Este año parece que los Santos Inocentes se han adelantado. Seguro que se quedarían tan pasmados como yo al enterarse del disparate: doña María Dolores Cospedal inauguró la semana pasada en Socuéllamos, una modesta localidad ciudadrealeña de 13.000 habitantes, una torre de 40 metros de altura, la Torre del Vino, que albergará, entre otras cosas, un museo étnico y del vino.
Con las elecciones municipales y autonómicas ante portas, el alcalde Sebastián García y la Sra. Cospedal (a quien no han dolido prendas a la hora de reformar unilateralmente la ley electoral para poder reducir, con la excusa de que hay que ahorrar en tiempos de crisis, el número de parlamentarios autonómicos, cargándose. de un plumazo a 16 diputados de las Cortes castellanomanchegas) se han dado prisa en inaugurar una construcción que todavía no está terminada, ya que dos edificios anexos se encuentran aún en obras. El precio del mastodonte, si no se dispara aún más hasta la finalización de la obra, es de 4,5 millones de euros. Pero la cosa no queda aquí. Su mantenimiento costará 410.000 euros anuales. Según cálculos optimistas de algunos expertos, los ingresos anuales por visitas al complejo, podrían ser de alrededor 9.000 euros al año. O sea que la edificación se amortizaría en más o menos 500 años y el Ayuntamiento tendría que aportar la diferencia entre los ingresos y los gastos de mantenimiento, es decir 401.000 euros al año.
Los socuellaminos están que trinan, con ese proyecto faraónico (opinan en su mayoría que esa mole de once plantas afea el conjunto arquitectónico de la localidad), como con el gastazo innecesario habida cuenta de lo mucho que queda por hacer en ese municipio. Y más aún cuando la Guardería Municipal de Socuéllamos está amenazada de cierre y la ludoteca de la localidad ha tenido que bajar la persiana por falta de ayudas.
Pensábamos que Ciudad Real ya estaba suficientemente castigada con el fracaso de su aeropuerto fantasma “Don Quijote”, en el que se invirtieron más de 600 millones de euros y que está en venta por 100 millones negociables (se habla de que los administradores se darían con un canto en los dientes si pudiesen conseguir 70). Pero no, al parecer, de tanto repetirlo, los altos cargos del PP se ha llegado a creer ellos mismos esa recuperación económica que Rajoy pregona a los cuatro vientos. De no ser así, es difícil explicar este nuevo delirio megalómano de nuestros políticos.
Pero no todo tiene que ser negativo en esta historia. Al parecer, gracias al Museo del Vino, se creará un nuevo puesto de trabajo en Socuéllamos city: el del hijo del alcalde. Según han publicado algunos medios, el filius va a ser inminentemente contratado por la sociedad adjudicataria de la obra final de urbanización de la Torre.
Margarita Rey
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