Atalaya: ¿Vida artificial?

 

 

Todos los medios del mundo se han hecho eco de la noticia de que científicos de varias universidades norteamericanas habían dado un paso de gigante hacia el futuro de la biología, que hacía más próxima la posibilidad de crear vida artificial. Los más fantasiosos ya creen que a partir de ahora ya será factible la “fabricación” de seres humanos.

Jeff Boeke, un investigador de la Universidad de Stanford, un visionario científico según sus colegas, informó en una conferencia, de que era posible crear una levadura, cuyo genoma estuviera fabricado totalmente en un laboratorio a partir de las  moléculas  químicas del ADN. En efecto, el “visionario investigador”, tiene razón. Según la revista “Sciense” el resultado de las investigaciones es un hito científico, que ha sido comparado por los expertos con la “secuenciación” del genoma humano.  Se hace así real la posibilidad de procesar miccroorganismos  aptos para la producción de alimentos, biocombustibles, vacunas y otros productos farmacéuticos. El cromosoma  sintético podría servir especialmente para producir vacunas contra las terribles enfermedades hoy incurables como el Alzheimer y no en último lugar, el cáncer.

Los que sueñen ya con la creación artificial de seres humanos, tienen demasiada imaginación. En primer lugar, sería una estupidez habiendo mujeres y hombres, existiendo la inseminación artificial y las “madres de alquiler”. Existen además otras muchas consideraciones: el ser humano (como los demás seres) es el resultado de muchos millones de años de evolución. Ningún cromosoma artificial, ninguna levadura ni ningún ADN podrá crear un ser humano auténtico, quizá sí un robot que nos sirva de esclavo, convenientemente programado. El cerebro humano es un prodigio de la Naturaleza, que todavía puede evolucionar, si la humanidad no se extingue  antes, a lo largo de de millares de años. Esa presunta humanidad vería vestigios de nuestros tiempos en los museos y se asombraría  de cómo vivíamos, lo mismo que nosotros cuando contemplamos las momias egipcias y  sus pirámides, por poner sólo un ejemplo. Los seres artificiales, como la famosa clonada  “oveja Dolly,” mueren antes de tiempo, plagados de (extrañas) enfermedades.