta Cristina,
están vendiendo su palacete de Pedralbes en Barcelona, y que la infanta tiene
ahora un puesto de trabajo en la sucursal de la Caixa en Suiza, adonde pronto se
trasladará con los niños.
Para mostrarles qué
niveles se aplican en Alemania para penar la corrupción, muy inferior a la de
los chorizos ibéricos, les citamos la siguiente noticia del semanario alemán
“Der Spiegel”. Se trata del ministro de Economía de Turingia, Mathias Machnig,
miembro del equipo de asesores de Peer Steinbrück, candidato a canciller
federal por el SPD (socialdemócrata). Según se ha sabido por “Der Spiegel”,
Machnig, conocido por su severidad en cuestiones financieras, ha venido
percibiendo una pensión por su cargo anterior como Secretario de Estado en el
Ministerio federal de Medio Ambiente. Según el semanario, la cantidad percibida
entre noviembre de 2009 y julio de 2012 ascendería a más de 100.000 euros. Machnig
percibe como ministro del land Turingia 147.000 euros anuales. Según Machnig la
pensión ha sido declarada de acuerdo con la ley. Sin embargo, después del fallo
de un tribunal alemán en un caso parecido, la pensión ya ha sido recortada.
Pero la palabra “dimisión” se oye en los medios afines a la conservadora CDU, partido
de Angela Merkel, quien, según las encuestas, está al borde del precipicio si
no la salvan “Los Verdes” formando coalición.
El caso Machnig es
objetivamente irrelevante. Recordemos un hecho más importante acaecido el
pasado 2012: la dimisión forzada del Presidente Federal por haber aceptado vacaciones
(fines de semana de lujo y viajes en avión privado) de un conocido empresario
alemán, “benefactor” también de su partido, la CDU. Algo impensable hoy por hoy
en este nuestro país, donde los políticos no se despegan de su sillón ni con
agua caliente.
Visto lo visto, ¿qué
harían las autoridades alemanas, en primer lugar el Fiscal General, si
políticos y los que nadan entre la política y la especulación, escondiesen millones
de euros en Suiza?
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