jueves, 15 de diciembre de 2011

Tema de hoy: UE



El núcleo duro de la Unión Europea está compuesto de acérrimos conservadores. ¿Qué hacía un socialista entre ellos? El socialdemócrata Zapatero no tenía otra opción que aceptar las reglas de juego de los conservadores si quería ser aceptado con palmaditas en la espalda por Frau Merkel y Sarkozy, el eje Berlín-París. Los besitos entre ambos no se extenderían nunca a Zapatero, a quien hemos visto a menudo en la televisión en Bruselas más solo que la una y más aburrido que una ostra (porque, además, no habla ningún idioma extranjero), mientras que los demás políticos charlaban animadamente sobre el futuro de Europa, de una Unión Europea ultraconservadora.

La desgracia de José Luis R. Zapatero ha sido, como todos sabemos, tener que aplicar desde una posición de “izquierda” una política neoliberal de recortes, que machacan a las clases no pudientes, lo cual enfureció al electorado “izquierdista”, clientela del PSOE, que no sabe hacer políticamente la o con un canuto. Ya veremos lo que espera ahora a las masas que han elegido al PP. Hay que dar 100 días de plazo para juzgar a un gobierno, pero las primeras palabras de Rajoy en Bruselas no dejan lugar a dudas. El PP seguirá la política del Partido Popular Europeo, del que es miembro. Y el PPE no va a contradecir a los acérrimos conservadores de la Unión. Rajoy se ha pasado todo el período en la oposición acusando a Zapatero de poco social y de “vende patrias”, es decir, de entregar la soberanía española a Bruselas. ¿No fue clara su adhesión al eje Berlín-París? Don Mariano se ha perfilado en el Congreso y en sus mítines como defensor de los menos privilegiados. ¿Qué hará cuando entren en colisión los intereses sociales con los de la patronal (CEOE)? ¿Destruirá el PP la red social española, uno de los logros de la democracia en nuestro país? ¿Será privatizada o semiprivatizada la seguridad social? Muchas preguntas sobre las que podremos opinar cuando pasen los 100 días de Gobierno Rajoy. Ojalá la mayoría de los votantes de izquierda, que han votado PP en casi toda España (elecciones regionales y generales), no se sientan para entonces los tontos útiles de la derecha, que Rajoy ahora quiere convertir en centro.

Repito mi opinión de que la democracia española no puede asentarse sólo sobre la Corona; necesita un tercer partido fuerte y democrático.

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