Atalaya: España sobre ruedas

 

 

Me pregunto si al Gobierno no le dará vergüenza el eslogan que se han inventado de “la marca España” y que, por ser propio de acomplejados con ínfulas de querer ser lo mejor de Europa,  se está convirtiendo en todo lo contrario.

 

Cada vez son más los españoles e inmigrantes, que arribaron a España por la miseria en sus países, que pasan hambre. Vi en La Sexta (“Al rojo vivo”) la magnífica labor humanitaria que está prestando la organización privada “Banco de Alimentos”, ayudada por numerosos jóvenes y personas de todas las edades (¡esto sí que es solidaridad!) que recogen alimentos en los más variados lugares: supermercados, tiendas, mercadillos e incluso en domicilios privados. El presidente del Banco, José Antonio Busto Villa, opinaba que ante la gran necesidad, toda ayuda es poca, al tiempo que se mostraba emocionado por la solidaridad de la sociedad que comparte lo poco que tiene. El gran problema es encontrar los suficientes alimentos para los niños. 85.000 lactantes no tienen aún la adecuada alimentación.

 

El Banco de Alimentos no está solo. Una ingente labor está llevando a cabo CARITAS, organización católica, que funciona gracias a la colaboración de millares de voluntarios, y de la que nuestra maravillosa Iglesia católica española sólo se acuerda cuando se le pregunta por su enorme patrimonio en nuestro país. La verdad es que CARITAS apenas existiría sin la caridad pública. CARITAS, además recoge ropa, calzado y otros artículos de necesidad humana. No se puede tampoco olvidar la meritoria labor que desarrolla la Cruz Roja española, que también da de comer a pobres de solemnidad, entre ellos los parias de los parias, los inmigrantes. Dejemos ahora aparte el problema de la inmigración ilegal, un problema urgente del que parece ser que se están ocupando la UE y los gobiernos afectados. CARITAS, cuando puede, proporciona, sobre todo en invierno, un techo a paupérrimos nacionales e inmigrantes. Como agradecimiento a esta gran labor, “el risitas” Cristóbal Montoro tiene el descoco de desmentir en ruedas de prensa los demoledores datos de esta organización sobre el empobrecimiento de la población española (según el informe de Cáritas, que viene a corroborar el estudio demoledor de la organización internacional "Save the Children", España es el segundo país de España con más pobreza infantil). También los “Mensajeros de la Paz” del Padre Ángel contribuyen con sus comedores sociales y su recientemente creada "Red de Recursos Sociales" a paliar los efectos sociales de la crisis en menores y familias.

 

Los que leemos a diario la prensa española e internacional, sabemos que, por mucho que a este Gobierno no le guste, España  está batiendo su propia marca. Pero una marca negativa, pues lideramos en paro y en fracaso escolar a la mayoría de los países de la Unión Europea, incluso a Grecia (país que, en parte, está en el origen de esta crisis económica dentro de la zona Euro y que se ha salvado de la ruina total gracias a Alemania, que también está apoyando económicamente, por propio interés, a España).

 

La derecha miente cada vez más y mejor, especialmente ahora en plena campaña electoral de las elecciones europeas. Cifras maquilladas, encuestas trucadas, omisiones. Y ni una palabra por parte del presidentísimo Rajoy o de su corte ministerial (y mucho menos de Don Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y  “Voz de su Amo”) sobre que la solución del problema de los pobres en nuestro país (unos 9 millones) vaya viento en popa. Pero según la Ministra de Empleo, Fátima Báñez: “la recuperación va sobre ruedas”. ¿Se referirá esta señora por casualidad al resultado del último encuentro entre Mariano Rajoy y la canciller federal alemana, Angela Merkel? Mis amigos, los alemanes, no son hermanitas de la Caridad. ¿Quién lo es? ¿Rajoy quizás?

 La única verdad es que a Alemania, por una parte, no le interesa que se arruine uno de sus más preciados feudos y, por la otra, que necesita de la fuerza de los votos del PP (el segundo partido con más delegados dentro del PPE) para conseguir imponer a su candidato, el luxemburgués Jean-Claude Juncker como Presidente de la Comisión Europea y poder seguir así mangoneando a su antojo y sin cortapisas al Ejecutivo europeo, como lo ha venido haciendo hasta ahora con el “estomago agradecido” Durao Barroso.