Es lástima que en España, al revés que en otros países, como Alemania, se dedique tan poca atención a la enseñanza del griego y del latín, mal llamadas lenguas muertas. En el griego y el latín hallamos los fundamentos de nuestras lenguas actuales y gran parte de los cimientos de nuestra civilización, usos y costumbres. En la era de la informática encontramos también términos, sobre todo anglosajones, que provienen de ambas lenguas. En el lenguaje médico predominan los vocablos del griego clásico, que hace que la mayoría de los pacientes no se aclaren de su enfermedad, que creen muy grave, respirando tranquilos cuando el doctor se lo explica en “román paladino”, como decía Gonzalo de Berceo, (1198-1264): “Quiero fer una prosa en román paladino, en el que suele el pueblo fablar a su vecino”. Se refiere al castellano antiguo, mezclado con el latín vulgar, que Gonzalo de Berceo depuró en su variedad dialectal riojana, introduciendo numerosos vocablos latinos cultos, asimilados con el tiempo por la lengua de Castilla. Gonzalo de Berceo nació en el pueblecito de Berceo, en la actual provincia de Logroño y se educó en el cercano monasterio de San Millán de la Cogolla, considerado como la cuna de lo que hoy llamamos español, donde llegó a ser clérigo secular y, presumiblemente, falleció.
Me parece que la religión católica ocupa demasiado espacio en los planes españoles de estudio, si lo comparamos con el griego, con el latín o con otras materias como la filosofía o la ética. Con la controvertida LOMCE (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa) del Sr. Wert han desaparecido el Latín y el Griego como materia de oferta obligatoria pasando a convertirse en una optativa entre 16 materias. Los centros no están obligados ahora a ofertar la asignatura. Lo mismo sucede con la Filosofía. En la actualidad, los alumnos sólo perciben un tercio de los conocimientos de Filosofía que percibían hasta este curso 2014-1015.
A mi parecer, debería existir una asignatura global sobre las religiones monoteístas, cuyas raíces se encuentran en los albores del humano, cuando hace unos 20.000 años el ser humano se imaginó los dioses, y los malos y buenos espíritus y les ofrecía sacrificios de sangre, al principio criaturas humanas. Siglos después, por fortuna , se inmolaban animales (corderos). En el rito egipcio de Isis ( la madre), Osiris (el padre, el Sol) y Horus (el hijo), hace más de 5.000 años, los adeptos se comían a su dios, Sol, siendo el pan su cuerpo y el vino su sangre. Con ello, los adeptos creían recibir la gracia divina.
En Múnich he oído conversar en latín a jóvenes escolares de 18 años. En Alemania existe una fundación para el griego (también el moderno): la Otto Brenner Stiftung y otra institución para el cultivo de la lengua de Roma. ¿Por qué condenarla con el griego a los seminarios y las sacristías?
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario