Siempre he sido consciente de ser europeo, al no haber nacido en China o Japón. Me ha ilusionado la idea de una Europa democrática unida en un Estado confederal o federal. El germen de la UE, la Unión Montán, parecía apuntar en ese sentido, así como el Tratado de Roma. Pero según pasan los años, me siento cada vez más defraudado por lo que se ha dado en llamar “Bruselas”.
En realidad, ¿qué progresos ha hecho la Unión desde que se fundó? Ha creado una burocracia gigantesca, con un ejército de funcionarios bien retribuidos. En el feroz mundo de la política, altos cargos, que ya no son útiles o que han sido desbancados, suelen ser premiados con un puesto en Bruselas o en Estrasburgo. Existe un Consejo Europeo, a cuyas reuniones acuden todos los presidentes de Gobierno, los unos, lo más ricos, visibles entre la elegancia y la prepotencia, y los otros, los jefes de gobierno casi invisibles, considerados a fin de cuentas como los “menesterosos“
La UE parece inclinarse más por el FMI y los demás bancos multinacionales, por encima de las fronteras. Estos sí que son efectivos y están en condiciones de hacer tambalearse a la Unión Europea, cuyo papel más ostensible ha sido, desde que comenzó oficialmente “la crisis”, el de gestionar los rescates, que como siempre han castigado a los países menos ricos. Los recortes “ordenados” por la UE han sido y son francamente brutales y han hecho a los pobres más pobres y más ricos a los ricos. Políticamente, en la Unión hay desunión.
Por otra parte, poca incidencia tiene la Unión Europea sobre la política exterior, en momentos tan cruciales, también para los europeos, como la invasión de Crimea por Rusia, a la que Bruselas quiso atraer sin contar con el ex funcionario de la KGB, Putin, para quien nuestra Europa es un manjar al que Rusia se tragaría de un bocado si no fuese por nuestro guardaespaldas, Estados Unidos. No nos engañemos, USA no nos defiende por nuestra cara bonita, sino porque Washington también necesita un continente europeo sólido y fuerte. Crimea ha sido ocupada por los rusos porque la península miraba hacia Occidente y quería ingresar en la UE. Ucrania, y en este caso, Crimea, sería para la Unión Europea, una importantísima ampliación hacia Europa Oriental. Ya veremos qué papel juega la UE en las urgentes negociaciones de Estados Unidos con Moscú (Putin). ¿Seremos meros espectadores para hacer bulto? ¿Se quedará todo en declaraciones sobre los derechos humanos y la democracia, que a Putin le importan un comino? Europa no quiere anexionar a ningún país, lo que necesita y desea es estabilidad política y económica.
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