Los fines de semana de las 15 a las 16 horas suelo escuchar en Onda Cero el divertido programa sobre el mundo animal, “Como el perro y el gato”. Una de sus secciones es la de noticias curiosas protagonizadas por animales de todo tipo y, en una de sus últimas ediciones, el equipo dirigido con mucho acierto y humor por el veterinario Carlos Rodríguez, hizo referencia a un suceso acaecido en Alemania este verano: la fuga de tres canguros de un conocido parque natural, el Hochwildschutzpark Hunsrueck en Rhenania-Palatinado. Lo más gracioso del caso es la ayuda prestada por un zorro y un jabalí, sin la cual los tres bichos no hubiesen podido escaparse, aunque no se trató de un plan premeditado sino más bien de casualidad pura y dura. Aunque parezca un guión de la serie de películas de animación “Madagascar”, de la que se acaba de estrenar la tercera entrega, algunas veces la realidad supera con creces la ficción.
La noticia era escueta, así que para conocer más detalles me dediqué a buscar entre las publicaciones alemanas en internet y la encontré en WAZ (derwesten.de). Vayamos por partes. En primer lugar, el zorro no vivía en el parque natural sino que se coló de extranjis en él y, una vez allí, se puso a excavar un agujero junto a la jaula de los canguros. Lo mismo hizo algo más lejos un jabalí, de manera que los tres canguros, reptando, pudieron darse a la fuga antes del amanecer.
A la mañana siguiente, cuando el cuidador dio la voz de alarma, el pánico cundió, pues se temía que los tres marsupiales australianos pudiesen intentar atravesar precisamente en la hora punta la cercana y muy concurrida autopista, organizando un buen cisco entre los automovilistas que, ajenos al peligro que les acechaba, se dirigían como todos los días a sus puestos de trabajo.
Ayudados por la policía local, dos hombres armados tan sólo de dos grandes butrones (largos palos con una especie de cesto de malla que se suele utilizar para pescar) consiguieron capturar a dos de los fugitivos y trasladarlos de nuevo a su hogar. El tercero se hizo de rogar hasta el día siguiente cuando, gracias a la información de un ciclista, pudo también ser atrapado y reconducido al parque natural.
Margarita Rey
A la mañana siguiente, cuando el cuidador dio la voz de alarma, el pánico cundió, pues se temía que los tres marsupiales australianos pudiesen intentar atravesar precisamente en la hora punta la cercana y muy concurrida autopista, organizando un buen cisco entre los automovilistas que, ajenos al peligro que les acechaba, se dirigían como todos los días a sus puestos de trabajo.
Ayudados por la policía local, dos hombres armados tan sólo de dos grandes butrones (largos palos con una especie de cesto de malla que se suele utilizar para pescar) consiguieron capturar a dos de los fugitivos y trasladarlos de nuevo a su hogar. El tercero se hizo de rogar hasta el día siguiente cuando, gracias a la información de un ciclista, pudo también ser atrapado y reconducido al parque natural.
Margarita Rey
No hay comentarios:
Publicar un comentario