Cada vez es más tensa la situación en Ucrania. El gobierno de Kiev, no reconocido por Rusia, trata por todos los medios, menos rendirse, quitar hierro a la crisis. Provocadores ucranio-rusos siguen ocupando, fuertemente armados, edificios oficiales y comisarías de policía. El gobierno ucraniano ofreció a los rebeldes entregarles un territorio en el este del país, para que proclamasen allí una república independiente. Pero los insurgentes rechazaron la oferta. Lo que quieren es pertenecer a Rusia, es decir, buscan la anexión de Ucrania a Moscú. Una guerra civil en Ucrania supondría una desestabilización en toda Europa oriental, amén de una disminución de los suministros de energía (gas), en especial a Alemania, cuyo gobierno es el que más desea una normalización. La UE por fin se ha puesto en marcha y amenaza con fuertes sanciones a Putin. Pero éste no parece inmutarse: el pasado fin de semana, con los ojos puestos en la OTAN, el nuevo “zar” hizo disparar de prueba un misil nuclear de medio alcance.
El presidente interino de Ucrania, Alexander Turchinow, ha movilizado al Ejército para aplastar la rebelión prorrusa. Por otra parte, Ucrania ha ordenado la retirada de todas sus tropas en Crimea. Mientras tanto, activistas prorrusos han tomado el este del país, proclamando la república popular, independiente, de Donetsk, que desafía al ultimátum de Kiev.
Putin ha declarado que Rusia no puede apoyar eternamente la economía de Ucrania. Pese a todo, Rusia sigue ayudando a Ucrania: 3.000 millones de dólares (deuda acumulada), la deuda por el gas es de 2.200 millones de dólares y los beneficios no recibidos alcanzan los 11.000 millones de dólares.
La población de Ucrania es de unas 45,5 millones de personas. Ucrania es un país de emigración. Según la Organización Internacional para las Migraciones, unos 330.000 ciudadanos abandonan el país cada año. Entre los destinos más populares para emigrantes figuran Rusia, la República Checa, Hungría, Polonia, Italia, Portugal y España. Mientras la población pasa hambre, se enriquecen los “trabajadores extranjeros” (empresarios) muy cotizados, que tienen su dinero en paraísos fiscales.
La población de Ucrania se desglosa así:75% ucranianos étnicos; y un 20% de rusos; las minorías son los rumanos y moldavos; bielorrusos, tártaros, polacos, húngaros, búlgaros, griegos, gitanos y judíos.
Un conflicto bélico en Ucrania sería no sólo una guerra civil, sino una guerra interétnica, y tendría repercusiones en toda Europa, incluido nuestro país, si Rusia interviene directamente en el enfrentamiento.
Según informaban ayer a última hora algunas agencias, la canciller alemana Angela Merkel y Putin habrían vuelto a hablar ayer por teléfono sobre el problema. En el curso de la tensa conversación, ambos habrían "constatado sus diferencias". De momento, la escueta nota del servicio de prensa del Kremlin menciona poco más que Putin señaló a Merkel que la fuerte escalada del conflicto de Ucrania estaba llevando al país al borde de una guerra civil.
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