Las Historias de todos
los países están repletas de mitos y leyendas, incluso de mentiras. El héroe
español por excelencia es, sin duda el burgalés Rodrigo Díaz de Vivar, a
quien los moros llamarían El Cid (“el
sid”, que significa “caudillo”.
Tuvo mala suerte con su nuevo
rey castellano, Alfonso VI, que no le perdonó que le tomase el juramento de Gadea.
Alfonso tuvo que jurar que no tuvo nada que ver con el asesinato de Sancho II
El Fuerte, rey de Castilla. Alfonso VI le desterró, prohibió que nadie le diese
cobijo y ordenó sembrar de sal sus tierras para que quedaran yermas.
El Cid partió hacia el
destierro con doce caballeros fieles y por el camino libró varias escaramuzas
con los sarracenos, que fueron derrotados. En contra de lo que cuentan los
historiadores, otros estudiosos afirman que El Cid fue algo parecido a un
mercenario. Luchó contra los moros a favor de los cristianos, pero también
mantuvo escaramuzas con caballeros cristianos, que se interponían a sus
campañas.
Rodrigo Díaz de Vivar
consiguió apoderarse del reino moro de Valencia, que convirtió en su cuartel
general. Se reunió con él su esposa doña Ximena (Jimena).
Entretanto, la fama de El
Cid se había extendido por el territorio ocupado por los musulmanes. Del pánico
que sentían los sarracenos ante El Cid Campeador da cuenta la leyenda de que
muerto El Cid y habiendo sitiado los árabes Valencia, los defensores idearon la
estratagema de subir el cadáver de El Cid a su caballo (Babieca) y atarlo a él
para que no se cayera. En la mano colocaron su espada (“Tizona”) e hicieron trotar al caballo hacia las huestes
moras. Los sarracenos al ver al Cid huyeron despavoridos.
Muchas son las leyendas
relacionadas con la Reconquista. A mi parecer, en primer lugar está la Virgen
de Covadonga, cuya “aparición” en una cueva asturiana, dio empuje a los
caballeros cristianos en el norte de España para iniciar la guerra de liberación
de la Península Ibérica. Otro mito es el
Apóstol Santiago (Yago), de cuya presencia en España los historiadores no han
hallado pruebas concluyentes. Los cristianos, que luchaban en el norte, para
hacer retroceder a los fieles de Alá, vieron de pronto aparecer al apóstol
Santiago montado en un corcel blanco y blandiendo una deslumbradora espada. Los
moros, aterrados, huyeron. Desde entonces, el grito de guerra de los cristiano
era: “¡Santiago y cierra España!”
Santiago es el patrón de
España. De ahí la ofrenda anual de España a Santiago en la catedral de Compostela.
Franco, caudillo como El Cid y salvador y
patrón de España, acudía todos los años el 25 de julio, para abrazar por detrás
y reverenciar por delante al apóstol Santiago.
hitler
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