Acosado por la oposición
y un amplio sector de la sociedad, Rajoy por fin se ha decidido a hablar. Nadie
le exige que habla inglés: tiene que hacerlo en castellano puro para que lo
entiendan todos, que esperan desde hace ya bastante tiempo que el presidente
del Gobierno tome clara postura en el caso Bárcenas, ex tesorero del PP y,
hasta el estallido del escándalo de
corrupción, hombre de confianza de Rajoy. Ahora, la mano derecha del jefe del
PP está en prisión preventiva en Soto del Real.
Todo parece indicar que
Rajoy hablará, pero dirá poco en relación con el caso Bárcenas, que ha escrito
en una hoja de contabilidad el nombre de la máxima autoridad del PP como beneficiario de la lluvia de
euros, esparcidos por el multimillonario “suizo” Bárcenas.
Los estrategas del PP han
marcado para su presidente un cuadro que podrá reducir al máximo cualquier detallada
exposición del escabroso asunto. Como fecha han señalado el 1 de agosto, cuando
casi toda España está de vacaciones. Luego han incluido en el “programa” la
declaración sobre el estado de la nación, las conversaciones en Bruselas y
otros temas puntuales de la política española. ¿Qué espacio queda para dar
explicaciones sobre el caso Bárcenas? ¿Cómo explicará Rajoy su presunta
implicación en el escándalo? Naturalmente, Rajoy, que puede ser inocente, podrá
limitarse a declarar que él no tiene nada que ver con la corrupción de su
antiguo hombre de confianza.
En cualquier caso, la
oposición queda a la espera, al igual que el mencionado amplio sector de la
sociedad. Para el PSOE el asunto no quedará cerrado con unas cuantas palabras
de Rajoy. Rubalcaba mantiene su amenaza
de presentar una moción de censura, que no ganarán los socialistas, dada la
holgada mayoría del Partido Popular, que, eso sí, pudiera ser que el PP tuviese
que buscarse a otro líder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario