De lunes a viernes (10.15 a 12 de la noche), la emisora de televisión Intereconomía, de derechas y del grupo de medios de comunicación del mismo nombre, trasmite un debate titulado “El gato al agua”. Al final del debate se entrega la estuatilla de un gato al contertulio que mejor haya discutido. Los viernes y domingos, el debate se llama “Más se perdió en Cuba” y mantiene la misma línea de profesionalidad y buenas maneras, aunque no todos puedan estar de acuerdo con los contertulios. Lo que desentona es la audiencia, a todas luces de extrema derecha, a juzgar por los mensajes enseñados en pantalla.
Viendo los debates de Intereconomía nos suenan en los oídos esos otros debates, como el Gran Debate de Tele 5, caóticos, chillones, en los que nadie deja hablar a nadie, un guirigay en el que el moderador, de tanto en tanto, también puede llegar a perder los papeles.
Sea de la tendencia que sea, Intereconomía es un ejemplo de que en España también se puede discutir civilizadamente. Intereconomía nos recuerda algo ya dicho en diversos medios: que España necesita un tercer partido bisagra entre el PP y el PSOE. Un partido en órbita alrededor del centro, con inclinación liberal conservadora, plenamente convencido de la democracia y que resista a tentaciones populistas fascistoides, como las que expresa parte de los televidentes de Intereconomía. Ojalá no nos equivoquemos: como se sabe, la ultraderecha tiene muchas caras, sobre todo cuando median fuertes intereses económicos.
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