“Club Bilderberg": ¿Les suena este nombre? Seguro que más de una vez habrán oído hablar de ese hermético núcleo de personas de la alta finanza y de la política que se reúnen una vez al año con gran hermetismo para debatir de importantes asuntos de la actualidad política y económica
Si saco hoy a colación este tema es porque hace poco cayó en mis manos un libro de Daniel Estulin, “Los secretos del Club Bilderberg”, publicado en 2005 por la Editorial Planeta, en el que se desvelan asuntos que por aquel entonces parecían de ciencia-ficción y que hoy estamos todos viviendo como cruel realidad.
El Club Bilderberg se creó en 1954 bajo el patronato del Príncipe Bernardo de Holanda y David Rockefeller. Su nombre se lo debe precisamente al hotel donde tuvo lugar la primera reunión, en el idílico pueblecito holandés de Oosterbeek. Por aquel entonces, a Rockefeller se le ocurrió la brillante idea de reunir a un grupo de personajes representativos del llamado “mundo libre” para desarrollar el sistema capitalista y, al mismo tiempo, para utilizar la enorme influencia que esos especialistas de elite ejercían a nivel nacional o internacional como ariete contra el comunismo.
Lo que, en un principio, estaba pensado como “think tank” (fábrica de ideas) no tardó en convertirse en una organización opaca, rodeada de secretismo, de la que entretanto se sospecha que mueve a su antojo los hilos del mundo. Cosa que podría ser verdad, dado el gran calibre de sus miembros e invitados: los políticos, empresarios y periodistas más influyentes del planeta.
Según Estulin, el Club Bilderberg (al que actualmente pertenecen grandes bancos, las grandes multinacionales, gente de instituciones como el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, comisarios de la Unión Europea y políticos de EEUU, Canadá y el Reino Unido) se habría entretanto convertido en un entramado que abarcaría todos los recursos humanos y naturales de la Tierra. Un gran lobby que estaría detrás de guerras, crisis financieras y habría también intervenido como grupo de presión en la sombra en la política de los diversos países agrupados en la OTAN. Para Estulin y otros críticos que han estudiado la materia, esta “asociación” sería la manera que ha buscado el capitalismo para perpetuarse a través de pactos secretos en los próximos años.
También las entre 120 y 150 personalidades invitadas al foro que se celebra anualmente y siempre a puerta cerrada, son de alto nivel. Por poner un ejemplo, este año figuraban en la lista: la directora del FMI, Christine Lagarde; los ministros de Economía británico y español, George Osborne y Luis de Guindos, respectivamente; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el fundador de Amazon, Jeff Bezos; Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google; la hasta hace poco reina de Holanda, princesa Beatriz, y David Cameron (en su calidad de primer ministro del país anfitrión, ya que la reunión tuvo lugar en la campiña inglesa, en Hertfordshire, una bucólica localidad a 45 kilómetros de Londres). Como era de esperar, no ha trascendido ni una sílaba de los asuntos político-económicos tratados en Hertfordshire.
No he terminado todavía de leer el libro de Estulin, pero me está costando digerir lo que hasta ahora he ojeado. De ser verdad lo que él escribe, no seríamos más que marionetas en manos de un grupo de desalmados, cuya única ideología es el dinero y el poder. Así, sin más. Algo espeluznante y que pone los pelos de punta al más pintado. De momento, no me siento con ánimo para seguir con la lectura. Lo dejaré para algún día festivo que me pille más predispuesta.
En estos tiempos de crisis mundial, parece haberse puesto de moda hablar y escribir sobre el “Club Bilderberg”. También la periodista y escritora sevillana Cristina Martín Jiménez estrena nuevo libro sobre este mismo tema (el primero fue “El Club Bilderberg: la realidad sobre los amos del mundo”, otro best-seller a escala mundial en su día ) que, por cierto, ha sido muy bien acogido por la crítica especializada. Su título: “Perdidos” o “¿Quién maneja los hilos del poder?
No he leído el libro, pero si las reseñas aparecidas en la Prensa. Por ello les aconsejo que sigan los links que les ofrezco en esta página, ya que de ellos sacarán muy buena información. El primer link es una entrevista a Daniel Estulin realizada por el afamado periodista uruguayo, Walter Martínez, sacada de YouTube; el segundo, una interviú concedida por Estulin a la revista "Vanity Fair" y, en tercer lugar, una reseña muy interesante sobre “Perdidos” y su autora, publicada recientemente en el semanario mexicano “Conciencia Pública”. Pero háganlo tan sólo si están dispuestos a darse un baño de energía negativa. Entre nosotros dicho, el contenido de esos enlaces, alegría, lo que se dice alegría, produce más bien poca.
Margarita Rey
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