Una de las carencias que arrastramos los españoles, es decir
los que habitamos en la mayor parte de la Península Ibérica, es el
desconocimiento de que vivimos en una
nación poliétnica, polilingüística y policultural. No voy a esperar que se
obligue a los niños a aprender las
lenguas oficiales de las autonomías. Pero no estaría demás enseñar a los
escolares, que además de los castellanos, existen otros pueblos en España
diferenciados unos de otros y unidos (no siempre) por el concepto de ”español”,
siendo el idioma español lengua oficial de este país conocido en todo el mundo
como España (Spain, en inglés, Espagne, en francés, Spanien, en alemán, Spagna,
en italiano y Hispanía en griego).
Uno de los pueblos más desconocidos en la propia España es
sin duda el vasco, cuya legendaria lengua, el euskera, es objeto de las más
diversas hipótesis.. Para el filólogo finlandés Kalevi Wik el euskera actual es el resto de un grupo de
lenguas vascas que se hablaron en tiempos paleolíticos, y vio reducido su área
por la expansión indoeuropea.
Otros lingüistas afirman que el euskera es el ibero, que se
conservó gracias a que los vascos, desde su llegada a España, se atrincheraron
en sus ariscas montañas, no permitiendo el paso a ninguno de sus invasores,
salvo a los romanos, con quienes trabaron gran amistad e incluso concertaron
alianzas. Los moros no pudieron poner su pie en esta parte de España, pero
tampoco los francos de Carlomagno, según relata la “Canción de Roland”,
favorito del emperador. Las huestes de Carlomagno, fueron aniquiladas, lo mismo
que Roland, por los vascos, en el desfiladero de Roncesvalles.
El lingüista finlandés Wik dice que su tesis coincide con la
distribución homogénea en el área atlántica del
Haplogrupo RiB del cromosoma. El 6 de marzo “National Geografic” publicó un estudio más complejo en el que se afirma
que el patrón genético vasco, con sus peculiaridades locales es anterior a la
llegada de la agricultura a la Península Ibérica unos 5.000 años antes de
nuestra era. Investigaciones paleogenéticas (ADN mitrocondrial) indican que la
población vasca tiene un perfil genético coincidente con la mayoría de los
habitantes europeos y que se remonta a tiempos prehistóricos. Peter Foster
supone que hace 20.000 años los humanos se refugiaron en Beringia y en Iberia. Según el investigador, los pobladores
de Iberia y del sur de Francia repoblaron hace 15.000 años parte de
Escandinavia y el norte de África. Los modernos estudios con el ADN n o parecen
confirmar otra tesis de que los vascos son oriundos del Cáucaso. Esta tesis es
defendida por filólogos que creen haber hallado en el Cáucaso raíces
lingüísticas comunes al euskera. René Herrera, de la Universidad de Florida
afirma que se cree que los vascos son descendientes de los cromañones que, como
los neardentales convivieron con el superior homo sapiens u homo faber. Todos tuvieron que refugiarse
durante la última glaciación.
El patriarca de la cultura vasca,
José Miguel de Barandiarán defiende la tesis del origen neolítico del euskera
analizando la fuente de palabras que provienen de tiempos prehistóricos. En cuanto al euskera, esta lengua
fue desplazada por la expansión de las lenguas indoeduropeas y sólo se conservó
en las escarpadas montañas de Euskadi. Es la única lengua preindoeuropea de Europa.
En la
mitología vasca, Dios es Urcía y mari es la divinidad femenina. Basajaun es uno
de los genios más importantes de la mitología vasca. Su compañera es Basandere.
La mitología vasca nació en tiempos prehistóricos. Son numerosos los dioses y
genios de la mitología de Euskadi. Los genios tenían encomendados los secretos
de la agricultura, trabajo en hierro y otros menesteres. Los vascos también
asumieron al dios germánico Wotan (Wuodan).
Con la rica variedad de razas,
etnias que se remontan a la Prehistoria, antes de que existieran Francia,
Inglaterra, Alemania e incluso Grecia y Roma, si todos aceptamos nuestra
peculiaridad sin ánimo nacionalista, sin complejos de superioridad ni de
inferioridad, podríamos ser el vínculo
imprescindible con nuestros lejanos antepasados, de los que, aunque ocupados
con el a veces estéril presente, todos
los indoeuropeos, europeos) podemos aprender mucho: sobre todo, unión y convivencia:
En España y en nuestro común continente, Europa.
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