En los
últimos tiempos se emite semanalmente en La 4 una serie dedicada a los gitanos españoles (“Palabra
de gitano”) para contribuir a acabar con prejuicios, motivados por la conducta
de otros gitanos de la clase social inferior, que con sus delitos difunden una
imagen muy negativa. La sociedad, a través de sus políticos, tendría que hacer
más esfuerzos para redimir a estos conciudadanos, apresados en la espiral de la
miseria y la delincuencia (en especial en el sucio negocio de la droga). Los
documentales nos presentan a gitanos integrados en España: estudiantes (una
joven declara ante la cámara estar orgullosa de ser gitana), madres hacendosas
y jefes de familia, con porte de autoridad y dignidad. Hoy hay médicos,
catedráticos, ingenieros, periodistas y políticos gitanos, aparte de las
grandes estrellas de la canción y del baile flamencos.
La etnia
gitana consta principalmente de dos ramas: los sinti y los roma. Proceden del
subcontinente indio, de donde tuvieron que huir en el siglo XIII. En su conjunto
era una etnia nómada, un pueblo sin territorio. Entre los gitanos españoles
existe la creencia de que llegaron de Egipto, de donde fueron expulsados por el
Faraón. Penetraron en España hace más de 500 años, en especial en Andalucía,
donde la convivencia fue buena hasta el reinado de los Reyes Católicos, cuya
política era la de mantener la pureza de la raza (“goda”). Después de expulsar
a los judíos, sus “católicas majestades” ordenaron la expulsión de los gitanos,
tarea imposible de llevar a cabo dado el nomadismo y la dispersión de los zíngaros.
Pero los gitanos vivieron siglos de terror y de marginación. Por nimios delitos
les cortaban las orejas, la nariz o la lengua. Los “Dos Católicos en el trono”
ordenaron que se separara a los hombres de las mujeres, con la intención de que
no nacieran gitanos y de esa manera se extinguiera la etnia gitana.
La
aportación cultural, sobre todo en el folclore, de la etnia gitana a Andalucía,
es considerable. En la música gitana se perciben tonos orientales. Lo andaluz
da un matiz profundo a lo que llamamos “flamenco”, que, además, ahora incorpora
elementos de la música anglosajona. Los bailarines (“bailaores”) flamencos
figuran entre los mejores del mundo.
Los
gitanos, sinti o roma, celebran desde 1971 el 4 de abril el Día Internacional
del Pueblo gitano, con un homenaje a su bandera e himno. Los gitanos españoles tienen
como lengua materna el hispano-romaní, más conocido como caló.
España
no es sólo diferente. Es sobre todo diversa.
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